Análisis/Fórmula 1

Operación triunfo: Carlos Sainz, del quirófano a la victoria en dos semanas

Carlos Sainz Sr., el ganador del Dakar 2024, no tenía en sus planes volar a Melbourne. Allí no había rally-raid ni cross-country, pero sí Fórmula 1. No tenía nada que hacer allí. O sí: ser la voz de la conciencia de su hijo Carlos. Ser la persona idónea para impedirle, en caso de que fuera necesario, correr el Gran Premio de Australia apenas dos semanas después de ser intervenido quirúrgicamente de emergencia en Jeddah (Arabia Saudita). Afrontaron juntos lo que probablemente haya sido el vuelo más largo de la carrera deportiva de Carlitos. Y el final lo sorprendió más que a cualquiera.

Lo ha pasado también mal en carrera, ha preguntado al ingeniero que cuánto quedaba para acabar y cuando le ha dicho que 30 ha soltado un ‘¡ufff... ¡’”, contaba un ufano Sainz Sr. tras el GP, la tercera victoria de su hijo en la Fórmula 1, la tercera con Ferrari. Otra de las tantas maravillosas fábulas del automovilismo.

Apendicitis

Carlos Sainz Jr. Nunca olvidará el mes de marzo de 2024. Sus preocupaciones giraban en torno a conseguir un contrato para la próxima temporada, habiendo sido descartado por Ferrari. El sábado 2 subió al podio en el GP de Bahrein, tras arribar en el tercer lugar, un puesto por delante de su compañero Charles Leclerc. Cinco días más tarde, el jueves 7 empezó a sentirse mal, ya en Jeddah, dónde dos días después se disputaba el segundo GP de la temporada. El viernes 8 el dolor acusaba síntomas más graves que una indisposición. Y el sábado 9, lo que ya se sabe: intervención de urgencia para extirparle el apéndice. Otro piloto de la F-1, Alex Albon, había sufrido el mismo problema en setiembre de 2022, justo antes del GP de Italia.

El viernes 8 el dolor acusaba síntomas más graves que una indisposición. Y el sábado 9, lo que ya se sabe: intervención de urgencia para extirparle el apéndice.

Así que, mientras el joven británico Ollie Bearman tomaba su reemplazo sin demasiado aviso, Sainz iba al cuchillo. Y daba comienzo así una historia extraordinaria. “Simplemente, tan pronto como me extirparon el apéndice, entré a Internet y comencé a hablar con profesionales y dije: 'Está bien, ¿qué ayuda a acelerar la recuperación?' Y, obviamente, a partir de ese momento, comencé a hacer todo tipo de cosas que puedes hacer para acelerar la recuperación, las heridas, el tejido cicatricial, lo que puedes ayudar a ser más rápido en eso, hablando con otros atletas, hablando con otros médicos en España, a nivel internacional. Y luego elaboré un plan con mi equipo. La razón por la que los deportistas se recuperan más rápido es porque se pueden dedicar 24 horas al día durante siete días a la recuperación. Y eso es exactamente lo que hice”, contó Sainz tras conquistar la victoria en Australia.

No debe haber sido sencillo: Sainz permaneció siete días internado en Arabia, hasta el jueves 14: la herida debía cicatrizar para poder volar. Tenía una sola semana para recuperarse, porque el viernes 22 debía volver a subirse a su Ferrari. Allí fue cuando Carlos Sr. dudó. No era posible que su hijo llegara en condiciones a la cita y si no lo estaba, alguien debía decirle que no. ¿Su manager, Carlos Oroño? Difícil: está abocado a conseguir el sustento para 2025 y en esa posición era dudoso que se opusiera a un eventual capricho de Carlitos por correr.

Fui programando mi tiempo en la cama, mi tiempo para salir a caminar, mi tiempo para comer, el tipo de comida que hay que recuperar. Hace 9 días apenas podía usar mi abdomen para moverme. Y pensé: esto no va a pasar, pero pasó”, siguió relatando Sainz en la conferencia de prensa post-carrera en Melbourne.

Recuperación acelerada

La recuperación comenzó con un par de horas diarias de cámara hipebárica, un dispositivo médico que provoca la circulación de oxígeno puro a una presión superior a la atmosférica por el torrente sanguíneo, con el propósito en este caso de apurar la cicatrización de la herida. Además, apeló a una máquina Indiba, que genera aplicaciones de radiación sonora de alta frecuencia que se transforman en calor, lo que también contribuye a un proceso más acelerado de cicatrización.

Carlos Jr. no podía entrenar a causa de esa herida, de manera que en los pocos días que tuvo hasta la partida de su vuelo a Melbourne, el viernes 15, cuidó su cuerpo lo mejor que pudo. “Cuando estaba a punto de tomar el vuelo para venir a Australia, todavía estaba en la cama. Apenas podía usar mi abdomen para moverme. Y yo pensé: esto no va a pasar. Pero tomé el vuelo y, de repente, cuando aterricé en Australia, la sensación fue mucho mejor. Y cada 24 horas progresaba mucho más que los primeros siete días, que es en realidad lo que me dijeron todos los médicos y todos los profesionales. No te preocupes, porque la segunda semana cada día va a mejorar mucho más que la primera semana. E incluso Alex Albon me dijo esto, lo recuerdo. Así que seguí más o menos lo que todos me dijeron y elaboré un buen plan”.

