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La inflación de mayo fue 3,3%, pero el Gobierno se entusiasma con que sea el inicio de la desaceleración

3,3%, la inflación de mayo. Sigue siendo alta, pero está por debajo de lo que estimaron consultoras privadas.

Delfina Torres Cabreros

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La inflación de mayo fue de 3,3%, un dato alentador si se compara con los últimos cinco meses, en los que —con la sola excepción de febrero— el nivel no bajó del 4%. El Gobierno se entusiasma con que sea el inicio de un proceso de desaceleración de los precios, que de todos modos no alcanzaría para lograr la meta del 29% anual establecida inicialmente en el Presupuesto. Solo en los primeros cinco meses del año la inflación acumulada fue de 21,5%, Puertas adentro, el equipo económico dejó ir esa marca y ahora aspira a cerrar 2021 en torno al 40%. 

El dato del 3,3% es el más bajo desde noviembre pasado (3,2%) y, a diferencia de lo que ocurrió en los meses anteriores, está incluso por debajo de las estimaciones privadas, que auguraban para el quinto mes del año un número cercano a 3,6%. 

La división de mayor incremento en el mes fue la de transporte (6%), impulsada principalmente por subas en vehículos, combustibles, GNC y taxis. La siguió salud (4,8%), donde incidieron las alzas en productos, artefactos y equipos médicos y también las cuotas de las prepagas, algo que por estás horas las empresas del sector solicitan volver a subir.

Los alimentos marcaron un aumento del 3,1% y se ubicaron así por debajo del promedio general. Sin embargo, si se mira dentro del rubro, hay algunos productos que despuntan. La carne y sus derivados se encarecieron 4,4% en el Gran Buenos Aires y las verduras, 4,9%. En el extremo opuesto, las frutas registraron una caída del 8,5%. 

El Gobierno aplicó desde el 20 de mayo una suspensión temporaria de las exportaciones a casi todo el mundo, con excepción de algunas cuotas puntuales. También desde el 20 de mayo hasta el 2 de junio rigió un cese de comercialización de ganado como protesta de la Mesa de Enlace contra el cepo exportador. Estos dos elementos, sumados a otros previos como el aumento de la demanda externa y el encarecimiento del maíz (que se utiliza como alimento para los animales), explican parte de esta dinámica alcista. 

Melisa Sala, economista jefa de LCG, señaló que esperaban un registro más bajo de inflación en mayo por la ausencia de aumentos puntuales, pero también por efecto de una política cambiaria más agresiva que viene convalidando un atraso del tipo de cambio oficial: la tasa de depreciación de los últimos 5 días promedia 21% anualizada, menos de la mitad del ritmo al que crecen los precios. “Si esto se mantiene, y no se traduce en más brecha, algo que podría transmitir incertidumbre y motivar ajustes preventivos en los precios, podría esperarse una moderación de la inflación en la segunda mitad del año”, dijo Sala, que de todos modos no es muy “optimista” en cuanto al dato final. 

“Desacelerar desde registros de 4% promedio en los últimos 6 meses a registros del 3% implicaría llegar a diciembre con una inflación del 49%; bajarlos a 2,5% te deja una inflación del 45% a diciembre. Entiendo que el dato final estará entre esos valores”, apuntó. 

Lorena Giorgio, economista jefa de Equilibra consideró que “a pesar de que por cuarto mes consecutivo los precios le ganaron la carrera nominal al tipo de cambio oficial (3,3% vs. 1,3%), la inflación sigue siendo alta”. Consideró que hay varias fuentes de inflación reprimida que, junto con la recomposición de márgenes de empresas, explican en gran parte este resultado.

“En mayo la inflación en regulados fue del 3,8%, siendo una gran fuente de inflación reprimida, mientras que la inflación núcleo fue del 3,5%, evidenciando recomposición de márgenes y una gran inercia. La pandemia generó costos extraordinarios sobre las empresas que recién ahora se están empezando a trasladar al consumidor”, ejemplificó. 

Hacia adelante Giorgio observa una menor presión de las materias primas, una reapertura de paritarias de gremios que cerraron subas inferiores al 35%, un deslizamiento del tipo de cambio oficial por debajo del 2% mensual (con una brecha cambiaria en torno del 75-80%) y precios regulados con aumentos muy modestos. “En este escenario, para junio prevemos un registro similar al de mayo, mientras que para el segundo semestre esperamos una suba promedio mensual apenas por debajo del 3%, para cerrar el año con una inflación acumulada del 47,5%”, puntualizó.

Esta tarde, en un encuentro con empresarios organizado por el Consejo Interamericano de Comercio y Producción (CICyP), el ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que “están las condiciones dadas para que la inflación vaya reduciéndose”. Insistió en que se trata de un fenómeno “multicausal” por lo que no considera efectivo “atacarla solo con políticas monetarias”. De acuerdo con el funcionario, es necesario “resolver problemas estructurales”, lo cual requiere “un enfoque integral y un trabajo de colectivo de coordinación”

En el equipo económico confían en que las tarifas (que aumentaron menos de los presupuestado originalmente) y el dólar (que actualiza su valor a un ritmo inferior que los precios) funcionen como anclas y comiencen a dar resultados. Mientras tanto y para surfear la ola, se encomiendan a los acuerdos de precios sectoriales que ha ido cerrando el Ministerio de Desarrollo Productivo y otros programas como la canasta de productos básicos regulados Súper Cerca. 

“Los alimentos dieron por debajo del nivel general y, si bien en el acumulado siguen por encima del nivel general (49,9% contra 48,8%), permite pensar que algunos programas están llegando tarde pero están empezando a tener efectividad”, señaló Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. “Habrá que ver en junio cómo impacta la desactivación de Precios Máximos y la nueva canasta, que quizás tenga mayor impacto positivo sobre el bolsillo que sobre el índice de precios al consumidor”.  

DT

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