Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Aumentan las voces contra los desmanes de Netanyahu, pero la población israelí vive ajena al sufrimiento en Gaza

Benjamin Netanyahu en una imagen de archivo.

Ana Garralda

0

El mundo está perdiendo la paciencia con Benjamín Netanyahu y ahora también arrecian las críticas en su contra en Israel, donde políticos de renombre y exmilitares hablan abiertamente de acabar con una guerra agotada que ya ha matado a más de 54.000 personas, según las autoridades locales.

Uno de los predecesores de Netanyahu en el cargo, Ehud Olmert, acusó esta semana al Gobierno de estar cometiendo “crímenes de guerra en Gaza”. “Aproveché todas las oportunidades disponibles para distinguir entre los crímenes de los que se nos acusa, que me negué a admitir, y la negligencia e indiferencia hacia las víctimas de Gaza y el insoportable coste humano que hemos estado infligiendo allí. Rechacé la primera acusación, admití la segunda. En las últimas semanas, no he podido hacerlo (…) Sí, Israel está cometiendo crímenes de guerra”, escribió el ex primer ministro (2006-2009) y antiguo líder del extinto partido centrista Kadima en el diario Haaretz. Es una afirmación que evitó hacer durante una entrevista con elDiario.es el pasado mes de abril, y que ahora respalda.

Para Olmert, la ofensiva israelí sobre Gaza, que sigue dejando víctimas civiles –entre ellas 18.000 niños, según datos del ministerio de Salud palestino– una hambruna rampante y la devastación total del territorio, ha perdido su propósito de “defensa legítima” más de 600 días después de las masacres del 7 de octubre perpetradas por Hamás. A sus ojos, lo que hoy está sucediendo es otra cosa: “Una matanza indiscriminada, ilimitada, cruel y criminal de civiles no por la pérdida de control en un sector específico ni por el arrebato desproporcionado de algunos soldados de alguna unidad”. “Es más bien el resultado de la política gubernamental, dictada de forma consciente, maliciosa e irresponsable”, añadió el ex primer ministro.

Otro predecesor de Benjamín Netanyahu, Ehud Barak, que incluso formó parte de su Gobierno como ministro de Defensa al igual que en el liderado por Ehud Olmert, encabeza hoy uno de los principales movimientos de protesta contra el primer ministro, con quien ha mantenido una feroz rivalidad política e ideológica desde que le venció en las elecciones de 1999 tras dejar su cargo como Jefe del Estado Mayor del Ejército israelí. 

“Dudo que continuar la guerra produzca resultados distintos a los de las rondas de combates anteriores”, dice a elDiario.es el exgeneral, quien, ejerza o no como político, nunca abandona la jerga castrense. “Continuar con la guerra solo exacerbará el aislamiento diplomático y legal de Israel, provocará una ola de antisemitismo y constituirá una sentencia de muerte para algunos o la mayoría de los rehenes supervivientes”, añade el exlaborista.

A diferencia de Olmert, y en la crítica que también escribió en las páginas del diario Haaretz, Barak no hace mención alguna ni a las matanzas de civiles palestinos, ni a la profunda crisis humanitaria que padece la Franja de Gaza desde que el Gobierno de Netanyahu decidió romper hace casi tres meses, y de forma unilateral, la última tregua acordada con Hamás.

“No hay ninguna personalidad pública israelí cuyo sueño sea perturbado por los niños que gritan de terror y dolor en los hospitales, por los ancianos que son llevados de un lugar a otro en carretas tiradas por burros y por la eliminación de familias enteras”, opina al respecto el columnista Gideon Levy. “La conmoción humana por lo ocurrido el 7 de octubre no ha sido reemplazada por una conmoción similar por lo que Israel está haciendo en Gaza. ¿Por qué? ¿Porque somos judíos y ellos no? ¿Acaso la bondad humana no puede traspasar fronteras y difuminar las afinidades nacionales ante la destrucción?”, se pregunta el periodista.

La catástrofe de Gaza, minoritaria en el debate público

Levy pone de manifiesto lo que algunos críticos de Netanyahu llevan días apuntando en el país: la  mayoría de la sociedad pide el fin de la guerra por dos motivos. Primero, por el regreso de los 58 rehenes que aún siguen en Gaza (se cree que una veintena siguen vivos). Segundo, por el creciente rechazo que genera en el exterior, incluso entre sus aliados más incondicionales, la crisis humanitaria que padece la Franja, con estampas diarias de hambre y muerte, y el impacto negativo que eso ejerce en la imagen de Israel ante el mundo. De ese clamor queda fuera el sufrimiento que padecen los palestinos, ejercido por parte del gabinete de Netanyahu.

