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Primarias demócratas

Zohran Mamdani, el candidato a alcalde de Nueva York que desquicia a Trump y reaviva la esperanza de la izquierda en EEUU

El candidato a la alcaldía de Nueva York, Zohran Mamdani

Andrés Gil

Corresponsal en Washington —
1 de julio de 2025 06:51 h

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“Podría cambiar lo que es posible en todas partes”, según el estratega Waleed Shahid. “Puede representar el gran futuro perdido”, afirma Joshua A. Cohen, estudioso de datos. “Es un comunista lunático”, replica Donald Trump.

Zohran Mamdani, hasta ahora miembro de la asamblea del Estado de Nueva York y vencedor de las primarias demócratas para la alcaldía de la ciudad de Nueva York, un bastión demócrata, le respondió al ser preguntado por los medios: “No, no lo soy [comunista]. Trump quiere distraer la atención de aquello por lo que yo lucho, que son los mismos trabajadores a los que él prometió empoderar en su campaña y a los que desde entonces traicionó. Y cuando hablamos de mis posiciones políticas, me considero un socialista democrático en muchos sentidos, inspirado por las palabras del doctor King de hace décadas, que dijo: 'Llámalo democracia o llámalo socialismo democrático, tiene que haber una mejor distribución de la riqueza para todos los hijos de Dios en este país'”.

Pero Trump no solo usa el insulto en Truth Social, también tiene los resortes del Gobierno federal, y este domingo amenazó a los neoyorquinos con retirar los fondos federales a la ciudad de Nueva York si Mamdani gana en 2025: más de 9.000 millones de dólares del presupuesto de la ciudad proceden del Gobierno federal. “Es comunista, un comunista puro. Lo admite, y no me lo puedo imaginar. Si llega al poder, yo seré presidente y él tendrá que hacer lo correcto o no recibirán ningún dinero”, afirmó el presidente de EEUU en una entrevista en la FOX.

“La coalición que llevó a Mamdani a la victoria es el aspecto más significativo de su campaña desde el punto de vista político”, explica Shahid: “Reunió a dos fuerzas que rara vez se alinean a gran escala: los votantes jóvenes milenial y la generación Z, y las comunidades de inmigrantes de clase trabajadora. Mamdani demostró que una agenda populista y de sentido común, basada en las necesidades materiales y la claridad moral, puede ganar. Recordaron las bodegas. Recordaron las oraciones en el frío. Recordaron lo que se sentía al ser excluidos y lo que se sentía al luchar. Y esta vez, no solo protestaron. Votaron. La pregunta ahora es si la coalición de Mamdani puede gobernar. Creo que sí. Y si lo hace, podría no solo cambiar Nueva York. Podría cambiar lo que es posible en todas partes”.

Zohran Mamdani tiene un segundo nombre: Kwame. Nacido en Uganda hace 33 años, su padre, Mahmood, le puso el nombre intermedio Kwame en recuerdo de Kwame Nkrumah, líder histórico panafricanista de la independencia y primer gobernante de la Ghana independizada de Reino Unido en los 50 y 60. “Preferimos gobernarnos a nosotros mismos con riesgos a la servidumbre en tranquilidad”, decía Nkrumah. Y esa máxima parece acompañar al demócrata y socialista (miembro del DSA), conectando con luchas recientes en la ciudad.

En febrero de 2017 cerraron unas tiendas que no cierran nunca en Nueva York. Las típicas tiendas de alimentación, en este caso yemeníes, que abren a deshoras y están siempre ahí. Pero aquel frío febrero cerraron como protesta por el endurecimiento de los requisitos a viajeros musulmanes impuestos por Donald Trump I, quien al mismo tiempo aprobó en aquellos días un bombardeo sobre Yemen. La comunidad musulmana se puso en pie y llevó a cabo una huelga de comercios.

Ocho años después, esa misma comunidad se puso en pie para dar la vuelta a las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York. Quien conecta aquella huelga de bodegas –como se la conoce en EEUU– con la victoria de Zohran Mamdani en las primarias frente a Andrew Cuomo, es Waleed Shahid, estratega demócrata que participó en el Uncommitted National Movement –para no respaldar la nominación demócrata de Joe Biden y Kamala Harris por su apoyo a Israel–, fue seis años portavoz de Justice Democrats, cuando desempeñó un papel clave en la elección de representantes progresistas del ala izquierda del Partido Demócrata y fue asesor principal de la campaña electoral de Alexandria Ocasio-Cortez y trabajó para Bernie Sanders en 2016.

