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Entrevista

Bill Roggio, experto en Afganistán: “Al Qaeda ha jugado un papel clave en esta ofensiva talibán”

Bill Roggio, director de Long War Journal

Javier Biosca Azcoiti

elDiario.es —

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“Estoy fumando demasiado estos días. Antes fumaba un paquete a la semana y ahora me fumo medio al día”, confiesa Bill Roggio, director de Long War Journal, una publicación del think tank Foundation for the Defence of Democracies (FDD) sobre la guerra contra el terrorismo con atención especial en Afganistán. A través de sus mapas, la publicación ha servido de fuente para consultar el avance de los talibanes en multitud de medios internacionales.

Roggio lleva años monitorizando la actividad de los talibanes y de Al Qaeda en Afganistán y actualmente sigue con atención las últimas noticias que llegan desde el país asiático. Roggio sirvió en el ejército de EEUU del 91 al 97 y posteriormente estuvo incrustado como periodista con varios ejércitos en diferentes conflictos internacionales, incluido Irak y Afganistán.

El analista detalla los errores de los últimos cuatro gobiernos de Estados Unidos, explica el desmoronamiento del Ejército afgano y analiza la estrategia talibán y el futuro de la resistencia.

Ha seguido a los talibanes durante años. Tras su primera rueda de prensa y otras declaraciones mostrando una cara más moderada, ¿diría que han cambiado? 

Los talibanes han cambiado, pero no en el sentido en que la gente espera. Sigue siendo un régimen brutal, represivo y totalitario, pero lo que ha cambiado es que se ha vuelto políticamente más inteligente y tiene una campaña mediática eficaz y sofisticada que es capaz de engañar a los reporteros y políticos occidentales ingenuos.

De hecho, el último informe de seguimiento de la ONU dice que los talibanes siguen teniendo vínculos con Al Qaeda.

Eso es algo que mi colega Tom Joscelyn y yo hemos cubierto y documentado durante años y la ONU está en lo cierto. Los vínculos entre Al Qaeda y los talibanes son tan fuertes hoy como lo han sido siempre. Al Qaeda ha desempeñado un papel clave en esta ofensiva, especialmente en el norte, donde ha ayudado a los grupos yihadistas regionales a integrarse con los talibanes para mejorar su poder de combate y a llegar a las comunidades uzbeka, tayika y turcomana. 

Este es otro asunto en el que los talibanes han logrado engañar a los funcionarios occidentales y a algunos periodistas. Dicen que no permitirán que su territorio sea utilizado para llevar a cabo ataques contra Occidente, pero esa es la misma mentira que dijo antes del 11 de septiembre.

¿Se convertirá Afganistán de nuevo en una amenaza para el resto del mundo en términos de terrorismo?

Esa amenaza nunca desapareció. Al Qaeda siempre ha estado ahí luchando junto a los talibanes. En los últimos años, incluso después del acuerdo entre EEUU y los talibanes [de febrero de 2020], las fuerzas estadounidenses y afganas han matado a varios líderes de alto nivel de Al Qaeda, incluido un miembro de la shura central que era el director de Al Sahab, su principal medio de comunicación.

Biden ha culpado de la victoria talibán al ejército afgano por una falta de voluntad para luchar, pero varias estimaciones sitúan en más de 60.000 los oficiales de policía y ejército muertos durante la guerra, ¿qué opina de esa afirmación?

El presidente Biden ha dejado en la estacada al pueblo afgano, a los militares y a su antiguo presidente. Es vergonzoso. El Ejército afgano ha demostrado no estar a la altura de la defensa del país, pero ha hecho sacrificios. Decenas de miles de personas han muerto luchando contra los talibanes, que vaciaron y debilitaron al ejército afgano antes de que comenzara esta ofensiva. 

Las fuerzas militares y de seguridad afganas quedaron desmoralizadas por el anuncio del acuerdo de Doha con los talibanes bajo el presidente Trump y luego por la retirada del presidente Biden. Biden comparte la culpa de esto y es vergonzoso que hable de esa manera de un aliado que hizo grandes sacrificios para ayudar a que Afganistán no sea una amenaza para Occidente.

