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Bolivia registra una de las tasas de femicidio más altas de América Latina

El Vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia, jilata David Choquehuanca Céspedes, recibe el martes en La Paz a la ministra Federal de Cooperación Económica y Desarrollo. En una entrevista realizada con mujeres en la ciudad paceña de El Alto, Svenja Schulze declaró: "Queremos centrarnos más en la política de desarrollo feminista. Porque estamos firmemente convencidas de que las sociedades se vuelven más humanas cuando las mujeres tienen los mismos derechos”.

elDiarioAR

25 de agosto de 2022 09:32 h

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En 2021, Bolivia registró 108 femicidios. También se reportaron 46 infanticidios, una leve reducción respecto al 2020 según información de la Fiscalía General del Estado. El reporte da cuenta de que al menos 44 de las víctimas tenían entre 21 y 30 años24 estaban entre los 31 y 40 años, y 13 entre 41 y 51 años. La principal causa de la muerte de las víctimas fue por asfixia, seguida de golpes o traumas, armas blancas, armas de fuego e intoxicación, según datos proporcionados por el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF). Los departamentos con mayor incidencia son los que constituyen el llamado ‘eje central’: el dapartamento occidental y andino de La Paz con 43 casos; el oriental de Santa Cruz con 17; el central y valluno de Cochabamba con 15. Tres de cada cuatro mujeres casadas en Bolivia reconecen habar padecido violencia por parte de sus maridos  

  

De víctima a activista: una historia de vida singular pero no disimilar a otras

Lucrecia Huayhua es una luchadora que trabaja fuertemente para que otras mujeres no sufran lo que ella vivió. Fue llevada a la ciudad capital de La Paz dejando su pueblo natal y su familia de 13 hermanos para trabajar como empleada doméstica. “No entendí nada de lo que me pasó en ese momento”, relata. “Siempre me decían: 'Tú no vales nada'. Me trataron muy, muy mal. Tuve una vida difícil”. Para Lucrecia es aún muy doloroso hablar sobre ello. Ya adulta, huyó con sus hijos de su esposo maltratador.

Su vida cambió radicalmente cuando conoció a una empleada del proyecto de la Organización de Mujeres Aymaras del Kollasuyo (OMAK). Gracias a este encuentro, adquirió conciencia de sus propios derechos: “Comprendí por primera vez que yo valgo y que puedo soñar”.

El camino por recorrer 

En 2021,entre Alemania Bolivia se firmó un acuerdo por el ministro boliviano de ExterioresRogelio Mayta, y el embajador de Alemania en BoliviaStefan Duppel, durante un acto celebrado en La Paz, para consolidar la asignación de un millón de euros a favor del proyecto prevención de violencia en contra de la mujeres. Alemania financia proyectos de cooperación al desarrollo en Bolivia por valor de casi 300 millones de euros. Y también hay un nuevo tema central: una política de desarrollo feminista que apoye proyectos como el de las mujeres aymaras.

En esa ocasión, el  ministro Mayta  afirmó que “todavía nos queda un camino por recorrer” en la lucha contra la violencia a pesar de que el país cuenta desde  el 2013 una ley que castiga el femicidio con 30 años de cárcel sin derecho a indulto, la mayor pena de la legislación boliviana.

En 2021,  se creó la Fiscalía Especializada de Delitos contra la Vida, que atiende casos de muertes violentas y que se estableció con el objetivo de brindar mayor atención a los crímenes que comprometen el “derecho a la vida”, sobre todo los femicidios e infanticidios. Los equipos interdisciplinarios de la unidad están conformados por un fiscal de materia, un médico forense, un criminalista e investigadores especializados quienes acuden a los lugares donde ocurren estos sucesos para recolectar información.

Estos profesionales aplican un Protocolo de 72 horas, que optimiza el trabajo y busca obtener respuestas de forma efectiva e inmediata y que desde su puesta en vigencia ha logrado resolver rápidamente varios ilícitos.

La violencia del patriarcado

“El objetivo de nuestro trabajo es que las mujeres rompan con esas relaciones violentas y se conviertan ellas mismas en embajadoras contra la violencia y por la igualdad”, afirma  Eva Pevec, coordinadora en Bolivia del Servicio Internacional Cristiano para la Paz (EIRENE).

“En Bolivia todavía hay un gran machismo. La violencia es parte de la vida, se ve como una característica humana normal. Por eso, los hombres pueden golpear a sus esposas. Y los padres a sus hijos”, sostiene  Pevec quien refiere que  las mujeres del proyecto tienen por primera vez la oportunidad de hablar sobre lo que les hicieron. Y lo que han transmitido a sus hijos.

AGB

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