La huelga de bodegas de 2017 rompió ese silencio”, afirma Shahid: “Allí estaban los trabajadores musulmanes y los pequeños empresarios, sin complejos, organizados y unidos, sin pedir permiso, sino reivindicando su lugar en la ciudad que habían ayudado a construir. No se trataba solo de la prohibición de Trump. Era una ruptura con la política del miedo posterior al 11-S. Marcó el surgimiento de un nuevo tipo de política musulmana estadounidense, basada en la solidaridad, visible en público y fundamentada en el poder, no solo en la presencia. Pocos lo vieron como lo que era. Pero ese día no solo supuso el fin del ocultamiento. Fue el comienzo silencioso de una reorganización que tomaría forma más clara años más tarde, cuando los demócratas de Nueva York eligieron a Zohran Mamdani como su candidato a la alcaldía”.

Shahid explica que “la campaña de Mamdani surgió tras años de organización, frustración y dolor, especialmente entre los jóvenes progresistas, los inmigrantes y las comunidades árabes y musulmanas, que durante mucho tiempo habían sido marginadas por el partido. No solo se presentó contra Cuomo. Se presentó contra la amnesia política que olvidó a las personas que acudieron cuando era necesario”.

“El Partido Demócrata puede aprender la lección que la campaña de Zohran Mamdani nos dejó”, decía el senador por Vermont Bernie Sanders: “Y esa lección es tener la valentía de enfrentarse a la codicia y al poder de la oligarquía, abordar los verdaderos problemas económicos y morales que vive una mayoría de nuestro pueblo y luchar por un programa que mejore de verdad la vida de las familias trabajadoras. La victoria de Mamdani no se habría conseguido sin el extraordinario movimiento de bases que se creó a su alrededor. Y ese movimiento de bases, y las miles de personas que llevadas por su entusiasmo participaron en la campaña llamando a las puertas de los vecinos, no habrían existido sin un programa económico que respondía a las necesidades reales de los trabajadores”.

Joshua A. Cohen, estudioso de datos y autor de la newsletter Ettingermentum, entiende que la victoria de Mamdani “es una señal muy llamativa” que indica “que los votantes demócratas no están respondiendo a la derrota de 2024 de la misma manera que lo hicieron algunos medios de centroizquierda, y que la oposición a Trump será muy diferente a como fue durante su primer mandato”.

“El resultado también da la razón a aquellos en la izquierda que argumentaban que el camino hacia el éxito en las primarias era centrarse en las preocupaciones económicas”, prosigue: “Mamdani se presentó como candidato centrado esencialmente en un único tema, la crisis del costo de la vida, lo que le permitió ganar en zonas de ingresos medios no blancas pobladas por inmigrantes asiáticos y latinos, votantes que se decantaron claramente por Trump en 2024 y que en el pasado no habían apoyado realmente a los candidatos de izquierda”.

¿Cómo cree que puede afectar al Partido Demócrata? “Creo que, sin duda, podría darles un sentido de hacia donde dirigirse; las señales estaban ahí desde hacía tiempo”. Cohen prosigue: “Me di cuenta de que, después de la victoria de Trump, los videos de Bernie Sanders en YouTube estaban obteniendo muchísimas visitas, lo que contrasta con los programas del Comité Nacional Demócrata, que no suele superar las mil visualizaciones. Aunque los votantes no sean necesariamente más de izquierdas que antes, la izquierda tiene mucho margen de maniobra porque no se les percibe como los responsables de la situación. La idea de que Bernie habría ganado en 2016 es una creencia generalizada en las redes sociales. La gente lo considera un gran 'futuro perdido', en palabras de Mark Fisher. Realmente conecta con cómo la gente ve a la izquierda ahora. El hecho de que Bernie sea la alternativa que fue descartada lo convierte en una representación de cosas que nunca fueron”.

En todo caso, no es tan sencillo extrapolar la victoria a escala nacional. “Ahora que Bernie es demasiado mayor, hay un vacío de figuras creíbles para presentarse. AOC es una posible candidata, pero tiene mucho más bagaje y años como figura de alto perfil que Zohran, que salió de la nada”, sostiene Cohen.

“El pueblo estadounidense está empezando a levantarse y a luchar”, sostiene Sanders: “Lo vemos en la gigantesca participación que tienen los numerosos actos de ‘Lucha contra la oligarquía’ que celebramos por todo el país. Lo vemos en los millones de personas que acudieron a la concentración ‘No a los reyes’ celebrada en junio en casi todos los estados del país. Y lo vimos en las primarias del Partido Demócrata de Nueva York”.

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