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Crisis política en Perú - Análisis

Un movimiento secesionista amenaza al gobierno de Lima y auspicia la independencia del 'Gran Sur' peruano

Dina Boluarte, la ´presidenta accidental' del Perú, habla durante una conferencia de prensa en el Palacio de Gobierno, en Lima, el jueves 5 de enero de 2023. Ex correligionaria en el partido de izquierda Perú Líbre y ex vicepresidenta primera del presidente Pedro Castillo, lo sucedió en la presidencia en diciembre después de que éste fuera destituido por "incapacidad moral permanente" y declarada la vacancia de su cargo por 106 sobre 130 votos en el Congreso unicameral.

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La Secesión del Sur peruano no es una idea nueva. Es antigua, pero no vieja: nunca envejeció. En los inicios de la República peruana ya independiente del dominio colonial de la Corona española en Indias, existió la Confederación Perú Boliviana (1836-1839), un esquema que unió las nacientes repúblicas de Perú y Bolivia, por un breve tiempoLas razones que la justificaron fueron geográficas, históricas, económicas y antropológicas que se remontaban cientos de años en el tiempo, sostiene el eminente historiador peruano Jorge Basadre, en su Historia de la República del Perú, 1822-1933.  De los tres estados confederados: el Perú dividido en dos países (norperuano y surperuano) y Bolivia, “Era una confederación muy fuerte, los chilenos reconocen que mucho más importante que ganar la guerra del Pacífico fue haber derrotado en la década del 30 del siglo XIX a la confederación, porque geopolíticamente era más preocupante para ellos”, detalla el sociólogo puneño Eland Vera.

Gran levantamiento de los Andes

A principios del siglo XX, la rebelión del militar y metodista Teodomiro Gutiérrez Cuevas, conocido como Rumi Maqui, en quechua “Mano de Piedra”, nacido en Junín, cuya condición de serrano, mestizo y casi indígena destacó su coetáneo, el conocido intelectual peruano, el primero en introducir el marxismo en Perú América LatinaJosé Carlos Mariátegui interesado grandemente por la rebelión bajo la lógica de la rebelión de clases y castas, entre el gamonal y el campesino, entre el descendiente del español y el serrano.

Rumi Maqui a partir de diciembre de 1915 organizó a más de diez mil campesinos en las provincias de Azángaro y Huancané, en Puno bajo la consigna de “Restaurar el Tahuantisuyo” (las cuatro regiones en que se dividía en Imperio Incaico antes de ser subyugado por los conquistadores españoles) exigiendo la devolución de las tierras a los indios de los Andes. Se llevaría a cabo el domingo de carnavales de 1916. Debido a la delación de  campesinos fieles al gamonalismo, Rumi Maqui adelantó fechas con un saldo trágico: 300 campesinos muertos y muchos detenidos los cuales fueron salvajemente torturados. Los que lograron huir fueron alcanzados y víctimas de una matanza cruenta y salvaje..

Perú, modelo para armar

En 2005, el referéndum propuesto por el gobierno de Alejandro Toledo para integrar 16 departamentos en 5 regiones, una macro región sur, obtuvo una abrumadora respuesta negativa de la ciudadanía, tan solo Arequipa votó a favor. Este proceso de descentralización preveía que la creación de macrorregiones potentes equilibraría el centralismo limeño.

El fracaso de la consulta popular es muy probable que se haya debido a la premura y menguada planificación de la propuesta. Sin embargo, no invalidó la necesidad de la descentralización y rediseño de la organización política territorial peruana asentada sobre bases asimétricas que fortalecen la desigualdad.

Un mapa abigarrado y complejo

La idea de la República Peruana del Sur no se asienta en un “pueblo” sino en “pueblos” con grupos de poder local y clases sociales enfrentadas. Elites andinas y de la selva amazónica, empresarios y jornaleros, pueblos quechuas, matchiguengas, shipibos y tantos otros.

 Las proclamas de estos días, que tienen raíces identitarias quechuas y aymaras y también regionalistas, se alimentan de la justa indignación por el ninguneo del sur desde las tesis “fraudistas”. Se han acrecentado con la destitución del ex presidente izquierdista maestro rural y campesino Pedro Castillo, el 7 de diciembre 2022  y la represión que siguió a las protestas con el saldo letal de al menos 28 vidas. El trasfondo del sentimiento de agravio es la experiencia cotidiana de exclusión social y de discriminación dentro de un orden político capturado por élites limeñas y regionales y un Estado muy desprestigiados.

El factor que motoriza la secesión no es compartido por todos. Los pueblos amazónicos en Madre de DiosCusco y  Junín sostienen conflictos permanentes con colonos andinos. Resienten de una apropiación étnica del poder de los centros de poder andino; entre ellos Cusco vs. CamiseaHuancayo vs. Satipo. Sin embargo, la Asociación de los Pueblos Originarios de la Selva ( AIDESEPtambién  ha reclamado  el retorno del ex presidente Castillo.

