Asesinato de dos nenas argentinas en Paraguay: un año de impunidad y tensión diplomática

Con el anhelo de conocer a los familiares que integran la guerrilla Ejército del Pueblo Paraguayo (EPP), cinco primas de entre 11 y 18 años, acompañadas por Laura, madre y tía de las menores, viajaron en noviembre de 2019 a Yby Yaú, Departamento de Concepción, en el norte del país vecino. La intención era regresar a Misiones después del verano, pero la pandemia las obligó a quedarse.

La Policía y el Ejército de Paraguay, que integran la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC) atacaron el campamento del EPP el 2 de septiembre de 2020, y mataron a Lilian Mariana y María Carmen Villalba, ambas argentinas y de 11 años. Tania (18), en diálogo con este medio, aseguró haber visto y oído cuando se llevaban con vida a sus primas al grito de “regalo, regalo”. Sus nombres aparecieron luego dentro del listado de muertos en el operativo.

El caso tensó las relaciones diplomáticas entre ambas naciones. Dos días después del ataque al campamento, el presidente paraguayo, Mario Abdo Benítez, consideró “un éxito” el operativo las fuerzas de seguridad. Y el General Héctor Grau, Comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), acusó a la Argentina de convertirse en una “guardería de soldados del Ejército del Pueblo Paraguayo”. El canciller argentino, Felipe Solá, rechazó las “expresiones injustificadas” y demandó un esclarecimiento del hecho.

Los hechos, sin embargo, no habían culminado. Las tres niñas restantes, pudieron escapar junto a Laura (enfermera de 36 años). Las acompañaban 3 militantes del EPP que fueron abatidos en una nueva embestida, el 20 de noviembre. Las primas y la mujer, nuevamente lograron escabullirse solas, aunque “Lichita” (Carmen Elizabeth, 14 años) estaba herida en una pierna desde el primer ataque y una bala había rozado su cara en el segundo.

Se escondieron en un monte por 10 días, sin alimentos. Tania y Ana (14), las menos débiles, decidieron, entonces, ir en busca de provisiones, pero se desorientaron en el cerro y no lograron regresar. Sobrevivieron alimentándose de cocos, sapos, víboras y bebiendo hasta su propio orín.

El 15 de diciembre, siguiendo el cauce de un río llegaron a una casa, donde las alimentaron y ayudaron a salir de la zona. Una semana más tarde, en Argentina, se enteraron que Laura fue detenida y que “Lichita” continuaba desaparecida. 

Tania pudo declarar ante Relatoría Especial sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias del Alto, dando testimonio de que las fuerzas de seguridad se llevaron vivas a las niñas, de lo cual se desprende que las menores fueron fusiladas por los uniformados.

Por su parte, Laura Villalba quedó detenida, acusada de terrorista, en un cuartel militar de Paraguay. Única mujer, aislada y con solo tres comunicaciones por semana, en videollamadas rodeadas por militares que escuchaban las conversaciones. “Desde el 23 de diciembre hasta la semana pasada estuvo ahí, en esas condiciones”, lamentó Laura Taffetani, referente de la Gremial de Abogados y Abogadas de Argentina.

La letrada destacó que, por intervención de Naciones Unidas, la semana pasada fue trasladada a una cárcel ordinaria, en Encarnación, cerca de su familia de Misiones, lo que permitirá que los hijos puedan verla. Afirmó que se trata de una “detención ilegal” con una “causa armada”.

En Paraguay “no hay ningún avance en la investigación por el asesinato de las niñas”, cuestionó Taffetani. Informó, que el vicecanciller Pablo Tettamanti recibió este miércoles a la familia para acompañarla en el aniversario, además de repasar las gestiones diplomáticas infructuosas, ya que no sólo no se esclarecieron los asesinatos, sino que el gobierno no deja ingresar al Equipo de Antropología Forense argentino para realizar las autopsias. La negativa no es novedad: a fin de julio el gobierno paraguayo expulsó una misión humanitaria impulsada por organizaciones para buscar a menor desaparecida.

De este lado de la frontera, Argentina otorgó a 6 mujeres de la familia Villalba el estatus de refugiadas políticas, permitiendo que regularicen su situación migratoria y que no queden expuestas a una eventual extradición. Se trata de las madres, tías y otros parientes de las niñas, que cuentan con el respaldo de los principales organismos de derechos humanos para sostener el reclamo de aparición con vida de “Lichita” y de justicia por María y Lilian. 

Hoy, a las 14, familiares, amigos y organizaciones iban a realizar una concentración en la Embajada de Paraguay, al cumplirse el primer aniversario de los asesinatos, pero se suspendió por la lluvia. La marcha será el lunes 6 de septiembre a las 13.30. Cuando medio centenar de niños y niñas de entre 10 y 12 años encabezarán la movilización y pegarán sus dibujos en el edificio diplomático. Entre ellos estarán Tania y Ana, las sobrevivientes.

SR