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Acusan al Reino Unido de reducir el precio de las bananas a costa de los productores africanos

Bananas

Daniel Boffey

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Es uno de los pocos productos básicos de los supermercados británicos que ha resistido a la tendencia del aumento del costo de la vida: el precio de un racimo de bananas no es hoy más caro que hace tres décadas. Todos los países del mundo cuyos precios son más bajos que los del Reino Unido tienen sus propios productores de esta fruta.

Ahora se acusa al Gobierno de aplicar, tras el Brexit, una política irresponsable que podría reducir aún más el precio de la fruta en las tiendas, pero a costa del sustento de miles de trabajadores de pequeñas plantaciones en algunos de los países más pobres de África.

El mercado británico ya está dominado por los productores latinoamericanos de la llamada “banana económica”, que pueden vender a bajo precio gracias a los acuerdos de libre comercio negociados por la UE, que han reducido los impuestos o aranceles a la importación de esta fruta.

Sin embargo, la UE prometió en 2019 no reducir más los aranceles impuestos a los grandes productores, en reconocimiento del impacto sobre los competidores africanos más pequeños. La salida del Reino Unido le ha liberado de esa promesa a los más pobres del mundo.

Según Afruibana, la asociación panafricana de productores y exportadores de bananas, todo indica que el resultado será una traición, ya que el Gobierno británico abandonará la promesa de la UE de protegerlos.

El año pasado ya se hicieron concesiones arancelarias a México y Perú como parte de la adhesión del Reino Unido a la Asociación Transpacífica Integral y Progresiva (CPTPP, por sus siglas en inglés). Un acuerdo comercial con Australia suprimirá todos los aranceles en un plazo de ocho años.

El gobierno británico está llevando a cabo una revisión específica de los aranceles sobre el plátano en el marco de su acuerdo comercial con los países andinos —Colombia, Ecuador y Perú— que, según los productores africanos, podría acabar con las empresas de Ghana, Camerún y Costa de Marfil, países cuyas economías se encuentran entre las menos diversificadas del mundo.

El Ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly, se ha negado a comprometer al Reino Unido en el compromiso de la UE.

Joseph Owona Kono, presidente de Afruibana, declaró: “Afruibana se mostró profundamente preocupada al ver que el Reino Unido rebajaba los aranceles de las bananas de Perú y México como parte de su adhesión al acuerdo comercial transpacífico sin consultar a los gobiernos africanos. Nos preocupa que esto pueda suponer un alejamiento del compromiso vital y duradero del Reino Unido de apoyar y desarrollar nuestro sector.

“Si se hacen concesiones similares en las próximas negociaciones con los proveedores dominantes del Reino Unido, como Ecuador, Colombia o Costa Rica, los consumidores británicos tendrán menos opciones y se pondrá en grave peligro el sustento de miles de trabajadores, sus familias y las empresas que apoyan al sector bananero africano”.

El sector altamente competitivo de los supermercados en el Reino Unido, con décadas de guerras de precios durante las cuales las marcas compitieron por la atención de los consumidores mediante grandes descuentos en bananas, ha sido un factor importante detrás de los bajos precios de los que disfrutan los consumidores británicos, junto con la prórroga de los acuerdos de libre comercio firmados con la UE cuando el Reino Unido era un Estado miembro. Las 10 principales marcas minoristas del Reino Unido venden el 90% de los plátanos a la venta.

Predominan los proveedores latinoamericanos: los tres primeros —Colombia, Costa Rica y Ecuador— representan el 62,7% del mercado.

Según Afruibana, el 11,5% del mercado de los países africanos proporciona más de 80.000 puestos de trabajo directos e indirectos de alta calidad y sustenta a medio millón de personas en las zonas rurales.

Los productores africanos afirman que recortar los costes de los productores latinoamericanos no reducirá necesariamente los precios para el comprador británico, sino que aumentará las ganancias más arriba en la cadena de suministro, puesto que el coste para el consumidor ya es muy bajo.

Gareth Thomas, ministro de Comercio en la sombra, afirmó que la indiferencia hacia los productores africanos seguía la tendencia de firmar acuerdos sin tener en cuenta las repercusiones generales.

Dijo: “Lamentablemente, no es sorprendente que los ministros puedan socavar las perspectivas de los más pobres y, en particular, las de un aliado clave de la Commonwealth. Los ministros han prestado poca atención a África, han suprimido el Departamento de Desarrollo Internacional y han recortado la financiación de la ayuda. Este es un ejemplo más de un acuerdo comercial que Liz Truss y Greg Hands firmaron sin pensar en las implicaciones a largo plazo”.

La pequeña industria bananera de las Islas de Barlovento ya se ha quedado por el camino en medio de los recortes arancelarios para otros. En 2012, el Reino Unido importó 12.146 toneladas de los 30.000 productores de plátanos de la isla de Santa Lucía. En 2022, esta cifra se había reducido en un 95%, a tan solo 541 toneladas.

En palabras de un portavoz del Ministerio de Comercio y Empresa: “El Reino Unido utiliza su estrategia comercial para apoyar las economías de los países en desarrollo, al tiempo que respalda a las empresas británicas y ayuda a los consumidores. El año pasado pusimos en marcha un nuevo régimen de comercio con los países en desarrollo para facilitarles las exportaciones al Reino Unido, y el 99% de los productos importados de África entrarán en el Reino Unido libres de impuestos, lo que reducirá los costes para los compradores en la caja”.

Traducción: Santiago Armando

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