Los hermanos Ciro y Luciano Pertossi junto a Blas Cinalli jugaban al rugby en el Arsenal de Zárate. Lucas Pertossi también, pero no con la disciplina de ellos. Máximo Thomsen pasó por el Arsenal y terminó en el Club Atlético San Isidro. Enzo Comelli, Ayrton Viollaz y Matías Benicelli no jugaban al rugby. Desde el 18 de enero de 2020, día en que se conoció la noticia de que un grupo de jóvenes pateó hasta matar a un chico de su edad a la salida de un boliche en Villa Gesell, los ocho acusados del crimen fueron “los rugbiers”. Lo cierto es que la mayoría forma parte del mismo árbol genealógico: son primos. Incluso Alejo Milanesi, uno de los sobreseídos, que declara mañana. A los imputados los une más la sangre que el deporte.
Thomsen y Benicelli son primos. La madre de Máximo Thomsen es Rosalía Zárate, arquitecta y secretaría de Obras Públicas de Zárate hasta una semana después de la muerte de Fernando Báez Sosa. Rosalía renunció porque no estaba en condiciones físicas ni emocionales de ocupar el cargo. Su hermana es Mónica Zárate, la madre de Matías Benicelli. El parentesco queda establecido porque las madres son hermanas.
Los hermanos Ciro y Luciano Pertossi son primos de Lucas Pertossi, porque sus padres son hermanos: Mauro y Marcos. Mauro Pertossi -padre de Ciro y Luciano- es compadre de Hugo Tomei, abogado defensor, quien apadrinó a la hermana de los acusados, Emilia. Emilia tiene 24 años, es abogada, asistente de Tomei en su estudio y ladera en cada audiencia desde que empezó el juicio contra sus hermanos, el 2 de enero. Blas Cinalli es, al mismo tiempo, primo de Ciro y Luciano porque sus madres son hermanas. María Elena Cinalli está casada con Mauro, padre de Ciro y Luciano; y María Paula Cinalli es la madre de Blas. María Paula crio a su hijo sola. El progenitor no está mencionado en el expediente.
La madre de Lucas Pertossi es Ana María Tártara, hermana de Analía Tártara, madre de Alejo Milanesi, es decir que Alejo y Lucas son primos. Milanesi estuvo detenido junto al resto hasta que lo sobreyeseron y salió en libertad. Junto a Juan Pedro Guarino declarará este lunes al Tribunal. Enzo Comelli y Ayrton Viollaz no tienen lazos sanguíneos con el resto de los imputados.
Durante tres años, los ocho jóvenes acusados de asesinar a Fernando Báez Sosa mantuvieron una alianza, un pacto de silencio entre amigos, inquebrantable. El código alcanza, incluso, a los dos sobreseídos. Ningún imputado señaló a otro, aún cuando el jueves Luciano Pertossi habló al Tribunal. El juicio entra en su etapa final sin declaraciones de los imputados. Siguen sonsteniendo el “fuimos todos; no fue ninguno”.
VDM/MG