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“Dexit”: cercada por la ola de protestas, la ultraderecha alemana plantea la salida de la Unión Europea

Alice Weidel, presidenta de Alternativa para Alemania (AfD) y líder del grupo parlamentario del partido ultraderechista.

Kate Connolly

Berlín —

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La líder del partido Alternativa para Alemania asegura que si, llega al poder, hará campaña por la celebración de una votación similar a la del Brexit para decidir la pertenencia de Alemania a la Unión Europea y califica la salida de Reino Unido como un modelo para el mayor país de la UE.

En una entrevista exclusiva con el Financial Times, Weidel dice que la decisión de Reino Unido ha sido algo “totalmente acertado”, que “poder tomar una decisión soberana como esa es un modelo para Alemania”, y que un “Dexit” reforzaría la autodeterminación del país.

Las declaraciones de Weidel representan uno los primeros pronunciamientos públicos de AfD desde comenzó una ola de protestas contra la formación en todo el país, desencadenadas después de que una investigación de la web Correctiv revelara que miembros destacados asistieron a una reunión secreta en la que se habló de un “plan maestro” para deportaciones masivas de extranjeros y también de titulares de pasaportes alemanes, con vistas a que el partido de extrema derecha lo pusiera en práctica si llega al poder.

Weidel sostiene que la revelación es “escandalosa” y que se está tergiversando a su partido, que solo quiere valerse de la ley para repatriar a personas sin derecho a permanecer en Alemania. “AfD es el partido que defiende el cumplimiento de la ley de este país”, dice.

Crecen las protestas

Las protestas callejeras contra AfD que han estallado a raíz de las revelaciones no hicieron más que crecer durante el fin de semana. Se calcula que más de un millón de personas participaron en 90 manifestaciones diferentes por toda Alemania.

Al menos dos manifestaciones fueron suspendidas de manera preventiva por la policía, en Hamburgo y en Múnich, donde la gran afluencia de público superó con creces lo previsto por autoridades y organizadores.

Más de 100.000 personas se enfrentaron al viento helado en Berlín para reunirse en la plaza del Reichstag. La marcha de protesta contra AfD debía atravesar el barrio de las oficinas gubernamentales pero fue suspendida debido a la gran afluencia de público.

En plena tormenta, el Tribunal Constitucional ha dictaminado de forma unánime excluir de la financiación estatal por un periodo de seis años a la formación ultraderechista Die Heimat (La Patria), nuevo nombre desde 2023 del Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD), al considerar probado que busca la eliminación del orden constitucional existente. La decisión judicial ha provocado llamamientos para que se apliquen normas similares a AfD, un partido mucho más relevante.

Un 'Dexit'

Weidel, que trabajó en la banca de inversión y lidera el partido desde 2022, señala que un gobierno de AfD tendría como prioridad reformar la Unión Europea y acabar con su “déficit democrático”, entre otras cosas, reduciendo los poderes de la Comisión Europea, un “ejecutivo no elegido”.

“Si la reforma no es posible, si no conseguimos reconstruir la soberanía de los Estados miembros de la UE, deberíamos dejar que decida el pueblo, como hizo Reino Unido”, dice. “Y podríamos celebrar un referéndum sobre el Dexit, la salida de Alemania de la UE”.

En su mejor momento

La formación de ultraderecha disfruta ahora de su mejor momento en los sondeos desde que fue creada en 2013, con porcentajes que a nivel nacional oscilan entre el 20% y el 23%, por delante de los que registran los tres partidos que integran la asediada coalición de gobierno de Olaf Scholz.

AfD alcanza los 30 puntos porcentuales de intención de voto en los tres estados del este alemán que celebran elecciones este otoño –en Turingia, están cerca del 36%–, eclipsando a los partidos tradicionales. Pero la formación de extrema derecha no gobierna en ninguno de los 16 estados federados porque los otros partidos la mantienen lejos del poder y descartan cualquier tipo de coalición con la formación ultraderechista.

Aunque el apoyo de la opinión pública a la pertenencia a la UE es muy alto (en torno al 80%, según las últimas encuestas), es más débil entre los que votan a AfD. Pero la ambición de Weidel y el hecho de que esté dispuesta a exteriorizarla sugieren que los objetivos de AfD son a muy largo plazo. Los politólogos han hablado en muchas ocasiones sobre la extrema paciencia que muestra el partido en su ascenso al poder.

¿Hacia una ilegalización?

El debate actual en Alemania se centra en la posibilidad de que AfD pueda ser ilegalizada por inconstitucional. La agencia nacional de espionaje ha clasificado a gran parte de sus integrantes como extremistas de derecha y tiene bajo vigilancia a algunos de sus miembros de alto rango. Pero Scholz y su vice, el ministro de Economía Robert Habeck, tienen razones jurídicas y políticas para oponerse enérgicamente a un intento de ilegalizar al partido que podría convertirse en un tiro por la culata por la posibilidad de que aumente el apoyo a AfD en caso de que fracase. 

Scholz y su Gobierno están bajo presión para gestionar mejor los desafíos a los que se enfrenta Alemania, entre los que figuran la guerra en Ucrania, la inflación, la escasez de mano de obra cualificada, y las reformas climáticas, con el agravante general de una crisis presupuestaria. En parte, el descontento con la gestión del Gobierno ha aumentado el apoyo a AfD, que se alimenta del malestar creciente. 

Pero a AfD le está costando contener la reacción que se ha desatado contra el partido tras las revelaciones sobre la reunión secreta. Al parecer, dentro del partido hay malestar por la decisión a la que se vio forzada Weidel de despedir a su asesor, Roland Hartwig, por asistir al encuentro. Weidel ha dicho que no sabía nada de la reunión, a la que no asistió, y niega que el partido tenga previsto aplicar las medidas que se debatieron.

“Mantener el rumbo” y tratar de “ser mejores y más claros en nuestra comunicación”. Son dos de las conclusiones que salieron de la reunión a puerta cerrada celebrada este fin de semana por la dirección de AfD para debatir “breve e intensamente” las revelaciones, de acuerdo con declaraciones que el tesorero del partido y miembro de la ejecutiva Carsten Hütter al Süddeutsche Zeitung.

Fragmentación del escenario político

Otra de las principales consecuencias de la investigación periodística es la decisión tomada este fin de semana por Hans-Georg Maaßen de crear un nuevo partido político a partir de WerteUnion, el movimiento archiconservador de base que lideraba dentro de la CDU (Unión Demócrata Cristiana) y de su formación hermana, la CSU (Unión Social Cristiana de Baviera, que tuvo representación en la reunión secreta con dos de sus miembros).

Maaßen ha dicho que el nuevo partido estará listo para las cruciales elecciones estatales del este alemán y que, a diferencia de la CDU, sí estará dispuesto a trabajar con AfD. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los miembros del movimiento WerteUnion pertenecen a la CDU/CSU, el líder de la CDU, Friedrich Merz, dijo que todos los correligionarios que se unan al nuevo partido deberán renunciar a su afiliación. 

Una nueva fragmentación del panorama político alemán que llega mientras Sahra Wagenknecht se separa de la formación de izquierda Die Linke para formar su propio partido antinmigración.

Traducción de Francisco de Zárate.

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