La batalla de los alquileres: entre inmobiliarias, garantías en dólares y trabajos para pagar el alquiler

Alquilar en la Ciudad de Buenos Aires se volvió una odisea pero esto ya lo leímos en varios lados y lo escuchamos diariamente de nuestros amigos, parientes y compañeros de trabajo. La pregunta es: ¿Por qué el acceso a la vivienda se volvió algo tan complicado? 

En septiembre, la mediana de los monoambientes ofertados en Capital Federal fue de 55.000 pesos, según el relevamiento mensual que realiza el Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO). Recordemos que el salario mínimo vital y móvil, que en septiembre fue de 51.200, con lo que se llegaría a cubrir el 93,1 por ciento de un alquiler. Lo que nos deja con números que asustan, preocupan y generan malestar económico y social. 

 “Cuando estaba buscando alquiler me decían que lo mejor para mi economía, para no pasarla mal era que el alquiler representará tan solo un tercio de mi sueldo. Siempre me pareció una locura porque desde que vivo solo, que ya van a ser cuatro años más o menos , eso no me paso nunca”, explica Francisco de 30 años desde el barrio de Villa Ortuzar.

 Se apresura en agregar: “y eso que tengo dos trabajos, en los que estoy como monotributista en los dos, ¿no?” y se ríe cuando lo escucha en voz alta. 

 En los últimos doce meses, agrega el informe de CESO, el precio de oferta de un monoambiente en Capital Federal aumentó 89,7 por ciento; en los departamentos de 2 ambientes la suba fue de 85,7 por ciento y de 63,6 por ciento en los de 3 ambientes. Mientras que el último dato de inflación muestra que para el mes de agosto la variación interanual de los precios fue de 78,5 por ciento. Es un hecho que los precios de oferta sobrepasan a la inflación. 

Juan Pablo Costa, economista del Centro de Economía Política, explica que en un contexto inflacionario como el que se vive actualmente en Argentina “sumado a que los precios de oferta no están regulados por la ley” ingresar a una vivienda se torna imposible. Parecería que el problema está en las subas de las renovaciones de contratos o publicaciones en el mercado que duplican estos valores, situaciones que la ley de alquileres actualmente no regula. 

Costa remarca que el problema son los precios de oferta porque las personas que ya se encuentran alquilando bajo la ley de alquileres sufren subas anuales por debajo de la inflación, “si vos firmaste el contrato hace un año, estarías teniendo un aumento, según el índice de contratos de locación, del 68,5 por ciento. Es elevado, si, pero por cómo están marchando los precios no es tan elevado respecto a los precios de oferta y tampoco elevado respecto a la variación general de los precios” 

Marina tiene 26 años y se mudo por primera vez en mayo, es licenciada en comunicación, tiene un trabajo en relación de dependencia y consiguió el departamento después de un mes de búsqueda activa. Durante ese mes se discutió la posible reforma de la actual Ley de Alquileres. Describe el proceso de búsqueda como desgastante porque las inmobiliarias y los propietarios “se manejaban con su propio método”. 

Por esos meses la Ley de Alquileres volvió a ser tema de debate en el Congreso. La oposición discutía los pilares fuertes de la norma: la duración del contrato y la actualización anual del precio del alquiler regida por el índice del BCRA proponiendo la vuelta al contrato de dos años y aumentos trimestrales arreglado entre las partes.   

“Eso generaba un clima de especulación por parte de las inmobiliarias. Me postergaban las visitas o me las cancelaban e igualmente me pedían que les vaya mandando todos mis papeles a ver si estaba en condiciones para siquiera ir a verlo” , cuenta Marina.

Después de un mes de sesiones informativa, se emitieron tres dictámenes en la Comisión de Legislación General que presidia Cecilia Moreau -la actual titular de la Cámara de Diputados- uno de mayoría, impulsado por el Frente de Todos que defiende la actual ley y un dictamen de minoría, respaldado por Juntos por el Cambio que proponia modificar los puntos fuertes de la norma: volver al plazo de contrato de dos años y dejar librado el aumento del alquiler al acuerdo entre las partes. 

