Mujeres que rompen moldes

Decisiones en 20 segundos: la ingeniera española responsable del rendimiento del equipo Nissan de Fórmula E

La escena se repite con más frecuencia: ya sea por la tele, o en vivo, para los que tienen la suerte de presenciar carreras de autos desde paddock, se empiezan a ver cada vez más mujeres en el nervioso tumulto de los boxes. Pero no como pilotas –al menos por ahora–, ni como asistentes de los corredores –cosa que se evidencia a simple vista–, sino que se las ve con auriculares y computadoras en mano, resolviendo junto a sus colegas masculinos, y –esto también se percibe– tomando decisiones.

Una de ellas es Cristina Mañas, una jovencísima ingeniera española, que cumple la función de Directora de Rendimiento del equipo Nissan de la Fórmula E, la categoría de monoplazas eléctricos que desde 2014 está tratando de hacerse un lugar entre las más populares del motorsport.

Maximizar el rendimiento

Cristina estuvo de visita laboral en Brasil, este fin de semana pasado, cuando se disputó la tercera fecha de la temporada del Campeonato Mundial de la categoría, en un circuito callejero armado en el Sambódromo de San Pablo. En la carrera, disputada el sábado, el equipo Nissan logró un meritorio tercer puesto con su piloto británico Oliver Rowland, quien hizo una espectacular remontada desde su 12vo puesto de clasificación,  ganando 4 posiciones en las últimas 3 vueltas, para llegar al podio.

Lo particular de la Fórmula E, es que no es una competencia de velocidad pura, tratando de ir lo más rápido posible todo el tiempo; aquí se trata de hacer una gestión lo más eficiente posible de la batería eléctrica del auto, para llegar con más energía para la parte final. En ese sentido, son carreras primordialmente tácticas, en las que la inteligencia del piloto –y el equipo– juegan un rol fundamental. Y aquí es donde entra Cristina. “La gestión de la carrera es compleja, porque no se trata de ir lo más rápido posible todo el tiempo. Los coches están preparados para decirle al piloto lo que le conviene hacer, pero es todo muy táctico y muy dinámico, y la coordinación se tiene que dar muy rápidamente entre los ingenieros para darle información al piloto.

El rol de la española es justamente ese: generar y analizar la mayor cantidad de información posible, para que esté disponible en los momentos claves, tanto de la carrera como de la clasificación, donde sí se corre a velocidad pura. Un buen ejemplo de las decisiones que toma Cristina es cuándo mandar el auto a la pista durante la esta instancia. Son solo 12 minutos por tanda y, si bien ya tienen predefinida la secuencia que van implementar, muchas veces no pueden prever lo que va pasando con el tránsito en la pista, y a veces tienen que tomar decisiones muy rápidas para posicionar los autos donde más les conviene para que puedan tener una vuelta rápida y despejada. También sucede en carrera, especialmente en el uso del Modo Ataque, una alternativa de carrera única de la Fórmula E, en la que el monoplaza puede obtener temporalmente unos 8 CV extra de potencia (pasando de 300 a 308 CV ) pasando por un sector más lento de la pista, de modo que pierde tiempo inicialmente, pero luego tiene energía extra para “atacar” a sus rivales: “Es clave decidir en qué momento activar el Attack Mode, tratando de perder la menor cantidad de posiciones posibles. Tenemos muchos escenarios predefinidos para que haya la mínima improvisación posible. Y en tal caso, cuando se plantee una duda, nosotros debemos tener reunidos los datos y el análisis preparado cuando llegue el momento de tomar la decisión. Muchas veces en cuestión de 20 segundos se puede definir una carrera”.

Mucha juventud y mucha responsabilidad

Cristina hace ya siete años que está en esto de las carreras, siempre en la Fórmula E, y en Nissan lleva solo unos meses. Lo cierto es que esta ingeniera de apenas 31 años comanda en la escudería nipona un equipo de 10 personas en el área de Rendimiento: “Somos un equipo relativamente chico, comparado con la Fórmula 1 por ejemplo, y por eso en el día a día tenemos mucho contacto. Y eso es bueno porque al final lo más importante en motorsport tanto o más que la técnica de saber hacer un coche de carreras es la comunicación. Hay una carga de trabajo muy alta repartida en pocas personas, mucha presión y muy poco tiempo para analizar toda una enorme cantidad de datos y entonces la comunicación es clave: que cada persona sepa lo que tiene que hacer y de comunicarlo claramente para que se puedan tomar decisiones. Mi trabajo es ayudar a que eso ocurra”.