Un ejemplo de esta ausencia es el terremoto social que se desata en el debate público cuando un político o cualquier otra figura prominente, especialmente si es un antiguo alto mando militar, dice cosas como que Israel “asesina bebés en Gaza” o que el país se ha convertido en un “Estado paria como en su día lo fue Sudáfrica”. 

Así sucedió hace unos días cuando Yair Golán, exgeneral de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y líder de Los Demócratas –una alianza del Partido Laborista y Meretz, la izquierda sionista israelí– dijo en la radio pública Kan que “un Estado cuerdo no libra guerras contra civiles, no mata bebés como pasatiempo y no se fija como objetivo el desplazamiento de la población”. 

El tsunami político y social generado por las palabras del exmilitar, que aún resuenan en la opinión pública israelí, fue de tal calado que hasta tuvo que matizar después sus declaraciones afirmando que Israel “ciertamente no” mataba bebés como un pasatiempo y que “no estaba cometiendo crímenes de guerra en Gaza”. 

“Creo que Golán fue demasiado lejos en sus palabras”, dijo en un reciente encuentro con periodistas el general retirado y excomandante de la División Gaza Israel Ziv. “No creo que estemos en un punto en el que podamos decir que Israel mata intencionadamente a civiles”, señaló el exmilitar. “Es injusto decirlo así cuando Hamás tiene secuestrada a su propia población y hoy solo se culpa a Israel (…). No obstante, es indudable la cantidad de gente no involucrada que está muriendo. Deberíamos hacer autocrítica y ser muy conscientes de lo que estamos haciendo dado que ahora es incluso más agresivo”, apuntó. 

Escasa crítica en los medios israelíes 

Pero la creciente autocrítica llegada desde figuras políticas y de la antigua cúpula militar del Ejército (con diferencia la institución más respetada del país) no parece tener el mismo eco en la base social que hoy conforma la sociedad israelí, que se mantiene ajena al drama humanitario de los palestinos y ensimismada en lo que sucede desde hace más de 19 meses, según muestran las últimas encuestas. 

Algunas encuestas, como la encargada en marzo por la Universidad Estatal de Pensilvania para la empresa demoscópica hebrea Geocartography Knowledge Group, revela una realidad que va un paso más allá. Según la muestra realizada entre un millar de judíos israelíes, el 82% de los encuestados apoyaría la expulsión de los residentes de Gaza y el 56% estaría a favor de echar también a los ciudadanos palestinos de Israel. Cifras que representan un aumento significativo respecto de una encuesta elaborada por la misma empresa en 2003, en la que el apoyo a dichas expulsiones se situó en el 45% y el 31%, respectivamente.

“Las causas son numerosas, pero no hay justificación”, escribió Gideon Levy en su última columna, publicada en el único periódico del país que aborda diariamente los ataques israelíes sobre la Franja de Gaza y su devastadora realidad. “Es obvio que la gente se preocupa más por los suyos, y cada nación vela por su propia gente primero. ¿Pero esto? (…) Nada romperá el muro protector que los israelíes han construido a su alrededor. Nada en Gaza evoca culpa. Ni siquiera tenemos el tipo de protesta que sacudió Estados Unidos durante años contra la guerra de Vietnam”.

Anat Saragusti, jefa del área de libertad de expresión del Sindicato de Periodistas de Israel, coincide con Levy y, como él, apunta a la complicidad de la mayoría de medios del país en el encubrimiento de los horrores que llegan desde Gaza. “Desde el 7 de octubre de 2023 solo ha habido unos pocos reportajes en los principales medios sobre la situación de los civiles palestinos en Gaza y muy pocos sobre la enorme magnitud de su crisis humanitaria”, dice. “El israelí promedio apenas tiene acceso a lo que ocurre en su nombre en Gaza. Sí, los israelíes pueden acceder a sitios de noticias internacionales; pueden elegir ver canales de televisión internacionales disponibles en Israel; pueden hacer clic en una noticia o publicar en redes sociales. Pero la mayoría no lo hace ni lo hará, y solo en parte debido a la barrera del idioma. No lo harán, principalmente, porque no les importa”, sentencia. 

Etiquetas
stats