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Elecciones en Ecuador 2023 - Análisis

La rutina homicida del crimen organizado ecuatoriano, indiferente ante la campaña presidencial

El fuego de las antorchas en las protestas en Ecuador contra el crimen organizado que mata a sangre y fuego a sus víctimas, y elimina a sus oponentes día a día, en campaña, en jornada electoral, en el resto del calendario.

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En la ciudad capital ecuatoriana de Quito, el miércoles 8 asesinaron a tiros al candidato presidencial de la coalición centro derechista Movimiento Construye. Fernando Villavicencio fue muerto por sicarios a menos de dos semanas de las elecciones generales anticipadas del 20 de agosto que el presidente derechista Guillermo Lasso promete salvaguardar

Ecuador se enfrenta a niveles récord de violencia provocada por el narcotráfico en una espiral fuera de control, mientras la ciudadanía se prepara para dirigirse a las urnas. Sin embargo, el ataque a Villavicencio aumentó  el temor en el país de duelo: nunca antes se había asesinado en Ecuador a un candidato presidencial durante la campaña, nunca antes había importado tan poco al crimen organizado si la democracia ecuatoriana se disponía a votar o si era cualquier otra fecha del año.

De 59 años, el candidato presidencial por Construye se retiraba de un acto de campaña realizado en el Colegio  Anderson, una institución de enseñanza secundaria ubicada en la avenida Gaspar de Villarroel y Amazonas. A Villavicencio lo escoltaba una decena de agentes de la policía uniformados, cuando entre tres y cinco sicarios hicieron fuego desde el costado de la camioneta en la que se iba a retirar del lugar. Nueve personas más, entre ellos, una candidata a asambleísta y dos policías quedaron heridos.

El automóvil  logró arrancar para llevarlo de urgencia a la Clínica de la Mujer,  donde fue comunicada su muerte.  El general Alain Luna, director general de Investigaciones de la Policía, confirmó que se hizo una detonación controlada de un artefacto explosivo en los exteriores de ese centro médico, que habría sido plantado por los asesinos.

La esposa del candidato, Verónica Sarauz, ahora su viuda, con quien Villavicencio tuvo cinco hijos,  denunció a la seguridad policial de su esposo por fracasar y no lograr salvarle la vida. Mientras que el ex general de la Policía Patricio Carrillo, salió del acto, un vez finalizado, por una vía oblicua y un territorio sin gente, un estacionamiento, los agentes policiales a cargo de la custodia del candidato lo sacaron de allí en una camioneta sin blindaje que se abría camino sobre la populosa avenida Gaspar de Villaroel.

Una vida troncada, un narcotráfico ileso

Oriundo del municipio andino de Alusí, en la provincia de Chimborazo, en el corazón mismo de Ecuador,  Fernando Villavicenciohabía sido periodista, activista y legislador.  Alcanzó renombre como opositor al movimiento de izquierda encabezado por el expresidente Rafael Correa (2007 - 2017).  Casi 10 años antes, Villavicencio fue condenado a 18 meses de prisión y multa de 140.000 dólares por injurias al entonces presidente Correa, se refugió inicialmente en EEUU;  luego volvió a Ecuador, en donde fue acogido en una comunidad indígena de la selva junto al asambleísta indigenista Cléver Jiménez, de quien fue asesor político entre 2009-2017- igualmente condenado. Desde 2017 se desempeñaba como asambleísta hasta que el presidente derechista Guillermo Lasso para evitar su destitución por juicio político disolvió el Congreso y  convocó a nuevas elecciones presidenciales y legislativas a realizarse el 20 de agosto.

 Villavicencio en los sondeos se encontraba en el medio de los entonces ocho aspirantes a la presidencia. Era uno de los candidatos que con mayor franqueza denunció los vínculos entre el crimen organizado y las autoridades gubernamentales. El martes 8, el día anterior a que fuera asesinado,  Villavicencio había presentado una denuncia ante la Fiscalía, contra alias Fito, uno de los capos de la mafia carcelaria,  que fue pública. Recientemente, se lo había visto en la ciudad de Chone sin chaleco antibalas, porque según sus declaraciones quería  hacer su campaña “a camisa sudada”. Patricio Zuquilanda, excanciller y actual asesor general de su campaña, informó que Villavicencio “tuvo anteriormente dos amenazas de muerte y a la tercera ha fallecido” y que “contaba con protección policial y contaba con protección privada”. 

Criminalidad sin retrocesos en Ecuador, disfuncionalidad sin alivios en el gobierno de Quito

El suceso consternó al país. Ecuador no había terminado de reponerse de la pérdida de otra figura política clave. Hace unas semanas fue asesinado Agustín Intriago, de 38 años y alcalde de Manta,  quien pertenecía al movimiento local Mejor Ciudad, cuando asistía a un evento deportivo  en el barrio 15 de Septiembre

La ciudad de Manta, en la provincia de Manabí, es la tercera mayor ciudad y uno de los puertos pesqueros más importantes del país. Con más de 250.000 habitantes, es un punto clave de la exportación e importación. También es puerto de llegada de cargamentos de cocaína, y de salida de esa droga hacia EEUU, México y Europa. Hasta 2009, fue un enclave militar de EEUU,  que vigilaba el espacio aéreo y marítimo, antes de la prohibición del expresidente Correa de erigir bases militares en el territorio.

En enero 2023Javier Pincay, candidato a alcalde de PortoviejoManabíresultó gravemente herido y estuvo semanas en estado crítico tras sufrir un atentado. En mayo, el alcalde de Durán, provincia de GuayasLuis Chonillosobrevivió a un ataque y trabaja bajo protección policial. También en Guayas, el alcalde de DauleWilson Cañizaresdenunció este mes que recibe amenazas desde la Penitenciaría del Litoral, y se le asignó protección policial.