El presidente también dijo que el ejército era tan fuerte y capaz como cualquier otro ejército del mundo ¿Fue una declaración política o realmente era una mala valoración de inteligencia?

Uno de los mayores problemas que hemos tenido en Afganistán es no entender a los talibanes y su objetivo maximalista de restablecer el Emirato Islámico de Afganistán. Pensamos que había una paz que conseguir y que no había solución militar cuando ellos sí que tenían una solución militar. 

Esto ha sido un fallo inmenso de inteligencia en muchos niveles y este es uno de ellos. Estados Unidos ha sido incapaz de evaluar adecuadamente al Ejército afgano y su capacidad de combate. Por otra parte, quizá tampoco les importaba la posibilidad del colapso porque esperaban que se llegase a una solución política entre ambas partes cuando realmente no había ninguna. 

¿Y por qué fue tan rápida la derrota del Ejército afgano?

En 2014, cuando EEUU transfirió la seguridad al Ejército afgano, lo que significa que ellos serían los que iban a hacer las operaciones terrestres con el apoyo de EEUU y la OTAN, la estrategia de los talibanes fue tomar el control de las áreas rurales y luego utilizar ese poder para expandirse.

Mientras tanto, la estrategia de Estados Unidos, la OTAN y el Gobierno afgano era defender las ciudades e ignorar las zonas rurales, que decían que no eran importantes porque ellos controlaban el grueso de la población. Eso jugó a favor de los talibanes, que en estas zonas resultaron intactos y ampliaron su influencia. Incluso entraron dos veces en ciudades.

Los comandantes estadounidenses lo desestimaron y en lugar de darse cuenta de que tenían un problema en las zonas rurales que había que resolver, lo que hicieron fue redoblar las conversaciones con los talibanes. El general Miller [último comandante de EEUU en Afganistán] dijo literalmente que la verdadera señal de éxito no era la situación militar, sino el estado de las negociaciones. Mientras tanto, las fuerzas afganas estaban asediadas por los talibanes, que estaban debilitando al ejército en esas zonas disputadas.

El día antes de que el presidente Biden diera su discurso anunciando la retirada en abril, los talibanes controlaban 73 distritos y disputaban 210 de un total de 407. A finales de junio, los talibanes controlaban más de 220 distritos y el número de disputados cayó a unos 100. Los talibanes arrasaron y consolidaron todas estas áreas. Yo diría que el Ejército afgano fue derrotado incluso antes de que los talibanes lanzaran su ofensiva. Era una cuestión de que los talibanes pulsaran el interruptor y pasaran a la ofensiva. A finales de julio, los talibanes controlaban unos 230 distritos y luego pasaron a centrarse en las ciudades. El 5 de agosto cae la primera ciudad y el resto lo hace como fichas de dominó.

La ofensiva quedó clara desde mayo, ¿podría haber hecho algo entonces EEUU?

Lo que habría hecho falta es que el presidente Biden renunciase a su política de retirada, y no lo iba a hacer. Habría sido necesario un cambio inmediato en un mes. EEUU habría tenido que desplegar fuerzas de combate y lanzar una campaña aérea masiva contra los talibanes. Eso es lo único que probablemente habría detenido esto.

¿Qué futuro ve a la resistencia organizada en el Valle del Panjshir y liderada por el vicepresidente Amrullah Saleh?

Saleh es un líder y Panjshir siempre ha sido históricamente un bastión de la resistencia a los talibanes. Tiene importantes desafíos por delante. En primer lugar, está aislado. Es una isla en un mar talibán. En segundo lugar, las líneas de suministro se han cortado. Ahora mismo tiene el material bélico para el corto plazo. Estoy seguro de que Panjshir probablemente estaba preparado y acumuló material mientras caía el resto del país, pero en algún momento serán necesarias cosas como combustible, municiones, recambios… y disminuirá la capacidad, por ejemplo, de poder volar los helicópteros y aviones que tengan. Además, no tiene ningún apoyo externo en este momento, y menos de EEUU, que se está acercando a los talibanes para evacuar a su personal.

