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Poder Judicial y Mujeres

La paridad de género en la Justicia bonaerense se lograría recién en 50 años

Corte Suprema Justicia Bonaerense.

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En el Poder Judicial Bonaerense muchas mujeres que aspiran a hacer carrera quedan en el camino. “Piso pegajoso” o “techo de cristal”: ellas son mayoría en los escalafones inferiores y son minoría en los cargos más altos. De no haber cambios estructurales en el sistema de selección, la paridad de género en la Provincia se lograría recién en 2070, es decir, en 50 años. O sea: en medio siglo. Los motivos tienen que ver, en principio, con que son ellas las que están dedicadas a las tareas de cuidado, un obstáculo para proyectarse laboralmente. Los varones, en cambio, al tener más presencia en el espacio público tienen el camino más allanado.

A esa proyección en el tiempo llegó el Consejo de la Magistratura de la Provincia de Buenos Aires. El dato surge de un informe que fue presentado en noviembre en el marco de la Ley Micaela. Para elaborarlo tomaron datos de 2019. La distribución de mujeres y varones en el Poder Judicial bonaerense es despareja, desde el cargo más alto, los ministros que integran la Corte, hasta la base de ese sistema, la administración. La Corte está integrada por seis ministros. Solo una es mujer, la vicepresidenta, Hilda Kogan. En el escalafón que sigue, los jueces, hay 493 mujeres y 778 varones: 38,8% contra 61,2%. 

Más abajo, están los funcionarios, una escala intermedia entre jueces y administrativos. En esa franja, el 61% son mujeres y el resto, varones. En el último eslabón, casi el 60% del personal administrativo está conformado por mujeres. A medida que los cargos son más bajos, es mayor la presencia femenina. 

Por otro lado, los fueros. Ls áreas ligadas a lo “doméstico” están feminizadas, como el fuero de Familia. El fuero Penal, en cambio, está “masculinizado”. En el Ministerio Público de la Defensa, hay más defensoras. En cuanto a las fiscalías, ellas son minoría al representar el 39,2%.

Para el Consejo de la Magistratura bonaerense, lograr equidad de género en la distribución de cargos jerárquicos llevaría 50 años. Tomaron en cuenta dos fuentes de datos para hacer la proyección en el tiempo: la cantidad de ternas por año (es decir, los aspirantes que se anotan para concursar y llegan a la instancia final) y la cantidad de integrantes de mujeres y varones en la actualidad del Poder Judicial, el Ministerio Público de la Defensa y el Ministerio Público Fiscal, los tres organismos de la Provincia de Buenos Aires. Esa jurisdicción es de gran magnitud, dado que es la que más concursos hace y la que más cargos tiene. Tuvieron en cuenta, además, la cantidad de ternas a futuro, la distribución de ternas por organismo, las jubilaciones y renuncias. Así, la paridad en el sistema bonaerense se lograría en 2070.

Poder Judicial y Ministerio Público de Acuerdo a Géneros PBA by Victoria De Masi on Scribd

“La distribución por géneros en cargos en la Provincia es una foto representativa del país. Sobre la proyección en el tiempo que atañe al Poder Judicial Bonaerense, es impactante. El problema es estructural y no se resuelve de un día para el otro. Pero este informe sirvió para visibilizar una problemática y tenerla en cuenta. El sistema de selección no puede desentenderse de las desigualdades entre géneros. Necesitamos más mujeres concursando y un sistema que contemple en las ternas la inequidad en la distribución del trabajo doméstico y las tareas de cuidado. El único valor en juego no es la paridad”, explica Mauro Benente, vicepresidente del Consejo de la Magistratura bonaerense.

La Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, cuya titular es la jueza Elena Highton de Nolasco, vicepresidenta del máximo tribunal, elaboró un Mapa de Género de la Justicia Argentina. En la última edición, un dato es clave: en el año 2020, el total del plantel estuvo compuesto por 122.901 personas, de las cuales el 56% eran mujeres. Sin embargo, sólo el 31% de las máximas autoridades (Ministras/os, Procuradoras/es Generales, Defensoras/es Generales) eran mujeres

Si se considera la sumatoria de quienes accedieron a un cargo de magistratura, procuraduría, fiscalía o defensoría, número que incluye a quienes se desempeñaban como máximas autoridades, esta cifra asciende a un 44%, aunque sigue estando por debajo de la paridad de género. Al contrario, las mujeres fueron mayoría en el funcionariado y en el personal administrativo (61% y 60%, respectivamente)

Maria Delia Castañares, es la responsable de la Oficina de la Mujer de la Corte. Consultada acerca de la las razones por las cuales las mujeres tardan más o acceden menos a los escalafones más altos, responde: “Para responder con el mismo nivel de análisis con el que trabajamos, hemos hecho una encuesta sobre tareas de cuidado y su distribución según los géneros y la participación en los concursos de varones y mujeres. Han respondido integrantes de los poderes judiciales de todo el país, de distintos géneros. Esta encuesta está siendo procesada. Los factores que pueden incidir son, por un lado, la pausa que en general ponemos las mujeres en edad reproductiva, al ocuparnos mayoritariamente de las tareas de cuidado. Por esta razón la encuesta también indaga sobre las licencias que han tomado varones y mujeres para la crianza y cuidado de sus hijos e hijas”.