Es particular que, aún siendo tan joven, Mañas sienta que de alguna manera está cerca de su techo a nivel profesional, dado su perfil primordialmente técnico: “Yo no me veo como Team Manager. De hecho creo que mi techo no está tan lejos de dónde estoy ahora. Es un puesto fundamentalmente técnico, que incluye responsabilidad con respecto a las personas, pero la verdad es que no me veo en algo que fuese más de management en detrimento de la cuestión técnica”. Aún así, no piensa que su futuro esté fuera del automovilismo de competición: “La verdad es que nunca me planteo entrar a la industria automotriz convencional. Si bien es verdad que siguen siendo coches, creo que la manera de trabajar y el ritmo no tiene nada que ver con el motorsport. Y yo creo que no sería capaz de trabajar de otra manera”.

¿Y cómo llegó Cristina al lugar tan importante que ocupa? “Tengo que admitir que soy una persona con suerte, porque es verdad que mi primer trabajo cuando salí de la universidad fue en motorsport. Hice ingeniería industrial en España, que es una ingeniería bastante generalista, por lo que en verdad no salí tan especializada en automoción, pero me permitió estar segura de que eso era lo que me interesaba. Luego hice un máster sobre motorsport en una universidad de Inglaterra, un país que tiene mucha tradición en el tema, y eso me permitió la oportunidad de entrar directamente a la práctica profesional recién salida de mi etapa de formación”.

La cuestión de género

Llegado el (inevitable) momento de consultar a Cristina por su condición de mujer en un ambiente casi completamente poblado por hombres, la española se desmarca con elegancia: “La verdad es que estoy habituada a esa pregunta, y más aún en la parte técnica, donde las mujeres no abundan. Pero yo siempre digo lo mismo: no he tenido un trato distinto nunca en toda mi experiencia profesional en motorsport. Aquí en Nissan somos todos iguales: hacemos lo que tenemos que hacer, llegamos a la misma hora. En ningún momento sentí que fuese algo distinto”. Y agrega:  “Cada vez que se suele poner de manifiesto que somos pocas las mujeres y de alguna manera estamos en desfavor, quizás seguimos empeñándonos en mantener la diferencia. Yo creo que tenemos que normalizarlo; estamos ya bien adentrados en el Siglo XXI y cada hombre o mujer hace carrera en lo que más le interesa, y que sea un aspecto más técnico o menos técnico es independiente del sexo”.

De todas maneras, está claro que ese escenario “naturalizado” está lejos de haber llegado, al menos en términos de representación. Según la misma española, si bien hay algunas mujeres trabajando en otros equipos de la categoría, ella no está al tanto de que haya otras con su nivel de responsabilidad. Aquí hay que destacar que NIssan tiene una política muy robusta en términos de inclusión social, tanto a nivel global como regional, y eso sin dudas influye en las oportunidades que se abren.

La otra cuestión que se hace evidente es la ausencia de pilotas en la Fórmula E, máxime teniendo en cuenta que, al ser primordialmente táctica y algo menos demandante desde el punto de vista físico (ya que no se está yendo todo el tiempo a fondo), sería razonable que hubiese una mayor equiparación por género. Cristina tampoco lo tiene tan claro: “Es verdad que la Fórmula E es muy táctica, y desde el punto de vista del pilotaje puede ser menos ”natural“, porque requiere una gran capacidad de procesamiento por parte de los pilotos, para poder tener el mejor resultado posible. Así que es verdad que podría haber más mujeres. Hemos visto alguna que otra, pero más que nada en tests que realmente correr carreras o una temporada completa. Realmente no sé por qué no hay más mujeres. ¡Pero debería!”

RT

Paradoja en el uso diario

A pesar de estar totalmente involucrada en la principal categoría eléctrica del automovilismo deportivo, Cristina MIñas usa para la diaria un auto convencional: “Tengo un Volkswagen New Beetle. La verdad es que no tengo un coche eléctrico por cuestiones de practicidad: es complicado porque la infraestructura de carga no está tan desarrollada. Es verdad que las instalaciones que tenemos en Nissan Francia están preparadas para cargar rápido en el patking. Pero cuando vas a casa ya no es lo mismo”.