Kleroterion, el sistema que se utilizaba en la antigua Atenas para elegir a los líderes de la democracia

Cada 15 de septiembre se celebra el Día Internacional de la Democracia, una jornada para recordar la importancia de este sistema basado en la celebración de elecciones periódicas por sufragio universal. Para entender el origen de esta forma de gobierno debemos remontarnos a la antigua Grecia, que tenía una forma particular de elegir a ciertos cargos públicos.
La democracia ateniense fue el sistema que se desarrolló en Atenas y que permitió que las decisiones políticas fueran tomadas por el pueblo, en lugar de quedar en manos de un rey o emperador, como había pasado en la antigüedad. Es considerado uno de los primeros ejemplos de democracia en la historia, aunque empezó siendo muy diferente al sistema que conocemos hoy.
En la Grecia antigua, los ciudadanos no elegían directamente a sus representantes, sino que participaban directamente en la toma de decisiones políticas, votando en la Asamblea. Sin embargo, sí que había ciertos cargos públicos que desempañaban un número limitado de personas. Para estos casos, se utilizaba una pintoresca máquina conocida como kleroterion.
Un sistema de ranuras y bolas de colores
El kleroterion era una especie de piedra con diferentes ranuras, generalmente hecha de mármol. En cada ranura se introducía un pinakion de bronce, una especie de carnet de identidad de la época. Cada una de estas placas tenía el nombre de uno de los ciudadanos que quería ser elegido para el cargo en cuestión. La piedra también contaba con un tubo vertical en uno de sus lados, que jugaba un papel clave en su funcionamiento.
En este tubo se introducían diferentes bolas de color negro y blanco, que eran las encargadas de determinar quiénes eran los elegidos. Cada bola se tiraba desde arriba hasta alinearse con las diferentes ranuras: si la bola era negra, esa fila de ciudadanos no eran elegidos. Si por el contrario la bola era blanca, el grupo de la fila era seleccionado.
¿Fin de la corrupción?
Usar el kleroterion para elegir a las personas que ocuparían ciertos cargos dentro de la polis permitía que la selección fuera imparcial. De hecho, su principal objetivo era evitar que hubiera favoritismos entre los ciudadanos: todos tenían la misma oportunidad de ganar o perder.
Esta especie de máquina de piedra también evitaba una de las mayores preocupaciones de los atenienses: la corrupción. Aquellos ciudadanos que tenían más poder, influencia o riqueza no podían manipular de ninguna manera el proceso de selección, porque la elección era azarosa.
Los ciudadanos tenían que desempeñar el cargo para el que habían sido elegidos durante un año solamente y no tenían derecho a repetir. Esta renovación constante también fue un elemento clave de la democracia ateniense, que terminó en el 322 a. C. con la hegemonía macedonia.
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