El jueves 21, un día antes de las prácticas libres en Melbourne, Ferrari procuró tornar el cockpit de la SF-24 nº 55 lo más confortable posible para su convaleciente piloto. Eso incluyó cambios en la pedalera, el volante y, fundamentalmente, la manera en que los cinturones sostenían el torso del piloto. Una presión excesiva en el lugar equivocado podía hacer sangrar la herida que estaba cerrándose.

El compuesto C5 que Pirelli llevó a Australia fue clave en el éxito de Sainz. Lo más blando de lo blando, produjo suficiente graining como para que los autos experimentaran una ida de trompa comprometedora. La sufrió Max Verstappen, que odia esa condición. Pero en Ferrari es Sainz quien mejor se adapta a una tendencia subvirante, a diferencia de Leclerc, que prefiere un coche con la cola más inestable.

Ferrari incluyó cambios en la pedalera, el volante y, fundamentalmente, la manera en que los cinturones sostenían el torso del piloto. Una presión excesiva en el lugar equivocado podía hacer sangrar la herida que estaba cerrándose.

Probablemente sugestionado, expresó que sentía que los órganos internos se movían en su interior más de lo habitual. Albon ya le había advertido que esa sensación podía sobrevenir. Cuando todo se acomodó, el sábado 23, Carlos Jr. dominó Q1 y Q2 y perdió la pole-position por un mínimo error: frenó un poco antes en la curva 9, llevó más velocidad de lo tolerable a la curva 10, el Ferrari se desestabilizó por un instante y en el proceso de control el español perdió cuatro décimas de segundo.

Desde perderse la carrera en Jeddah hasta esta P2 en dos semanas, ¡ha sido un viaje interesante, por decir lo menos!”, declaraba oficialmente. “Al venir a Australia ni siquiera estaba seguro de poder lograrlo. Hemos conseguido ir progresando sesión tras sesión sabiendo que el objetivo era llegar lo más preparados posible a la clasificación. Ojalá el cuerpo aguante durante toda la carrera. Mientras no tenga dolores y con la motivación extra de hoy, lucharé para conseguir un buen resultado mañana”.

Con un poquito de suerte…

En la grilla de partida del Grand Prix, Carlos Sr. expresaba públicamente sus dudas acerca de la condición física de su hijo y de la posibilidad de que tolerara las 58 vueltas de la carrera. El Team Principal de Ferrari, Fred Vasseur, era igual de cauto: “No será fácil para él, pero estoy seguro de que su determinación le ayudará a compensar cualquier limitación física”.

El temprano abandono de Verstappen –el primero en dos años por razones técnicas– le facilitó la tarea: Sainz Jr. no tuvo que desgastarse peleando contra ningún rival en la pista, y en el aire limpio de la vanguardia controló con precisión todas las variables. Que su compañero Leclerc quedara atrapado detrás de Lando Norris en la largada también le facilitó el panorama: obligó a Ferrari a cambiar la estrategia del monegasco, para dejar atrás al inglés mediante un undercut, pero eso provocó que durante las últimas 50 vueltas Leclerc corriera con cubiertas 7 vueltas más viejas que las de Sainz.

¿Qué tan nervioso estaba? En la primera mitad de la carrera tenía confianza en que iba a estar bien porque son más o menos las vueltas que hice el viernes. Evidentemente, la segunda mitad de la carrera era un poco desconocida. Pero sí, una vez que me puse delante y tuve un hueco, pude gestionarlo todo. Puedes gestionarte tú mismo, puedes gestionar los neumáticos, tienes menos presión. Puedes elegir los lugares donde empujar y no empujar, ya sabes, y todo se vuelve mucho más fácil. Así que sí, no voy a mentir, las últimas cinco o diez vueltas estuve un poco rígido y cansado, pero nada que me frenara demasiado”.

Sainz Sr. no entró en la selfie que su hijo se tomó junto a Leclerc, con los mecánicos de fondo, apenas un instante después de consumado el primer 1-2 de Ferrari en dos años (el último había sido Bahrein 2022 con el orden invertido). No tenía razón para hacerlo: el Matador sabía que su función durante el fin de semana no había sido ayudar a su hijo a ganar, sino ayudarlo a lograr una recuperación satisfactoria, aunque ello eventualmente indicara evitar que corriera. No le correspondía ni pizca de mérito deportivo. Estaba allí apenas como un padre preocupado. Uno que ama a su hijo y que está convencido de que es mejor que él.

Supongo que mi cuerpo todavía está un poco en modo de ‘a prueba de fallos’”, reflexionaba el ganador. “Entonces todo lo que hago es un poco más lento y un poco más cauteloso porque obviamente cuando pasan por tu abdomen, es una sensación rara, como dije. Pero es lo que dije al principio del fin de semana, sin dolores, aunque estoy un poco en modo protección, puedo conducir sin problemas. Físicamente, lo que sentí hacia el final de la carrera... Simplemente muy rígido. Evidentemente, pasar siete días en cama no es, para la forma física y para todos los músculos, muy saludable para un deportista. Pero como dije, solo en el último stint, diría que estuve un poco más rígido. Hasta el último stint estuve perfectamente bien. Todavía con esta sensación extraña, pero nada que me frenara en absoluto. Tenía confianza con el coche y empujaba”.

Por supuesto: los rumores sobre una venidera operación de apéndice a la que se sometería Charles Leclerc son completamente infundados...

PV