Finalmente, la discusión quedó estancada pero eso fue suficiente para movilizar las aguas del mercado y que los propietarios y las inmobiliarias ejerzan los más descabellados tratos y requisitos.  

“Las únicas veces que pude avanzar con el proceso fue con departamentos de dueño directos… igual también ninguno quería respetar la ley, pedían depósitos en dolares o garantías inexistentes”, apunta Marina.

La ley establece claramente que “toda publicidad, en cualquier medio o plataforma, que incluya precio de locaciones de inmuebles con destino habitacional debe realizarse en moneda nacional” y prohíbe hacerlo en dólares. 

“La verdad es que tuve suerte. El departamento en el que vivo hoy es por dueño directo. Digo que tuve suerte porque había pocos departamentos a precios razonables, muy pocos”, concluye Marina. Al parecer, encontrar un departamento queda librado a la suerte pero sabemos que la suerte también se organiza por las oportunidades. 

Ana tiene 53 años, es jefa de familia y alquila hace 30 años. “En relación a mis ingresos el alquiler supo llegar a significar un tercio de mis ingresos pero mis ingresos no son solo mis trabajos, sino que también cobró una pensión”, dice. 

Cuenta que se vale de “varios puchos” para llegar a cubrir todos los gastos y que actualmente le preocupa porque “el mes que viene paso de pagar 65 mil a un poco más de 100 mil. Es un shock muy fuerte al que cuesta acostumbrarse financieramente pero cuando veo precios de otros departamentos no consigo nada que se acerque a ese precio por la casa en la que vivo. Hay que aguantar a que pasen los primeros meses” .

Una ley para sancionar viviendas vacías

La última propuesta de Inquilinos Agrupados fue por más y presentaron recientemente un proyecto de ley a la legislatura porteña para fomentar la oferta. El proyecto consiste en la prohibición de viviendas vacías por más de 90 días y propone el Sistema de Alquiler Protegido. 

“No hay dudas de que el mercado inmobiliario construye viviendas para dejar vacías y las consecuencias sociales y habitacionales son gravísimas. Aumento del valor del suelo, condiciones cada vez más restrictivas para conseguir vivienda, y alquileres que significan más de la mitad de nuestros ingresos. Toda ciudad moderna regula la vivienda vacía y es hora de que aquí también suceda”, expone el mensaje difundido por la asociación de Gervasio Muñoz. 

El proyecto de ley tiene tres propuestas fuertes: toda vivienda vacía por más de 90 días ingresa de forma obligatoria al Sistema de Alquiler Protegido, las viviendas que ingresen al alquiler protegido serán alquiladas y administradas por el IVC (Instituto de la Vivienda) en donde el precio del alquiler será equivalente al 1 por ciento del valor fiscal y las viviendas con herencia vacante deberán ingresar al Sistema de Alquiler Protegido. 

“Cuando el mercado plantea que la demanda supera la oferta, nada dice de las 340.000 viviendas vacías, siendo esta la causa fundamental junto con el alquiler turístico. Hemos decidido presentar un proyecto que soluciona en 90 días el problema de oferta de vivienda en la ciudad. Ahora, comienza la campaña de juntada de firmas en todos los barrios porteños en donde los inquilinos y las inquilinas podrán sumarse. Necesitamos 38.000 firmas para que nuestro proyecto sea tratado en la legislatura”, cuenta Gervasio

Desde la agrupación estiman que son 1.2 millones de inquilinos en la Ciudad y “así como logramos que la comisión la pague el dueño en el 2017, y en el 2020 la ley de alquileres nacional, vamos a lograr terminar con la especulación de aquellos que tienen decenas de viviendas vacías”, concluye Muñoz. Para que el proyecto se trate en la Legislatura se necesitan 38.000 firmas.

Las expectativas no son muy buenas ya que el Gobierno porteño no tardó en posicionarse en contra de la propuesta. El jefe de gabinete, Felipe Miguel, expresó con sorna en sus redes sociales que la misma era “un disparate”. También remarcó que estas propuestas donde el Estado cumple un rol más activo en el mercado inmobiliario no prosperan en ningún lugar del mundo.