“Amanecí en medio de una tormenta. Este es un juicio importante y lo están ensuciando con esto. No hay productora, no hay plata, ni acuerdo ni contrato”, afirma Julieta Makintach a elDiarioAR. Admite, sí, que conoce a las dos personas que fueron señaladas como posibles “infiltrados” de una productora. “Una es una amiga de la infancia. Su padre era abogado penalista. Vive a cinco cuadras de Tribunales. Me dijo que quería estar cerca mío y del padre”, explicó. La otra persona es el marido de una amiga personal: “Es escritor, maradoniano”. Makintach negó rotundamente que la productora de su hermano, Pegsa, tenga interés en el juicio. “No me senté con ninguna productora. Yo quiero hacer un juicio. Que ese juicio transcurra y que sea humano”, insistió.
Profesora en Derecho Penal en la Universidad Austral, nunca en sus 27 años de trayectoria judicial había sido recusada. Aunque el Tribunal rechazó por unanimidad el intento de Julio Rivas, abogado de Leopoldo Luque, de correrla del estrado, Fernando Burlando y Mario Baudry presentaron una denuncia en la Fiscalía 1 de San Isidro. Piden que se investiguen posibles irregularidades en el proceso. Makintach insiste: “No hay delito, no hay documental ni contacto con productoras; y el juicio no guarda irregularidades”.
El juicio por la muerte de Maradona no está, por lo pronto, en peligro. Pero la investigación para comprobar un posible acuerdo entre la jueza y una productora se puso en marcha. Según reconstruyó Infobae, una agente asignada a la vigilancia de la sala ya declaró en fiscalía. Su testimonio fue clave. Dijo que divisó entre el público a dos personas, una de ellas filmando, algo que está prohibido dentro de la sala. Cuando la agente se acercó a pedirles que lo apagaran, estas personas dijeron que estaban “autorizadas por Makintach”. Ante la duda, la agente se acercó a otra que suele estar cerca del estrado y confirmó que la jueza dio el okey. Este ir y venir quedó registrado, además, en la primera audiencia, que fue transmitida por YouTube.
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