Las calles de fuego del infierno blanco

Ecuador que ha sido uno de los países más seguros de América Latinase ha convertido en  los últimos cinco años, en uno de los más mortales de la región. La producción récord de cocaína en la vecina Colombia y una guerra entre las pandillas de drogas ecuatorianas apoyadas por los carteles mexicanos y albaneses ha provocado una ola de violencia.

En Guayaquil, una ciudad húmeda enmarcada en colinas verdes, con  3,5  millones de habitantes  se suceden escenas de guerras entre las pandillas que luchan por el control de las rutas de tráfico de cocaína a los puertos marítimos, semejantes a las del norte de México. La policía y los residentes dicen que los asesinos matan a los fiscales y a los agentes de la ley, los cuerpos se cuelgan de los puentes y detonan bombas de automóviles y reclutan a niños como asesinos.

Los asesinatos en Guayaquil, que han aumentado alrededor del 65% en los primeros cuatro meses de 2023 respecto al año anterior, la han convertido  en una de las ciudades más violentas del mundo.  Con homicidios per cápita mayor que las ciudades  de Juárez en México y Príncipe Port-Au, en Haití.

El actual panorama de inseguridad en Ecuador hace saltar todas las alarmas. Se vive una gran tensión por el aumento de los homicidios, los robos y los secuestros, y también por los frecuentes amotinamientos en las cárceles. La tasa de homicidios se disparó casi un 500 % entre 2016 y 2022, según Insigtcrime llegando a 81 % por 100.000 habitantes. Varias bandas de narcotráfico se disputan el transporte de cocaína desde la frontera de Ecuador con Colombia, el mayor productor de cocaína del mundo, y también la droga que llega desde Perú.

Gran parte de la violencia ha tenido lugar desde que el poderoso líder de los Choneros, una pandilla con vínculos con el Cartel Sinaloa de México, fue asesinado en diciembre de 2020, lo que hizo que la pandilla se divida en otras  más pequeñas como Los LobosLos Asesinos de Chone y Los Tiguerones, cuyo símbolo es un tigre con una boina militar.

El sistema carcelario ecuatoriano, uno de los peores de la región

Las cárceles de Ecuador, con la policía y los guardias controlados por pandillas, se convirtieron en campos de matar. Más de 430 reclusos murieron en masacres en 2021 y 2022, según el Comité para la Defensa de DDHH.  Desde 2020, más de 450 presos fueron asesinados en enfrentamientos entre bandas rivales que se disputan el control de las diferentes penitenciarías cuyo hacinamiento puede llegar al 50% de su  capacidad edilicia.

“Estamos hablando de una situación política explosiva, de desorden de la seguridad pública, y hay observadores que están muy preocupados porque el gobierno es prácticamente disfuncional en muchos aspectos, pero especialmente en temas de seguridad”, indica  el politólogo Wolf Grabendorff. 

Repudio político, duelo nacional y enigma electoral

El presidente Lasso escribió en la plataforma X, antes Twitter, “Indignado y consternado por el asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio. Mi solidaridad y mis condolencias con su esposa y sus hijas. Por su memoria y por su lucha, les aseguro que este crimen no va a quedar impune”  en la tarde del mismo día de la tragedia.

Los otros siete candidatos a la presidencia se pronunciaron en sus redes. Yaku Pérez por Claro que se Puede anunció la suspensión de su campaña. La correista Luisa Gonzalez  de la izquierdista Revolución Ciudadana declaró “esto nos enluta a todos, esto no quedará en la impunidad”. El candidato Jan Topic por la alianza Un País sin Miedo quien interpeló al Gobierno que, “no queremos más declaraciones, queremos acciones, nos estamos muriendo, nos estamos ahogando en un mar de lágrimas, se les ha ido el país de las manos”, se sumó a la suspensión de la agenda pública. También se pronunciaron Daniel Novoa Anzín por Acción Democrática Nacional (ADN), el correísta Andrés ArauzXavier Hervas del movimiento de centro derecha RETOBolívar Armijos del movimiento centroderechista  AmigoOtto Sonnenholzner por Actuemos, entre otros, repudiando el crimen político, el primero que ocurre en la democracia moderna desde 1979.

El ex presidente Rafael Correa, del que Villavicencio fue opositor y uno de cuyos reportajes llevó al proceso judicial en su contra por dineros no declarados en sus campañas electorales, también envió sus condolencias en las redes sociales.

Los días contados de Guillermo Lasso

En una conferencia de prensa tras una reunión de seguridad de alto nivel, Lasso anunció tres días de luto nacional y el estado de excepción por 60 días, que permitiría un despliegue de las FFAA por todo el territorio nacional para salvaguardar las elecciones. “El Estado está firme y la democracia no claudica ante la brutalidad de este asesinato”, afirmó el mandatario.

Lasso termina anticipadamente su mandato, habiendo llamado a elecciones anticipadas para evitar una destitución por el Congreso unicameral. Antes tranquilo y pacífico, Ecuador conoció desde la elección de este ex banquero, neoliberal en economía y socialcristiano en el resto de su perfil político, los niveles de violencia más constantes y elevados y las tasas de delitos de sangre más altas de su historia. El voto del 20 de agosto se decidirá por razones ideológicas, quien triunfe enfrentará el juicio de la opinión pública por su idoneidad para gestionar la respuesta del Estado que mejor proteja a la sociedad civil.

AGB

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