Los conflictos por el control de los recursos, entre ellos de manera destacada los de las cuencas de agua, todavía dividen a pobladores de regiones vecinas. Pero también irrumpen poderes que operan de facto.

Una de las figuras que promueve en Arequipa la idea de secesión es Felipe Domínguez de antigua filiación fujimorista después partidario de Castillo, presidente del Frente de Defensa del Cono Norte de Arequipa, ex candidato sin éxito al Congreso y a la alcaldía del distrito de Cerro Colorado.  “Los limeños nos quitan el derecho a consulta popular, a nuestro presidente que hemos elegido mayoritariamente (Pedro Castillo) lo tienen secuestrado; están asesinando y los muertos son del sur, no del centro ni del norte”, afirmó en televisión el pasado 23 de diciembre. “¿Para qué pertenecemos al Perú entonces si tenemos todo, Machupicchu, gas, mineras, mar hermoso, agricultura? ¿Para qué estaríamos dando a zánganos de la ciudad de Lima?”, cuestionó Domínguez, a quien la Segunda Fiscalía Supranacional Corporativa Especializada contra la Criminalidad Organizada abrió diligencias preliminares en su contra por promover la creación de una ‘República del Sur’. Se lo acusa del delito de atentado contra la soberanía.

Una nueva nación

El proyecto secesionista, que tiene en marcha la formación de un “comité independentista”, sostiene una “nueva república” integrada por los departamentos andinos y/o amazónicos de Arequipa, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Madre de Dios, Moquegua, Puno y Tacna. Estos nueve departamentos del Sur Grande del  Perú (de los 24 que junto a la provincia constitucional Amazonas conforman el espacio geográfico del Perú), cuentan con puertos sobre el Pacífico, recursos importantes derivados de la minería y del turismo, con fuerte presencia quechua y aymara. En el territorio del Sur Grande, zona de gran importancia geopolítica por su vecindad con Brasil, Bolivia Chile, históricamente ha determinado la identidad del país, tanto su matriz minera como también intelectual, viven entre seis y siete de los 33 millones de habitantes del Perú.

La propuesta de esta “nueva nación” -que alcanzaría parte de Bolivia y norte de Chile- surgida en Puno, se expuso en el Primer Encuentro Macroregional del Sur  del 28 de diciembre de 2022, en Arequipa. La idea es socializarla y propiciar una suerte de referéndum donde la ciudadanía decida.

Félix Suasaca Suasaca, un líder que defiende la cuenca del río Coata, afluente del lago Titicaca,  declaró que hace tres meses se llevó a cabo una reunión donde se expuso cuántas mineras operaban en el sur del Perú y el monto que generaban de renta al Estado. Un aporte que es mayor del que se recibe. “Se entregan muchos recursos a Lima y no se ve el progreso. Planteamos que mejor nos separamos y este recurso se quede en la macrosur”, manifestó Suasaca.

Una nación en construcción, decía Martiátegui

La contradicción entre Lima “la horrible”, inventada por el poeta César Moro y revisitada en el afamado ensayo de Sebastián Salazar Bondy, versus  las provincias, especialmente las del Sur Grande queda a prueba si se tiene en cuenta que 80 % de habitantes de Lima son migrantes provincianos, habitantes de las barriadas en condiciones de pobreza.

Por el contrario, la contradicción principal es entre el modelo capitalista neoliberal, centralista, discriminador y corrupto del statu quo y las fuerzas democráticas que aún con sus contradicciones apelan al cambio. Las tendencias centrífugas y secesionistas atentan contra la integración del país tanto como las políticas de gobierno que hasta el momento rigen en Perú.

El momento de una constituyente

 La derecha rechaza cualquier cambio como si la Constitución de 1993 promulgada por el régimen pinochetista fuera la Santa Biblia. El discurso de una nueva Constitución hace ya algunos años que no es marginal, y como todo discurso tiene su momento. Formó parte de las promesas de campaña del ex presidente Castillo, quien había anunciado su propósito de convocarla en el justo momento de su caída política. Si el Sur entiende que Lima no tiene o al menos no muestra intención de desarrollar un marco de entendimiento con nuevas reglas de juego más justas para las necesidades más urgentes; si no se ofrece esa solución política, el otro camino es el de una Secesión: salirse del Perú. Desde  una perspectiva dialéctica, pasarían de unos dominantes a otros dominantes sin una real emancipación. A esta situación se inclina el Sur Grande.

Una Constituyente es la única salida antes de que sea demasiado tarde; y el gobierno podría impulsar un referéndum de entrada para que los peruanos decidan si quieren o no una nueva Constitución para el Perú presidencialista cuyo Ejecutivo y el Congreso han perdido el respeto de la gente del común, del pueblo. 

AGB

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