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Prodigio chino

Yu Zidi, la niña de 12 años que pone en jaque las normas de la natación mundial

Yu Zidi, la nadadora de apenas 12 años, ha saltado a la primera línea internacional tras rozar el podio en los 200 estilos del Mundial de Natación de Singapur,

Ada Sanuy

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En un deporte donde la precocidad no es ajena, el nombre de Yu Zidi irrumpió con una fuerza que nadie, ni siquiera los máximos responsables del sistema, había previsto. Nacida en octubre de 2012 en Baoding, provincia de Hebei (China), esta nadadora de apenas 12 años saltó a la primera línea internacional tras rozar el podio en el Mundial de Natación de Singapur, prueba en la que terminó cuarta por tan solo seis centésimas. Su historia, más allá del resultado, captó la atención global por lo que implica: una niña capaz de competir de tú a tú con campeonas mundiales y olímpicas, convirtiéndose en la gran sensación de los campeonatos.

Yu Zidi descubrió la natación casi por accidente a los seis años, durante una visita a un parque acuático. Allí fue detectada por un entrenador que vio en ella un potencial poco común y la animó a iniciarse en la disciplina. Desde entonces, su progresión ha sido meteórica. En 2021 se unió al Club Hebei Taihua y se trasladó a Hengshui para entrenar bajo el exigente sistema deportivo chino, donde comparte piscina con la fondista Bingjie Li, una de sus grandes referentes. Ese régimen, centrado en la disciplina, la repetición técnica y un alto nivel de carga, ha sido clave para pulir a una nadadora que a día de hoy se mueve en registros comparables a los de las mejores del mundo.

Marcas de élite, edad sin precedentes

Yu Zidi no solo ha asombrado por su edad, sino por su solvencia en múltiples pruebas. En mayo logró la mínima directa para participar en el Mundial de Singapur en los 200 estilos, pero su gran explosión llegó días después al proclamarse campeona nacional en los 200 mariposa con un tiempo de 2:06.83. Esa marca la sitúa como la quinta más rápida del mundo en lo que va de año. A esta versatilidad suma un potente 4:35.53 en los 400 estilos y un sólido 1:58.09 en los 200 libre. Ninguna nadadora de su edad había registrado semejantes tiempos en la historia reciente de la natación.

Durante el campeonato de China de piscina corta en septiembre de 2024, con solo once años, ya se había coronado campeona nacional en cuatro pruebas distintas, incluyendo los 200 libre y los 400 estilos. Su rendimiento ha sido tan impactante que, en algunas pruebas, sus marcas actuales habrían bastado para acabar cuarta en los recientes Juegos Olímpicos de París. Este dominio técnico y físico ha disparado las comparaciones con otras prodigios del pasado, como Katie Ledecky o Summer McIntosh, pero lo cierto es que ninguna de ellas brilló con tanta intensidad siendo tan joven.

Una presión inmensa para una edad tan corta

El impacto de Yu Zidi va más allá del cronómetro. Tras clasificarse para la final de 200 mariposa y acaparar más titulares que los propios medallistas, se desató un debate sobre si es saludable que una menor de doce años compita a este nivel. El régimen de entrenamiento al que se ha visto sometida, la presión mediática y las expectativas que genera su figura han hecho que expertos y aficionados se pregunten si existe un límite ético en la promoción de talentos tan precoces. La exigencia mental y física de la natación de élite es elevada incluso para adultos, y algunos temen que esta exposición temprana acabe afectando su desarrollo o motivación.

A esta versatilidad suma un potente 4:35.53 en los 400 estilos y un sólido 1:58.09 en los 200 libre

No obstante, otros defienden que su caso debe entenderse desde una mirada cultural. En China, la identificación y formación de talentos desde edades tempranas es parte integral del modelo deportivo nacional. Los éxitos olímpicos se construyen con años de trabajo meticuloso, y la historia de Yu no sería excepcional en su país de origen si no fuera por lo extraordinario de sus resultados. Esa dualidad cultural ha convertido su figura en un espejo en el que se proyectan las tensiones entre la tradición asiática del alto rendimiento y las visiones más proteccionistas de la infancia en otros contextos.

World Aquatics abre la puerta a revisar las normas

El impacto de la niña china ha obligado incluso a pronunciarse a las autoridades. Brent Nowicki, director ejecutivo de World Aquatics, reconocía en Singapur que el caso de Yu ha sido “totalmente inesperado”. Aunque la normativa vigente permite la participación de nadadoras menores de 14 años si cumplen la marca de clasificación, Nowicki admitía que jamás pensaron que una niña de 12 pudiera alcanzarla: “Nuestros estándares A son tan bajos, tan estrictos, que no pensé que nunca una niña de 12 años tuviera el potencial para nadar así”.

Pese a calificar la situación de “excepcional”, el organismo internacional ha anunciado que revisará la regla actual. Nowicki subrayó que es la primera vez que se encuentran con una situación así y que se estudiará si es necesario establecer nuevas salvaguardas: “Ella es genial, tiene un gran futuro, ojalá salgan cosas buenas de esto. Pero obviamente tenemos que asegurarnos de que así sea, ¿no?”. Su declaración, aunque mesurada, ha abierto la puerta a una reforma que limite por edad la participación en pruebas de élite incluso si se alcanzan las mínimas exigidas.

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