La música, la primavera y la juventud son tres conceptos que andan juntos desde que tenemos memoria. El origen mismo del rock argentino tiene como uno de sus primeros espacios de ebullición las reuniones de hippies en Plaza Francia por el día de la primavera a mediados de la década del 60. Y si bien hoy cuesta encontrar adhesiones al ideario y la estética que dominaba esos festejos -la palabra hippie tiene una connotación cada vez más negativa, especialmente entre los más jóvenes- la música argentina y la cultura rock de Buenos Aires le deben mucho a esas rondas de canciones con guitarra. La semilla del rock argentino estuvo en las largas noches de La Cueva pero también en las plazas y los parques de la ciudad. Durante las siguientes décadas, el primer calor primaveral se consolidó como el marco ideal para los festivales en todo el país.
Esta primavera, Buenos Aires tendrá un evento musical que viene a cambiarlo todo, un festival que la conecta con otras primaveras del mundo y que, por su ecléctica cartelera, no le habla solamente a los jóvenes. El festival Primavera Sound llega a la Argentina tras veinte años de ediciones en Barcelona, ofreciendo un menú que da espacio a propuestas bien actuales, que muchos vamos a tener que investigar con Spotify y YouTube abiertos, pero también a otros nombres, como Pixies o Bjork, que fueron lo nuevo y hasta un sinónimo de vanguardia 30 años atrás. Esos artistas, que encabezan las primeras dos jornadas del festival, son los que abren la puerta del festival a los mayores de 30, a los de 40 y seguramente a algunos que ya pasaron los 50 también.
En mayo de este año, tuve la posibilidad de asistir a algunas jornadas del Primavera Sound de Barcelona y comprobé lo que diferencia a este festival de otros grandes eventos musicales del mundo e incluso a algunos que ya experimentamos en Argentina. Además de todos los shows que tienen lugar en la sede central -el insondable Parc del Forum de Barcelona-, durante los días de semana, el festival baja a la ciudad y los artistas se diseminan por los clubes musicales que tienen actividad durante todo el año. En ese tramo del festival, la sensación al salir a la calle es la de una ciudad tomada por la música con eventos simultáneos en más de diez venues distribuidos por los diferentes barrios. De ese modo, el festival intenta darse la mano con la vida musical de la ciudad y evita ser visto como una competencia para quienes producen los conciertos el resto del año. La edición que en pocas semanas llegará a Buenos Aires contempla, además de las actividades en la sede central de Costanera Sur, cinco días de shows en los espacios musicales más emblemáticos la ciudad.
Se puede pensar así el evento como una suerte de festival on demand, en el que se presenta no solo un extenso menú de artistas para elegir sino también diferentes modos de abordarlo. Acá entran en juego el gusto musical de cada uno, que nos puede llevar a optar por una u otra jornada y por supuesto también la variable económica que atraviesa a cada bolsillo y la resistencia física de cada asistente. Las primeras dos jornadas del festival son ideales para quienes no aguantan pasarse el día completo en un predio yendo de un escenario a otro. El primer show, programado para el 14 de octubre, se llama Road to Primavera Sound y es como una antesala del festival con un cartel concentrado y esencialmente rockero, que reúne a Pixies, Jack White, Cat Power y -como crédito local- Las Ligas Menores. Una combinación Ideal para encender la máquina.
Tres semanas más tarde, arranca la parte más intensa del festival. Entre el 7 y el 11 de noviembre tiene lugar el mencionado tramo Primavera en la ciudad, cuya programación terminará de definirse próximamente. Y puntualmente, el 9 de noviembre en Costanera Sur hay una fecha muy especial con un cartel también concentrado de cuatro artistas, que en este caso son todas mujeres. A la cabeza está Bjork, una de las artistas más icónicas de la década del 90, con un estilo musical bastante único, que se potencia con la puesta escena de cada presentación en vivo. Y detrás de ella van Julieta Venegas (de México, aunque ya hace bastante que vive en Buenos Aires), Javiera Mena (de Chile) y Feli Colina, una de las más grandes revelaciones de la música argentina. La paridad de género en el cartel de artistas es otro de los principios que busca sostener Primavera Sound en cada una de sus ediciones.
Luego vendrán las dos jornadas maratónicas (el 12 y 13 de noviembre) con los grandes nombres que completan y prestigian el festival, como Arctic Monkeys, Lorde, Travis Scott, Interpol, Phoebe Bridges, Fahter John Misty, Charli XCX o Beach House. La representación argentina queda a cargo de Juana Molina, 107 Faunos, Santiago Motorizado, Bestia Bebe, Damas Gratis + L Gante y El Doctor. La más reciente incorporación del festival es la del DJ y productor Hernán Cattaneo, quien presenta el sábado 12 su espectáculo audiovisual Future Memories.
La cantidad de nombres, como en todos los mega festivales, puede resultar un poco abrumadora. Entre los que conocemos y queremos ver, los que tal vez de algún lado nos suenan y los que no tenemos ni idea quiénes son, se arma una bola que puede pasarnos por encima. Por eso, la recomendación desde este espacio es siempre mantener la calma, tomar de semejante oferta aquello que sentimos que nos traerá algún tipo de felicidad, lo que tengamos ganas de compartir con otros o lo que podamos pagar… ¡y a no dejarse llevar por el FOMO! Todavía quedan un par de semanas para estudiar la grilla, para evaluar los diferentes paquetes a la venta y que cada uno encuentre la mejor forma posible de vivir el festival.
HS
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