El Reino Unido y la Unión Europea se dan un tiempo extra para salvar un Brexit agónico
Siguen las negociaciones en una historia interminable que nació hace cuatro años y medio con el referéndum del Brexit. Así lo decidieron la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el primer ministro británico, Boris Johnson, después de una conversación telefónica este domingo al mediodía.
“Hemos tenido una llamada telefónica provechosa esta mañana”, ha dicho Von der Leyen en una comparecencia sin preguntas en Bruselas en la que ha leído una declaración conjunta pactada con Londres: “Hemos hablado de los principales asuntos pendientes [pesca, igualdad de condiciones y gobernanza del acuerdo]. Nuestros equipos negociadores han estado trabajando día y noche durante los últimos días y, a pesar del agotamiento después de casi un año de negociaciones, a pesar de que los plazos se han incumplido una y otra vez, creemos que en este momento es responsable de hacer un esfuerzo adicional. En consecuencia, hemos encomendado a nuestros negociadores que continúen las conversaciones y vean si se puede llegar a un acuerdo incluso en esta última etapa”.
Cuatro años y medio después del referéndum del Brexit. Tres ministros británicos después. Y un acuerdo de salida de la Unión Europea firmado y ejecutado el 31 de enero de 2020, Londres y Bruselas se encuentran al borde del precipicio por la falta de acuerdo sobre qué relación quieren tener la Unión Europea y Reino Unido a partir del 1 de enero de 2021. Los 27 buscan una relación estrecha, en tanto que Reino Unido ha sido miembro de la UE y se mantienen profundos vínculos comerciales, sociales y culturales. Pero el primer ministro británico. Boris Johnson, no para de repetir que no sería ningún problema en mantener con la UE la misma relación que tiene Australia, que está en las antípodas.Y si el jueves Johnson dijo que la posibilidad del no acuerdo era poderosa, este viernes fuentes comunitarias afirmaban: “La probabilidad de un no acuerdo es mayor que la de un acuerdo”.
Aun así, siguen buscando ese levantar ese acuerdo agónico para el post Brexit, que arranca el 1 de enero de 2021, después de que Reino Unido saliera de la UE el 31 de enero de 2020, momento en el que empezó el periodo de transición en el casi nada ha cambiado destinado a negociar un acuerdo comercial que se encuentra atascado desde el principio por la pesca –Reino Unido quiere tener acceso al mercado europeo pero está siento remiso a dejar entrar pesqueros comunitarios en sus aguas–; la igualdad de condiciones –lo que en Bruselas llaman level playing field y que tiene que ver con que los dos socios tengan regulaciones homologables en materia laboral, medioambiental, de ayudas estatales, etc–; y la gobernanza –es decir cómo y quién resuelve los conflictos entre las partes–.
El Brexit en puridad se produjo el 31 de enero. Y se firmó un Acuerdo de Retirada con Theresa May que luego hubo que enmendar con Boris Johnson después de que el Parlamento de Westminster lo tumbara. Ese Acuerdo de Retirada, por el que Reino Unido dejó la UE en enero pasado, regula aspectos clave, como la frontera invisible entre las dos Irlandas tal y como establecieron hace dos décadas los Acuerdos de Viernes Santo con los que se selló la paz en Irlanda del Norte.
Hay una comisión conjunta Reino Unido-UE de seguimiento del cumplimiento del acuerdo que esta semana logró que el Gobierno británico desistiera de sus planes de reescribir el acuerdo del Brexit en lo relativo al protocolo del Irlanda a través de la nueva ley de Mercado Interior, lo que se interpretó como un gesto de buena voluntad de Boris Johnson.
Así, lo que está pendiente de negociar es el acuerdo de comercial para regular las relaciones post Brexit, en tanto que el Acuerdo del Brexit ya se firmó y entró en funcionamiento el 31 de enero de 2020.
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