Oficina de la Mujer Corte Suprema de Justicia Nación by Victoria De Masi on Scribd

De acuerdo a las distintas ediciones del Mapa de Género que publica la Oficina de la Mujer se observa que, entre los años 2011 y 2020, la participación de las mujeres en estos cargos sólo aumentó en 5 puntos porcentuales, pasando de 39% en 2011 a 44% en 2020, sin alcanzar aún la paridad de género. “Contrariamente en los cargos del funcionariado y del plantel de empleadas y empleados las mujeres somos mayoría. Es decir existe un techo de cristal a la hora de acceder a los máximos cargos de la magistratura que casi no ha variado en todos los años analizados”, agrega Castañares.

Calidad institucional: hacia una Reforma Judicial Feminista

“La falta de satisfacción y confianza de los y las ciudadanas en el sistema de administración de justicia es evidente. No por casualidad, el Poder Judicial es de los tres poderes del Estado el que más desconfianza y crítica se le tiene. ¿Acaso si no incorporara más mujeres feministas no cambiaría su calidad? El recurso humano es central, por eso, más mujeres con un fuerte y profundo compromiso en clave de igualdad y no discriminación por motivos de géneros mejoraría la calidad institucional del poder estatal que más le debe a la sociedad. Sobre todo cuando por su diseño es cuasivitalicio, por lo tanto, observa poca oxigenación en el que la perspectiva conservadora, patriarcal, rígida, verticalista y alejada de la realidad es más proclive a consolidarse. Justamente, el feminismo plantea un modo de construcción absolutamente opuesto: plural, igualitario, horizontal, con mayor conocimiento y sensibilidad social”, responde vía mail a elDiarioAR la abogada Marisa Herrera, doctora en Derecho por la Universidad de Buenos Aires y especialista en Derecho de Familia.

El año pasado se creó el Consejo Consultivo para el fortalecimiento del Poder Judicial de la Nación y Ministerio Público. Se trata de un equipo diverso de expertos que elaboran  recomendaciones para mejorar la Justicia. Uno de los cuatro ejes transversales es la perspectiva de género, para las que se propusieron diferentes acciones. Por ejemplo, incentivar, motivar y estimular la inscripción de mujeres y otras identidades LGBTIQ +, analizar el modo de incorporar las tareas de cuidado en la evaluación de los antecedentes e integrar las ternas con aspirantes de diverso género.

El feminismo plantea un modo de construcción absolutamente opuesto: plural, igualitario, horizontal, con mayor conocimiento y sensibilidad social.

Marisa Herrera. Abogada.

La línea de largada para llegar a los máximos escalafones en el sistema judicial es por concurso. Las personas aspirantes deben anotarse, rendir un examen escrito y otro oral, someterse a una entrevista y evaluación de antecedentes. De acuerdo al puntaje, se arma una terna. El Ejecutivo elige a una de esas tres personas, envía el pliego al Senado que corresponda a la jurisdicción, que puede acordar o no. Si hay acuerdo, el pliego vuelve al Ejecutivo. La Suprema Corte toma juramento y la persona toma el cargo. Durante la presidencia de Alberto Fernández, de 41 vacantes de juzgados que se cubrieron, sólo en 17 oportunidades fueron elegidas mujeres.

Santa Fe y Entre Ríos son, hasta ahora, las dos provincias que cuentan con una ley que establece la paridad de género en la Justicia. En la Provincia, el senador Francisco Durañona presentó un proyecto para acortar los plazos, que tiene estado parlamentario. “En los últimos tiempos se han elaborado diversas propuestas para la paridad de género en los concursos para magistrados y magistradas. Lo cierto es que aún es una gran cuenta pendiente. ¿Qué sería del Poder Judicial Nacional como también el provincial, si la mencionada ”rosca“ estuviera a cargo de mujeres feministas? Estoy convencida que sería absolutamente diferente, más humano, más profundo y más serio; solo basta con observar que las mayores transformaciones sociales de los últimos tiempos estuvieron motorizadas, protagonizadas por el movimiento social de mayor peso y fortaleza en la actualidad como es el movimiento feminista”, apunta Herrera.

VDM

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