Dos asesoras de Nación y Ciudad de Buenos Aires debatieron sobre las elecciones legislativas
El jueves pasado, el Instituto de Estudios Latinoamericanos (ILAS) de la Universidad de Columbia, dirigido por la politóloga Victoria Murillo, reunió a Cecilia Nicolini, asesora de Alberto Fernández, y Julia Pomares, jefa de asesores del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, para una conversación virtual titulada “Tendiendo puentes: la elección legislativa argentina”. En ambos casos, se trata de funcionarias que pasaron a la gestión pública recientemente. Nicolini provenía de la investigación académica como fellow en distintas universidades y Pomares fue Directora Ejecutiva de Cippec entre 2015 y comienzos de 2021. Durante la disertación, ambas presentaron las principales propuestas legislativas de las coaliciones de las que forman parte y también respondieron sobre los acuerdos que tenían entre ellas, así como las dificultades para que esos acuerdos de ideas se materialicen en términos legislativos.
En el caso de Nicolini, hizo hincapié en la necesidad de construir una “economía con propósito”, así como generar una estructura productiva “que sea inclusiva, que genere empleo, que sea dinámica y que genere riqueza, a través de un círculo virtuoso basado en la creación de conocimiento”. Para lograr el crecimiento, expresó en más de una oportunidad la asesora de Fernández, es necesario terminar con el “endeudamiento insostenible”. Además de hacer mención al envío de una ley a comienzos de este año que establece que todo endeudamiento en moneda extranjera deberá ser aprobado por el parlamento, indicó que la sostenibilidad de la deuda pública sería, en ese sentido, necesaria para los planes de estabilización macroeconómica. Entre los planes a futuro de su coalición en el Congreso, la politóloga mencionó la necesidad de recuperar y crear puestos de trabajo, tanto como mejorar las condiciones de quienes se encuentran en mayor vulnerabilidad. Mencionó como antecedente el proyecto que acaba de presentar Alberto Fernández a través de un DNU para convertir los planes sociales en empleo genuino, y también habló de impulsar leyes que den relevancia a las tareas de cuidado, que representan el 16% del PBI según calculó el Ministerio de Economía en un estudio reciente, y mejorar las licencias de maternidad y paternidad, entre otras medidas destinadas a promover la igualdad de género en sus distintas dimensiones. También, hizo foco en la propuesta de liberación de cargas patronales para las empresas que contraten jóvenes entre 18 y 24 años y en la inversión en educación para “agrandar este semillero de jóvenes que tiene vocación tecnológica”, entre otras leyes que incluyen al turismo: “Volver a poner el foco en el empleo, en la producción y la inversión en educación para fortalecer una industria nacional”, expresó Nicolini.
Por otro lado, Pomares hizo hincapié en el número 28 para señalar que solo el 28% de la población económicamente activa tiene un trabajo privado registrado y que a la vez desde el 2012 los asalariados que trabajan en el sector público han crecido un 28%. Así, señaló que la falta de creación de empleo privado de manera sostenida es uno de los principales problemas. La “obsesión” de Juntos por el Cambio en el Congreso, dijo, sería generar condiciones para crear empleo. Vinculado a eso, habló de la necesidad de una macroeconomía estable, para lo cual llevarán la propuesta de un Banco Central independiente se ponga límites a la emisión y un paquete de medidas para incentivar el empleo privado, como el compromiso que asumieron todos los candidatos a diputados nacionales por la Ciudad de Buenos Aires de no aumentar impuestos a la producción y al trabajo. Pomares señaló que en lo que va del gobierno de Fernández, se habían creado no solo nuevos impuestos sino que se aumentos dieciséis de ellos, como el impuesto a los créditos y débitos bancarios –que desincentiva la formalización de la economía–, los derechos de exportación –cuando hay que exportar más– y los impuestos a los electrónicos, según detalló. En el paquete legislativo, señaló Pomares, también se incluye impulsar un monotributo juvenil sin costo el primer año para menores de 29 años. A la vez, señaló que se buscará un rol activo del Congreso en temas educativos, especialmente en lo que concierne a la educación secundaria, que incluye involucrar a las familias en el debate educativo, promover prácticas formativas obligatorias en el último año de la secundaria y políticas de alerta temprana para prevenir el abandono escolar.
Con el eje puesto en el trabajo, en las exportaciones y en la conjunción público-privada, Pomares señaló que buscarán dar discusiones sobre la vinculación entre producción y empleo y la “sostenibilidad” del régimen previsional: “Así como Juan Bautista Alberdi decía que gobernar era poblar, yo creo que en el siglo XXI gobernar es poblar de iniciativas productivas y competitivas a todo el país”.
Las funcionarias manifestaron acuerdos y algunos desacuerdos en relación al lugar otorgado al sector privado y al sector público en el crecimiento y en la generación de empleo genuino, y diferencias en cómo el fomento a la Economía del Conocimiento se había hecho –o no– efectivo en los últimos años. A continuación, se transcriben algunas de las preguntas que recibieron luego las expositoras en la charla.
VM: Hay claros puntos de encuentro sobre todo en lo que refiere a economía del conocimiento, tecnología, pero sin embargo por otro lado parece haber, en la práctica, puntos de desencuentro en la implementación. Me da la impresión que ambas están de acuerdo en llegar pero no tanto en cómo llegar y, sobre todo, y eso se vio más claramente en la conversación sobre empleo, me parece que lo que le asignan de importancia al sector privado versus el sector público es diferente. Si pensamos en el sector tecnología y economía del conocimiento como un generador de empleo, un generador de divisas, ¿qué papel ven para el sector público y para el sector privado en ese área?