También será importante qué harán los rusos y eso dictará el comportamientos de los istanes, especialmente Tayikistán. Saleh y la resistencia de Panjshir son principalmente tayikos. Antes del 11 de septiembre de 2001, Panjshir y Badajshán fueron las únicas provincias controladas por la Alianza del Norte –coalición antitalibán–. Badajshán era el cuartel general de la Alianza del Norte y actualmente está bajo control de los talibanes, pero existen dudas de lo bien guarnecido que está por los fundamentalistas, por lo que Saleh podría aprovecharse.

Como exdirector de los servicios de inteligencia, Saleh tiene además contactos en todo el país. Hay decenas de miles de soldados y personal de inteligencia que se están jugando el pellejo. Los talibanes están cazando a algunos de ellos, pero esta gente puede darle a Saleh una línea de vida. Saleh tiene la capacidad de llegar a ellos e intentar organizarlos, pero es una tarea complicada.

Para los talibanes, aplastarle debería ser su principal prioridad, incluso antes que asegurar su poder sobre Kabul porque cualquier atisbo de resistencia es una amenaza directa a su capacidad de tomar el control total del país.

Argumenta que el acuerdo de EEUU con los talibanes firmado por la Administración Trump fue un error terrible ¿Por qué?

Legitimó a los talibanes y deslegitimó al Gobierno afgano. Demostró al pueblo afgano, a los militares y al Gobierno que Estados Unidos ya no estaba de su lado y dio a los talibanes la confianza de que, una vez que EEUU comenzase a retirarse, serían capaces de implementar su estrategia final para retomar Afganistán.

Desde el punto de vista de EEUU, hemos tenido tres gobiernos seguidos cuyo objetivo principal ha sido salir de Afganistán. Lo que hicieron las dos últimas administraciones, la de Trump y la de Biden, fue intentar ganar tiempo, como en Vietnam. Esperaban que el Gobierno afgano pudiese luchar durante años y entonces señalarles con el dedo sin que exista una línea directa entre la retirada y el colapso del Gobierno. Ese acuerdo no lo consiguió porque cuando el presidente Biden anunció la retirada, los talibanes ya iban camino de Kabul. 

¿El acuerdo ató las manos de Biden tal y como argumenta el presidente?

No estaba obligado a cumplir con el acuerdo. No era un tratado ratificado por el Congreso. Tiene que responsabilizarse de su decisión. Esta decisión es suya. Podría haber descartado el mal acuerdo de Trump, que admite que lo era ¿Por qué como presidente de los Estados Unidos te adhieres a un acuerdo que consideras malo y que no tiene autoridad legal vinculante? Es cínico por parte de Biden culpar a su predecesor por una decisión que es suya. Ha tenido siete meses para desarrollar su estrategia.

También critica el aumento de tropas ordenado por Obama en su momento, ¿por qué?

El aumento de tropas fue defectuoso por múltiples razones. No abordó la amenaza de Pakistán, que era el refugio de los talibanes. Además, fijó un límite temporal y no abordó la situación contra los talibanes en todo el país, sino que se centró en el sur. Dijo que el aumento de tropas acabaría en 18 meses, así que lanza el mensaje a los talibanes de que solo tienen que aguantar.

Durante este período de tiempo murieron más soldados estadounidenses que en el resto de la guerra en Afganistán. Cualquiera con medio cerebro habría sabido que estaba destinado al fracaso.

Hemos repasado los fallos de Biden, Trump y Obama ¿Qué pasa con la Administración Bush? ¿Algún gran error en su estrategia afgana?

El fracaso de la Administración Bush fue formar el Gobierno afgano equivocado y construir el ejército afgano equivocado. Necesitaba un gobierno para Afganistán y no un gobierno de estilo occidental. Necesitaba un ejército para Afganistán y no un ejército occidental afgano. No necesitaba un Gobierno centralizado y jerárquico como tenemos en Occidente, sino que necesitaba un gobierno federal más flexible, probablemente dirigido por alguien respetado por todos que delegase el poder en las provincias.

Por su parte, los militares debían organizarse de manera similar. Una especie de Guardia Nacional para las provincias donde tienes a los locales luchando por sus hogares y sus zonas. Después podría haber unos mandos regionales para apoyar a las provincias y, por último, un comando militar centralizado que podría apoyar a las regiones. Algo así como una reserva estratégica del ejército.

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