Machos estériles vs machos salvajes: Cómo controlar el dengue modificando al mosquito que lo transmite

Abigail Contreiras Martínez

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Ni descacharreo, ni espiral ni repelente. Un proyecto desarrollado con fondos italianos busca reducir la reproducción del vector transmisor de estas enfermedades al volver estériles a los mosquitos machos sin alterar su capacidad para aparearse y poder así competir con los mosquitos salvajes.

Es el proyecto que llevan adelante Biovecblok, empresa de biotecnología spin-off de la Universidad italiana de Camerino, junto al Ente del Estado Italiano para las nuevas tecnologías, la energía y el desarrollo económico sostenible (ENEA).

Desde principios de año hasta mediados de marzo se registraron en el país 9.388 y 528 casos de dengue y chikungunya respectivamente. Debido a este reciente aumento de casos, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advirtió sobre la necesidad de controlar las poblaciones de mosquitos para evitar la transmisión de estas enfermedades con alta carga de morbilidad y mortalidad. A esto se suma una advertencia de Casa Rosada alertando sobre los cuidados indispensables para disminuir la transmisión.

Las acciones preventivas más tradicionales, basadas en la fumigación, han perdido eficiencia. Al igual que sucede con los seres humanos frente al abuso de antibióticos, los mosquitos generan resistencia a los insecticidas si se los usa con demasiada frecuencia. Esta resistencia es heredada por su descendencia, lo que pone en jaque la efectividad de las fumigaciones para, por sí solas, detener el crecimiento de las poblaciones de mosquito Aedes Aegypti.

La necesidad de hallar mecanismos alternativos para reducir su reproducción motivó investigaciones como la de Biovecblok. Su propuesta consiste en generar un “criadero” de mosquitos machos infértiles mediante el uso de la bacteria Wolbachia, que vive en el interior de las células de algunas especies del insecto. “Al dispersar en las zonas urbanas una cantidad muy grande de mosquitos, estos lo único que van a hacer es interactuar con las hembras para que no se reproduzcan y de esa manera en dos o tres años el mosquito queda resuelto”, explicó Manuel Seoane, director técnico de Latinoamérica de Biovecblok a Cadena 3.

Este método, que también es aplicado para erradicar el vector Tiger en Europa, ya ha sido probado en Australia, Estados Unidos e Italia y relevó resultados exitosos. “Hasta el momento es el enfoque más natural, seguro y efectivo ya que esta bacteria es completamente segura y mantiene una relación simbiótica con diferentes organismos”, explicaron Aurelio Serrao, CEO de Biovecblok, y representantes de la empresa a elDiarioAR.

Otras maneras de controlar la población de mosquitos ─con el uso de radiación o modificación genética─ no son tan seguras para el propio insecto y el medio ambiente. La técnica de insectos estériles obtenida mediante el uso de radiación nuclear gamma (SIT) deja a los mosquitos irradiados demasiado débiles como para competir con los machos salvajes a la hora de aparearse con las hembras. “Como efecto de las irradiaciones (que rompen sus testículos para que se vuelvan estériles y esterilizantes), los machos viven menos en comparación con el macho de tipo salvaje, vuelan menos y, también, se aparean menos. Así, para equilibrar, es necesario liberar un número muy elevado de machos irradiados. Todo esto no sucede con los machos de wolbachia, ya que son básicamente idénticos en términos de aptitud a los machos de tipo salvaje”, explicó Serrao a este medio.

Este mecanismo también presenta otra limitación: la distinción entre mosquitos machos y hembras para realizar la irradiación es difícil. Según lo informado por Biovecblok a elDiarioAR, si se somete a este tratamiento a una hembra, perderá el llamado “comportamiento de reposo”. Se trata de un período de descanso de entre 48 y 72 horas que permite que el mosquito pueda digerir la sangre con la que se alimentó para poder desarrollar los huevos. Al ser irradiada, la hembra pierde este estado de reposo y continúa picando incluso después de haber ingerido sangre, por lo que el riesgo de propagación de enfermedades se potencia.

Existe otra alternativa para controlar la población de mosquitos que consiste en la transmisión de un transgén letal de los machos genéticamente modificados durante el apareamiento. Las hembras que reciben este transgén, a su vez, se lo transmiten a su descendencia, lo que provoca la muerte de las larvas. Sin embargo, al igual que el método anterior, el desarrollo de machos genéticamente modificados que transmiten esterilidad a la hembra (RIDL), también resulta en mosquitos débiles a comparación de sus pares salvajes en los que respecta a su capacidad de supervivencia y apareamiento.

El uso de la bacteria Wolbachia es, entonces, la única tecnología completamente biológica capaz de producir esterilización de machos con una condición física óptima, alta eficiencia y posibilidad de competir contra los mosquitos de tipo salvaje.

Biovecblok también ha desarrollado otros instrumentos complementarios para controlar la propagación de enfermedades como dengue y chikungunya. Uno de ellos es un larvicida natural que, según informan documentos de la empresa, permite eliminar la totalidad de las larvas de las corrientes de agua. También han creado un repelente natural no tóxico que cuenta con patentes internacionales y la aprobación de organismos europeos.

ACM/MG