Zohran Mamdani y los “Uniqlo Uncles”: ¿qué les pasa a los hombres con la marca japonesa?
¿Has pensado alguna vez en construir tu armario con camisetas y pantalones repetidos, al puro estilo Simpson? Zohran Mamdani, el nuevo alcalde de Nueva York, confesaba hace unos meses en una entrevista a la revista GQ este pequeño deseo: “Me he convertido en un uncle, mi sueño es abrir el armario y encontrar diez camisetas iguales, diez pantalones iguales, y pensar: ‘genial, estoy listo”. Aunque “uncle” se puede traducir como “tío” en el sentido familiar, en la cultura de Internet alude a un hombre algo mayor, clásico, con un gusto específico: los tech uncles se visten como ingenieros y los sneaker uncles están obsesionados con las zapatillas.
Es el hombre del momento, a sus 34 años, se convertirá en el alcalde más joven que ha tenido nunca la ciudad, en el primero de descendencia sudasiática y también, el primero en declararse musulmán. Ha construido su campaña sobre la idea de hacer Nueva York asequible, tratando de diferenciarse de las élites políticas y mostrándose más cercano al neoyorquino medio. Esos ideales, y ese soplo de aire fresco que representa su victoria, concuerda con su estilo cercano y sin extravagancias. En esa misma entrevista, Mamdani declaraba ser un “Uniqlo Uncle” y admitía que esta marca de ropa japonesa era de su total confianza.
Pero tras esa pequeña confesión del político, se resume un fenómeno global: miles de hombres de todo el mundo se han rendido a la promesa sencilla, funcional, asequible y atemporal de la marca de moda rápida, que prácticamente se ha convertido en el uniforme masculino moderno.
“Me gustan sus diseños sencillos y las prendas con corte más holgado sin ser del todo informal, pero sobre todo, los materiales y la comodidad, tener ropa de diario mucho más cómoda que la de otras marcas con un estilo moderno”, reconoce Mario Vivancos, cliente malagueño de 40 años que aprovecha sus viajes a Madrid o Barcelona (únicas ciudades que cuentan con tiendas físicas en España) para “echar un vistazo”. “También suelo comprar online algunas prendas básicas o que ya he probado”, aclara.
“Para mí, una cosa muy reconfortante de Uniqlo es que hay ciertas prendas que sabes que te las vas a encontrar cada temporada, independientemente de las modas. Es decir, si yo tengo un jersey que me encanta de color crema y cuello redondo de lana de merino, sé que si se me rompe o queda inservible, puedo ir cinco o diez años después a la tienda y voy a encontrar el mismo”, valora Diego Casado, cliente habitual, de 46 años.
“Para los que nos criamos en los 80 y 90, las marcas lo eran todo y el estatus se medía por llevar unas Air Jordan o por cómo te quedaban unos vaqueros Bonaventure, a mí no me gustaba nada de eso, pero la alternativa fuera de las grandes capitales era llevar ropa comprada en Pryca. Ahora la cosa ha cambiado y es posible vestir bien sin llevar esas marcas tan publicitadas ni gastarte una fortuna”, expone Casado, que destaca haber notado un bajón de calidad en Uniqlo en los últimos años: “Lo achaco al enorme salto que ha dado en ventas en todo el mundo, sobre todo después de la pandemia”.
Tras esa pequeña confesión del político, se resume un fenómeno global: miles de hombres de todo el mundo se han rendido a la promesa sencilla, funcional, asequible y atemporal de la marca de moda rápida
La ausencia de logos en la mayoría de prendas es un elemento que define la estrategia de la marca, reforzando su sobriedad y el made for all (hecho para todos) que defiende. Todos los clientes consultados valoran vestir básicos fiables, sin ruido, ni estridencias.
“Creo que Uniqlo ha conseguido ser una marca tan global y apelar a un público occidental gracias justamente al minimalismo”, apunta Silvia Gómez, periodista de moda de Esquire. “Es una no-tendencia que conecta mucho con los hombres, que tienden a priorizar prendas de calidad, atemporales y que sirvan de fondo de armario. En eso ha ayudado mucho su directora creativa, Clare Waight Keller, que se enfoca en dar un buen diseño hasta las prendas más sencillas como un jersey o una camiseta, y luego les aporta tecnologías como la HEATtech o la AIRism para que la percibas como práctica, algo muy importante en el minimalismo”, opina.
La marca comienza su andadura en Hiroshima, en 1984, bajo el nombre Unique Clothing Warehouse, después de que su fundador, Tadashi Yanai, se convirtiera en presidente de la cadena de sastrerías que heredó de su padre. En menos de dos décadas desde el salto al mercado internacional, con su primera apertura exitosa en Nueva York en 2006, Uniqlo se ha forjado como un imperio multimillonario del llamado LifeWear, ropa de uso diario.
Actualmente, la marca, englobada en la compañía Fast Retailing, cuenta con cerca de 2.500 tiendas en 25 países diferentes y se ha convertido en la mayor cadena de moda de Asia, con más de 800 establecimientos solo en Japón. Tadashi Yanai y familia ocupan el número 32 de fortunas mundiales en la lista Forbes y el primer puesto en Japón, con un patrimonio actual de 52,5 mil millones de dólares.
La llegada de Uniqlo a España es relativamente reciente, de 2017 en Barcelona y más tarde en Madrid, con un total de siete tiendas a día de hoy, organizadas al puro estilo japonés. Aun con una presencia física tan limitada, la marca ha conseguido consolidarse y cuenta con una previsión de crecimiento en el mercado español, a pesar de que el rango de precios en Europa es bastante más elevado que en su país de origen. “Las mismas prendas que aquí valen 100 euros, en Japón valen 50 o 60. De hecho, en Japón se mueve en un rango de precios más cerca de lo que sería un Primark que un Zara en España”, asegura Diego Casado, que ha visitado varias tiendas de la marca en Japón.
