Salud mental

Los sindicatos británicos piden que se investiguen los suicidios laborales

Matthew Weaver

Londres —

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Los sindicatos afirman que los empresarios deberían informar de los suicidios relacionados con el trabajo y el organismo de control de seguridad debería investigarlos, ante la preocupación de que el estrés laboral alcance “niveles epidémicos”.

La preocupación es que la muerte de la directora de primaria Ruth Perry –que se suicidó mientras esperaba el resultado de un informe de la oficina a cargo de la evaluación educativa en el Reino Unido (Ofsted, por sus siglas en inglés)– sea una prueba de que el estrés laboral potencialmente mortal no se limita a la enseñanza.

La federación de sindicatos, dos de los más grandes sindicatos de empleados públicos y los sindicatos de la enseñanza apoyan un cambio en la legislación que permita a la agencia encargada de las cuestiones sanitarias en ámbitos laborales (Health and Safety Executive, HSE) investigar los suicidios relacionados con el trabajo.

Según las normas de la HSE, los empresarios tienen la obligación de informar de todas las muertes de sus trabajadores, pero, a diferencia de otros países, los suicidios son una excepción. En el Reino Unido, la HSE no puede investigar ningún suicidio relacionado con el trabajo a menos que reciba la indicación de un médico forense.

La muerte de Perry llevó a los expertos a pedir un cambio en la legislación que permitiera iniciar una investigación inmediata sobre el estrés laboral en el sector educativo. Un artículo publicado en el British Medical Journal por Martin McKee, catedrático de salud pública europea de la London School of Hygiene & Tropical Medicine, y la profesora Sarah Waters, de la Universidad de Leeds, afirmaba que se habían recibido informes de al menos otros ocho suicidios de profesores relacionados con los informes del Ofsted. No obstante, la Comisión afirmó que el verdadero alcance del problema no puede conocerse sin una investigación.

Los sindicatos han respaldado la petición de un cambio en la ley, pero afirman que debería ampliarse para incluir la obligación de todos los empresarios de informar sobre los suicidios relacionados con el trabajo.

Shelly Asquith, responsable de salud y seguridad en el trabajo de la federación sindical, declaró: “Es vital que el HSE notifique e investigue los suicidios relacionados con el trabajo”.

“El trágico caso de Ruth Perry no es un caso aislado. El Ofsted ha sido mencionado en varias ocasiones por las investigaciones sobre la muerte de educadores. El estrés laboral alcanza niveles epidémicos. No podemos hacer la vista gorda”.

“La HSE debe recibir la financiación que necesita para mejorar la seguridad y el bienestar en el trabajo. Eso significa invertir los drásticos recortes de la última década”.

Los sindicatos de empleados públicos también respaldan la petición. Jon Richards, secretario general adjunto de uno de ellos, declaró: “El estrés, la intimidación y el acoso en el trabajo afectan enormemente a la salud mental del personal. La HSE debe tener en cuenta todo el impacto del trabajo en los empleados. Esto incluye a los trabajadores que trágicamente se quitan la vida”.

El profesor Phil Banfield, presidente de la Asociación Médica Británica, respaldó el llamamiento y afirmó que existe una “grave crisis de salud mental entre los profesionales de la sanidad provocada por los enormes niveles de demanda, el mayor retraso de la historia en la atención sanitaria y la grave escasez de personal”.

Y añadió: “La HSE debe contar con los recursos necesarios y los procesos correctos para garantizar que puede investigar y evaluar eficazmente este asunto de forma que se produzcan los cambios tan necesarios en el sistema sanitario para, en última instancia, ayudar a reducir la prevalencia de los suicidios relacionados con el trabajo”.

La Asociación Nacional de Directivos Escolares elogió el comentario de la Asociación Médica Británica y lo caracterizó como una “poderosa intervención”. Y en un tuit, el sindicato nacional de educación también celebró la participación por “poner de relieve la urgencia de la crisis de salud mental que @Ofstednews está alimentando”.

Según el profesor Martin McKee, “cada suicidio es una tragedia para la familia y los amigos de la persona que pierde la vida. Y si hay circunstancias que puedan atajarse para evitarlo, tenemos la responsabilidad de hacer algo al respecto.”

Jim McManus, presidente de la Asociación de Directores de Salud Pública, se abstuvo de respaldar un cambio en la ley, afirmando que en la actualidad los suicidios son investigados por los médicos forenses.