Luego de la cumbre a solas

Cristina y Kicillof buscan armar una mesa con Massa e intendentes para repartirse los lugares en las listas

La noticia de la reunión entre Cristina Kirchner y Axel Kicillof circulaba ya este jueves por algunos medios cuando la mesa de un funcionario de un importante municipio del conurbano revelaba que el peronismo está en modo campaña: en su escritorio, entre un equipo de mate, computadora y celular, se veían hojas A4 con mapas impresos de los circuitos electorales de su distrito bonaerense. “Va a haber unidad, esperemos que haya, a la fuerza, pero tiene que haber. Acá estoy viendo por dónde vamos a encarar la estrategia de campaña casa por casa y dónde vamos a repartir las boletas”, apuntó el anfitrión de elDiarioAR.

La escena es un ejemplo de cómo el peronismo está comenzando a encender sus motores de cara a los comicios provinciales del 7 de septiembre, donde se eligen diputados y senadores para la Legislatura, y por lo que Cristina y Kicillof pusieron ayer primera. Fue una cumbre a solas que ocurrió en medio de una jornada con versiones cruzadas. Que se habían reunido por la mañana en la casa de Cristina en el barrio porteño de Constitución –pero Kicillof estaba en un acto en La Plata–, que fue por la tarde en Ezeiza –territorio de Alejandro Granados– tras la visita de la exmandataria a La Matanza, que ocurrió en la Ciudad de Buenos Aires… Lo cierto es que se encontraron en medio de la tensión cruzada por el desdoblamiento electoral para comenzar a redactar las bases y condiciones de un acuerdo que buscará evitar la avanzada del frente de La Libertad Avanza y el PRO.

El principio de unidad al que llegaron Cristina y Kicillof fue la conformación de una mesa chica con delegados donde se discutirá el reparto de los lugares en las listas para las elecciones, tanto la de PBA como la nacional, supo elDiarioAR de fuentes al tanto de la conversación. Son negociaciones conectadas, porque hay poco margen de tiempo entre una y otra presentación formal de los candidatos: la lista bonaerense cierra el 19 de julio y la nacional, el 17 de agosto.

En esa mesa participarán los intendentes –principalmente del conurbano–, así como referentes de la expresidenta, el gobernador y Sergio Massa. Los nombres de cada bando aún están en el aire, pero durante el fin de semana se terminarían de definir. Se especula allí con Máximo Kirchner, Mayra Mendoza y Teresa García, por el lado de Cristina; Carlos Bianco y Gabriel Katopodis, que con perfiles distintos son funcionarios del gobernador; Federico Achaval, jefe comunal de Pilar que busca sintetizar la voz de los caciques territoriales, y hasta el propio Massa por parte del Frente Renovador.

La misión principal de esa mesa será acordar cómo se reparten las porciones de las distintas tortas en juego. De alguna manera el 7 de septiembre hay ocho elecciones distintas, porque cada Sección Electoral elige cargos diferentes. Mientras en la Tercera –el sur del conurbano– Cristina se postula como diputada bonaerense, en la Primera se votan senadores provinciales. Y las cantidades de bancas no son las mismas para cada sección, por lo que cada región es una batalla en particular.

Además está la contienda nacional, donde la provincia de Buenos Aires renueva 35 diputados nacionales. Allí aún están todos los casilleros en juego. Qué porcentaje en el reparto para cada accionista del peronismo, y en cada Sección Electoral, es lo que se sentará a discutir la mesa que habilitaron Cristina y Kicillof.

La empresa no es para nada sencilla y el poder de quién tiene la lapicera es clave. “La discusión principal es cómo es el reparto. Porque aunque me digan que se arregla rápido, eso pasa al final, no ahora. Hay que ver desde los candidatos a cómo construimos los apoderados, por ejemplo. Son un montón de pasos previos donde hay que saldar principalmente la desconfianza que hay. ¿Quién va a garantizar que lo que se acuerde después se inscriba? ¿Lo vas a hacer bajo escribano? Sí es un quilombo, pero hay que encontrarle la lógica”, planteó el funcionario municipal consultado por este medio.

En ese marco, la “paz” alcanzada por Cristina y Kicillof haría bajar los cruces de acusaciones que se expusieron públicamente en los últimos días, sobre todo luego de que la exmandataria confirmó el lunes que será candidata. Jugaron mediáticamente algunos intendentes que apoyan al gobernador en su espacio Movimiento Derecho al Futuro, como Mario Secco (de Ensenada) o Fabián Cagliardi (Berisso), que ayer temprano criticó la postulación de Cristina en la Tercera: “Si Cristina Kirchner quería ayudar, que ayude en lugares donde hemos perdido siempre. Acá es fácil ganar”.

Ese mensaje era un desafío sobre la Primera Sección, el norte del conurbano, donde el peronismo ya perdió contra Juntos por el Cambio y ahora LLA negocia un nombre fuerte para imponerse: desde Diego Valenzuela (intendente de Tres de Febrero) a Diego Santilli. Hay tirria con los amarillos porque ni Mauricio ni Jorge Macri quisieran entregar tan fácil una región donde conducen Vicente López con Soledad Martínez. Cristina querría allí a Massa, pero también resuena Katopodis, mandamás de San Martín. “No la tenemos fácil, hoy están arriba ellos por 5 puntos”, confesó un libertario de la zona norte. La moneda recién está en el aire.

MC/MC