La toma de Los Hornos, una estampita de la Argentina del emparche

Hay algo contradictorio en el acto periodístico de ir al lugar de los hechos: es la mejor manera de palpar eso que está a punto de ser narrado y, si el lugar de los hechos es demasiado grande, siempre da la sensación de que quien mira para contar se está perdiendo de algo. Cualquier periodista que haya cubierto alguna manifestación de las que miden diez o veinte cuadras lo sabe: ha tenido que pedir a algún compañero de equipo que si por televisión ve algo demasiado resonante de esa marcha le avise, porque nadie puede saber qué pasa a cinco cuadras de donde tiene los pies, los ojos y las orejas.

La toma de Los Hornos, en las afueras de La Plata, mide 160 hectáreas y casi 26 meses. Es la más grande de la Provincia. Quien haya estado ahí sabe que para recorrerla -un poco, al menos- hace falta un auto para ir y venir de un sector a otro. No sólo porque las distancias son largas, sino porque hay zonas que, por tan intransitables, obligan a salir de la toma y volver a entrar por otro lado. Para eso se atraviesan calles y también terrenos que tienen dueños que no quieren saber nada con la ocupación que les crece cerca.

El 16 de febrero de 2020 empezó una toma que el Ministerio de Seguridad conducido por Sergio Berni -que se subió a un helicóptero para comandar el operativo- intentó desalojar pocos días después. No hubo reintentos de desalojo porque, según contaron a este diario fuentes de esa cartera en 2020, el ministerio, cuya conducción consideraba que allí había un delito, fue desafectado. El juez Alejo Ramos Padilla acaba de archivar la causa que investigaba esa toma por considerar que no se habían cumplido las condiciones que configuran el delito de usurpación.

Stella Maris, referente de dos de los cuatro sectores de la toma de Los Hornos, usa el verbo que el magistrado desestima: “Usurpamos, sí. Pero por necesidad”, sostiene dos años y dos meses después de haber entrado a los terrenos, en diálogo con elDiarioAR. Según calcula, ahora viven en las tierras ocupadas unas 2.500 familias. Están en el terreno del ex Club de Planeadores de La Plata, un espacio que hace décadas se pensó como un aeropuerto para la capital provincial pero que nunca llegó a serlo. Hoy el terreno pertenece a la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE). En 2020, el Municipio de La Plata presentó un informe hídrico ante la Justicia para dar cuenta de que una parte de esas 160 hectáreas son inundables.

En la toma de Los Hornos se asoma la Argentina. La pobreza que impacta en más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes en el país está sobre-representada entre casillas de madera con techos improvisados con nylon y piso de tierra. Entre esa población, hubo quienes no tuvieron garantizado su derecho a la educación: según contaron sus familias a este diario, por provenir de familias de la toma les fue negada la vacante en escuelas públicas de la zona. Entre la población adulta abundan las changas y escasea el trabajo formal. Abundan también los planes sociales que, a pesar de las repetidas intenciones declaradas por el Poder Ejecutivo, nunca se convierten en fuentes efectivas de empleo.

En la toma de Los Hornos se asoma la Argentina. La pobreza que impacta en más de la mitad de los niños, niñas y adolescentes en el país está sobre-representada entre casillas de madera con techos improvisados con nylon y piso de tierra

“Ya dentro de poco van a asfaltar. Nos dijeron que van a traer luz eléctrica y ya empezaron a traer agua”, detalla Stella Maris. El tendido eléctrico y de agua disponible ahora mismo en la gran parte de esas tierras no es formal y, por lo tanto, pago sino “colgado”. En noviembre de 2020, la referente enumeraba las mismas promesas por parte del Estado provincial, que en los primeros nueve meses de la toma había relevado la situación de 4 de las 160 hectáreas del predio tomado, es decir, 2,5% de la superficie total. “Va avanzando la apertura de calles y la reubicación de las familias, nos van prometiendo y de a poquito van cumpliendo”, cuenta la referente.

Del lado de afuera de la toma, legitimada de hecho por la Justicia, el “Grupo Vecinos Organizados de Los Hornos” convoca a una marcha este miércoles para repudiar el fallo de Ramos Padilla y a dejar de pagar el impuesto inmobiliario provincial como protesta ante esa decisión. Del lado de afuera de la toma también escasea el acceso a la vivienda digna y al empleo efectivo, y más de la mitad de los chicos y chicas son pobres.

El Estado pone parches -una bomba de agua, el apisonamiento de una calle para que pueda pasar una ambulancia, gendarmes para custodiar la zona- mientras los dramas estructurales crecen. De los dos lados del alambrado.

JR