Las mismas prendas que aquí valen 100 euros, en Japón valen 50 o 60. De hecho, en Japón se mueve en un rango de precios más cerca de lo que sería un Primark que un Zara en España
En alguna ocasión, al ser citado como “el Amancio Ortega japonés”, Tadashi Yanai ha manifestado ante los medios su deseo de superar las cifras de Inditex, cuyo fundador está actualmente en el número 12 de la lista global de milmillonarios. Sin embargo, las estrategias de una compañía y la otra son opuestas: Zara sigue las últimas tendencias con lanzamientos nuevos cada semana, mientras que Uniqlo se centra sobre todo en la atemporalidad. Y es en esa diferencia, donde reside parte de su éxito entre los hombres.
“Lo que hace que me guste es lo sencillo que te lo ponen, te ofrecen un catálogo amplio de colores y prendas que cualquier persona compraría pero además, innovan en la aplicación de diferentes tipos de tejidos que hacen el material más fresco o más cálido manteniendo el confort y la comodidad”, considera Rubén Peláez, madrileño de 31 años, que cree que invertir tiempo cada día en elegir qué ropa ponerse puede ser tedioso.
No es casual que el armario Uniqlo recuerde al de los gurús de Silicon Valley. Steve Jobs o Mark Zuckerberg ya apostaban hace años por vestirse igual cada día como forma de poder: ahorrar tiempo y ganar coherencia visual. Ese espíritu de “menos decisiones, más eficiencia” encaja con la cultura japonesa.
Una de las primeras personas en vestir Uniqlo a nivel internacional fue el tenista suizo Roger Federer, embajador de la marca y apodado por muchos “el hombre más elegante de tenis”. De hecho, el suizo fue nombrado el hombre con más estilo de la década en 2019 por la revista de moda masculina GQ. Federer sorprendió en 2018 en el torneo de Wimbledon al vestir por primera vez la marca nipona tras más de 20 años ligado a Nike y desde entonces, contrato millonario mediante, no ha dejado de llevarla. “Puede que deje de jugar al tenis en algún momento, pero no me retiraré de la vida. Estar vinculado con LifeWear es genial porque demuestra que Uniqlo me ve como algo más que un simple tenista”, ha llegado a decir.
El “Uniqlo Uncle”, para la periodista de moda Silvia Gómez, “conoce las tendencias, se fija en lo que los chavales llevan, en lo que hay en las tiendas, pero tiene clara su imagen y no cede ante cualquier prenda que se ponga de moda”. “Quiere verse moderno y actual, generalmente vive en ciudades medianas o grandes y prioriza la calidad y funcionalidad en las prendas”, detalla la experta.
“Para mí, la marca se ha consolidado y seguirá creciendo, sobre todo en el mercado español. Este año han abierto su tercera tienda en Madrid y en Esquire notamos que suscita un interés cada vez más creciente”, señala Gómez. “Es ampliamente conocida entre la generación Z y aclamada por los millennials, pero todavía tiene campo para crecer entre un público más maduro como la generación X y quizás los boomer”, aclara.
Las colecciones son bastante unisex, y eso ayuda a que hombres más jóvenes o con un concepto de masculinidad más moderno se reconozcan en sus prendas
“Creo que Uniqlo es para hombres que quieren mantener un estilo moderno pero sencillo y limpio, sin dejar atrás la comodidad y calidad pero sin tener que optar por marcas más caras”, valora Mario Vivancos. “Yo intento ir aceptablemente vestido sin romperme demasiado la cabeza y sin ir enseñando marcas por todos los lados, ni frases audaces”, comenta Diego Casado. Por su parte, Rubén Peláez cree que “vestir simple posiblemente sea la manera más elegante de hacerlo”.
En plena era del lujo silencioso y normalidad aspiracional, que busca la moda cuidada pero sin ostentación, podría decirse que los básicos de Uniqlo gritan sin necesidad de hablar. En una colaboración en forma de parodia con la marca en TikTok, red en la que está muy posicionada, el actor y cómico canadiense Jack Innanen engloba las prendas de la marca en el saco de “cosas de hombre performativo”, que habla de feminismo, bebe té matcha, lleva auriculares con cable o comenta las películas de Sofia Coppola y Luca Guadagnino.
En cualquier búsqueda simple sobre tendencias masculinas es fácil encontrarse con Pedro Pascal, Jacob Elordi o Paul Mescal, actores de moda paradigma de nuevas masculinidades, pero también con las claves para vestir como ellos “llevando solo Uniqlo”. También Mamdani ha defendido durante su campaña una masculinidad empática y que no se imponga ni sea cruel con los demás.
“Lo interesante es que, además de minimalistas, las colecciones de Uniqlo son bastante unisex y del mismo modo son tanto llevadas por hombres como por mujeres, y eso ayuda a que hombres más jóvenes o con un concepto de masculinidad más moderno se reconozcan en sus prendas”, subraya Gómez. “Además cuentan con las versiones más básicas pero versátiles de las tendencias, como por ejemplo pantalones vaqueros carpenter, chubasqueros técnicos o sobrecamisas, pero en colores discretos y diseños sencillos. Esto hace que sobre todo hombres de 40 o 50 años puedan vestir con ropa que se lleva sin sentirse un viejoven”, aporta.
Quizás una de las claves detrás del éxito de la fórmula Uniqlo en el hombre moderno, ya sea un político neoyorquino, un tenista suizo o un profesional barcelonés que busca ropa duradera y funcional, es simplificar un mundo lleno de opciones.
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