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El canciller ruso Lavrov visitó a Lula y agradeció su gestión por una solución negociada en el enfrentamiento con Ucrania

Lavrov, el canciller ruso, con su par brasileño, Mauro Viera

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El canciller de Rusia Serguéi Lavrov arribó anoche a Brasilia para reunirse este lunes con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva y el ministro de Relaciones Exteriores Mauro Vieira. Y todo sugiere que los objetivos de Moscú en este viaje están cumplidos, al menos así lo sugieren las declaraciones que hizo el funcionario poco después de mantener su cita matutina en el Palacio de Itamaraty (sede de la diplomacia brasileña): “Hablamos de cuestiones relevantes de la agenda internacional y regional. Y quiero resaltar que la forma de abordarlos de Brasil y Rusia son similares”.

A fines de febrero de 2022, la Federación Rusa invadió territorio ucraniano y hoy ha ocupado parte de la región ucraniana oriental, que es de habla rusa. Sobre el fin de los combates, Lavrov sostuvo que las soluciones “no serán inmediatos”.

¿A qué aspiraba el Kremlin? Es obvio que una de las pretensiones era obtener una condena de Brasil a las “sanciones unilaterales, adoptadas fuera del sistema de las Naciones Unidas”. Y, en efecto, el canciller Vieira cuestionó esas medidas de Estados Unidos y Europa. Sostuvo que constituyen “una punición con impacto negativo en todo el mundo, pero que afecta especialmente a los países en desarrollo”. 

En el encuentro de ambos ministros con la prensa, Vieira sostuvo: “Renové la disposición brasileña a contribuir para una solución pacífica”. Y defendió, como ya lo había hecho Lula en varias oportunidades, su propuesta de “un núcleo de países amigos” que puedan intermediar entre los actores de esta guerra. A su juicio hay apenas hay tan solo dos condiciones para sentarse a la mesa: “El cese del fuego inmediato y el respeto al derecho humanitario”. Para el gobierno brasileño, todo debe apuntar a “una solución negociada, que tenga en vista una paz duradera y que contemple las preocupaciones de seguridad de ambas partes”.

Para Lavrov, la resolución definitiva de esta guerra devastadora, que ha dejado al pueblo ucraniano sumido en una crisis tan grave como la que vivió en la Segunda Guerra, pasa por “considerar el principio de impedir que un país fortalezca su seguridad a costa de otros”. Tanto el representante ruso como el brasileño, coincidieron en señalar que Brasil y Rusia confluyen en la necesidad de “contribuir para un orden mundial más democrático y policéntrico, basado en el principio fundamental de la soberanía e igualdad entre Estados”. Lavrov se mostró complacido: “Estamos muy agradecidos a nuestros amigos brasileños por la clara comprensión de la génesis de esta situación y por la búsqueda de soluciones”. E indicó que el mundo está alcanzando “un orden más justo, más correcto, basado en el derecho y con una visión multipolar”.

Como ocurre siempre en estas citas bilaterales, la contraparte rusa discutió con la brasileña algunas cuestiones económicas. Hablaron del mercado de carnes y de productos agrícolas; con énfasis particular en un tema que preocupa a Brasil: la continuidad del abastecimiento de fertilizantes por parte de Rusia. Fue ese asunto, el de los adobos, el que explicó el viaje del ex presidente Jair Bolsonaro, en febrero del año pasado a Moscú; en aquel momento el Departamento de Estado norteamericano se opuso a esa gira.

Siempre en estas negociaciones “win-win” (todos ganan), hay dos partes interesadas. Y Brasil también obtuvo lo suyo. “Estamos hablando de la representatividad en las instituciones mundiales” precisó Lavrov, para luego subrayar que apoya la demanda brasileña de ocupar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Lavrov buscó explicar las causas que llevaron de esta guerra. Dijo que “Rusia intenta proteger las vidas de los habitantes de comunidades rusas que estaban siendo amenazadas” por el gobierno de Volodímir Zelenski. “Llegaron a prohibir el idioma ruso” protestó.

El presidente Lula lo recibió poco después de las 17,30. Por esa costumbre si se quiere de suavidad diplomática que caracteriza al jefe de Estado, desde el Palacio del Planalto se acaba de difundir que irá a la coronación del rey Charles III, en Londres el 6 de mayo próximo. Ya agendó, inclusive, una cita para esa fecha con el premier británico Rishi Sunak. Pero antes Lula visitará Portugal y España la semana próxima.

EG

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