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Luis Caputo y Nicolás Posse se reunieron durante una hora y media con emisarios del FMI en la Casa Rosada

El ministro de Economía, Luis Caputo, se retira de la Casa Rosada, tras la reunión que mantuvo con los representantes del FMI.

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Funcionarios del Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI) iniciaron hoy reuniones en Buenos Aires con el objetivo de reflotar el acuerdo por la refinanciación del préstamo de US$ 45.000 millones que tomó el país con ese organismo multilateral de crédito.

El ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete de la Nación, Nicolás Posse, se entrevistaron durante una hora y media con emisarios del Fondo en oficinas de la Casa Rosada. En representación del FMI estuvieron Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, y Ashvin Ahuja, jefe de misión para la Argentina.

La intención del Gobierno nacional es negociar las condiciones y reflotar el acuerdo de facilidades extendidas que se encuentra virtualmente caído por incumplimientos. Según fuentes del Ministerio de Economía, las reuniones continuarán hasta el miércoles, cuando está previsto que los emisarios del FMI cierren de manera oficial su visita al país.

Además, se confirmó que tampoco habrá un nuevo programa, sino que se trabajará para reflotar el plan que está caído, ya que un nuevo acuerdo implicaría pasar por el Congreso, que vive horas de intenso trabajo en pleno verano por el análisis de la Ley Ómnibus y del mega Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023 que impulsa la Casa Rosada.

“Trabajamos para reflotar el acuerdo caído en virtud del incumplimiento de metas, entendiendo que lo que estamos haciendo van a ser satisfechas las nuevas metas porque el plan que estamos llevando adelante es de orden en las cuentas”, indicó el portavoz presidencial, Manuel Adorni, este lunes por la mañana y remarcó que a partir de esta situación, “no debiera haber inconvenientes para que no se reflote”.

Argentina y el FMI renegocian la séptima revisión del acuerdo que podría derivar en un desembolso de unos U$S 3.600 millones, producto de US$ 2.600 millones correspondientes a noviembre y US$ 1.000 millones que se adelantarían del giro que debía efectuarse en marzo de 2024.

La delegación del FMI comenzó sus actividades en Buenos Aires reuniéndose con técnicos del Banco Central, hoy al mando de Santiago Bausili, un hombre de Caputo. Entre los temas críticos a tratar se encuentran la acumulación de reservas y la gestión del tipo de cambio.

La situación actual de la Argentina frente al FMI

El último desembolso recibido por la Argentina fue antes de las elecciones presidenciales de octubre por un monto equivalente a US$7.500 millones, correspondientes a la quinta y sexta revisión del programa. A partir de ese momento, las relaciones con el organismo multilateral se enfriaron y no hubo más desembolsos ni revisiones pese a que la siguiente reunión estaba pactada para noviembre del 2023. Al día de hoy, el total del monto desembolsado por el organismo ronda los US$36.000 millones —el acuerdo fue por US$45.000 millones—.

Uno de los principales puntos a tener en cuenta es que, durante enero, cae el primer vencimiento del año por un monto equivalente a, aproximadamente, US$2.000 millones. A esto se le suma que, durante los primeros meses del año se concentra la totalidad de los vencimientos del 2024 por casi US$7.300 millones. Este es el principal conflicto que las autoridades argentinas buscan destrabar ya que en el acuerdo de facilidades extendidas firmado por el exministro de Economía Martín Guzmán los desembolsos para este año no superan los US$3.200 millones.

El ajuste fiscal que propone el Gobierno

En la conferencia de prensa del 12 de diciembre, el ministro Caputo anunció que el ajuste fiscal previsto para 2024 iba a rondar los 5,1% del PIB —2,9 puntos con recorte de jubilaciones y pensiones, transferencias a provincias, subsidios económicos, gastos de capital, programas sociales y gastos de funcionamiento y 2,1 puntos con aumento de impuestos— con el objetivo de alcanzar un equilibrio fiscal financiero, lo cual implica un superávit primario de alrededor del 3% del PBI.

Este ajuste propuesto por el Gobierno es, efectivamente, muy superior al superávit del 1% proyectado por el organismo en el calendario original. Además, el FMI se mostró optimista frente al salto del tipo de cambio oficial del 118%. Sin embargo, que esto signifique nuevos desembolsos o postergación de vencimientos es una incógnita difícil de develar.

Uno de los elementos a tener en cuenta en esta negociación es la relación existente entre el actual ministro de Economía y el FMI. Durante 2018, cuando Caputo asumió como presidente del BCRA, la discusión con el FMI se centraba en la utilización de las divisas obtenidas en el stand by (crédito) para intervenir en el mercado cambiario. En este sentido el FMI fue muy riguroso en su negativa. Por este motivo, “Toto” presentó su renuncia y el FMI accedió a renegociar los adelantos restantes durante octubre.

Otro punto a tener en cuenta es que, más allá de la magnitud, el ajuste debe ser sostenible para desembocar en un plan de estabilización macroeconómico que es en teoría lo que demanda el FMI para la Argentina. Para esto, el plan debe contar con el apoyo y sustento de la mayoría del arco político y para eso se deben lograr consensos en el Congreso. Este no parece ser el camino buscado ya que la presentación de un DNU que deroga o modifica más de 300 leyes y la ley ómnibus que le otorga facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo atentan contra la posibilidad de generar consensos básicos.

MM

Con información de la agencia NA.

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