CN: Creo que en ningún otro sector hoy en día como el sector de la tecnología y la economía del conocimiento es tan importante y tan relevante el sector del Estado. Hay una herramienta fundamental, que también es un debate muy largo que me encanta, que es la cuestión de lo que se denomina el nuevo petróleo, el nuevo oro, que tiene que ver con los datos, que tiene que ver también con la regulación de los datos que está relacionado con la inteligencia artificial y el debate que debemos dar en ese sentido. Y aquí el rol del Estado es fundamental por dos cuestiones: por un lado, porque cuando hablamos también de la creación de empleos para poder generar las habilidades necesarias para robustecer este sector hablamos de que al sector público, por los salarios que tiene en relación al sector privado, le es imposible competir para tener, por ejemplo, ingenieros en software, expertos en datos. Y es necesario tener unas capacidades y habilidades desde el sector público para trabajar en todo esto. Porque si hablamos que los datos son el nuevo petróleo y son decisivos para la economía del conocimiento, que hoy en día están concentrados en el 80% en un solo proveedor como es Google, en donde las plataformas tecnológicas están ampliando las brechas existentes y los sesgos que tenemos de género, de raza, económicas geográficas etcétera, si no tenemos un rol claro desde el Estado o incluso en la creación que hablamos antes de este ecosistema, donde esté el Estado, el sector privado, también el tercer sector, muchas organizaciones ONGs activistas que están trabajando sobre el debate de si los datos tienen que ser públicos, privados o bienes comunes, que es el debate que tenemos que dar... Me parece que ahí tenemos que pensar muchísimo el rol del Estado. Pensar también en la creación de un sistema nervioso central con los datos que, justamente, siendo datos comunes, puedan ser utilizados por todos los sectores para generar conocimiento, para generar productos, servicios para exportar y regularlo. Y sobre todo, también esas relaciones que hoy en día son muy desiguales en términos del poder o la capacidad que tienen algunas empresas para procesar la enorme cantidad de datos y utilizar así algoritmos e inteligencia artificial para generar otros productos y servicios y eso hay que regularlo. Porque si todo eso además amplifica todas esas brechas, ahí me parece que el rol del Estado es fundamental para esta discusión.
JP: Creo que hay una discusión que nunca terminamos de dar en Argentina, como si la sinergia público-privada fuera algo más visto, y creo que así como la pelea espuria que muchas veces se da en la narrativa agro e industria, también se da entre mundo público y privado. Creo que tenemos que ir más allá de eso. Sí teniendo en cuenta que una cosa es cuánto invierte el estado en investigación y desarrollo, cuánto tiene un rol facilitador de la ciencia y la tecnología y cuánto es empleo público que sabemos que en muchos casos es lo que tenemos que tratar de trabajar en convertir en empleo privado genuino. Me parece que en los últimos años ha ido creciendo mucho el peso del empleo público en el total. Pero más allá de eso, que coincido en que esa sinergia público privada es central sobre todo en este futuro que ya es presente, como el que hablaba Cecilia antes, y también que hay muchísimo trabajo que hacer en Argentina sobre cómo se dan discusiones innovadoras de regulación del uso de los datos y de muchos temas en los cuales estamos haciendo nuestros primeros pasos, creo que hoy tenemos algunas discusiones muy urgentes, por eso hablaba antes de que en el corto plazo necesitamos estabilizar la macroeconomía, si no es muy difícil dar previsibilidad y poder tener certidumbre de hacia dónde vamos. Y creo que eso es algo que además lleva todas nuestras conversaciones en todas las mesas de discusión sobre inflación, sobre desempleo. Me parece que son temas acuciantes y que nos nublan la vista para poder pensar hacia adelante y para poder poner en marcha ciertas discusiones de mediano y largo plazo.
CN: Vos preguntaste sobre el tema de la implementación. Sobre todo creo que un poco el objetivo, también del gobierno, de poder en el marco de ese consenso que Julia mencionaba, poder incluso mejorar, porque todas las leyes sobre todo en esta industria que es tan cambiante, con un cambio exponencial tecnológico, hay que ir aggionándolas. Siempre mantener, yo creo, que la perspectiva de todos estos avances y esta creación de valor y de riqueza genere también una distribución, y que eso pueda generar más riqueza. Hoy en el diálogo que tenemos con los actores están muy contentos con esta ley, la están implementando, se está viendo un incremento y la generación de más puestos de trabajo en el marco de esta ley, lo cual es algo positivo. Siempre teniendo en cuenta, y sobre todo resaltando en el sector tecnológico, más que nunca, la idea esta de la economista Carlota Pérez, que decía que muchas veces las ganancias se privatizan y las pérdidas se socializan. Entonces, cómo evitar en un sector tan pujante como la tecnología que esto suceda.
VM: Acá Martín De Simone dice que ambas mencionan la vocación de acuerdo y que, sin embargo, ambas están en coaliciones –es interesante que Argentina no tiene más partidos fuertes, ahora tiene coaliciones– y para eso no queda claro que todos dentro de cada una de las condiciones tengan las mismas vocaciones de acuerdo. La pregunta es qué pasa con las contradicciones que generan los distintos sectores dentro de cada una de esas coaliciones para acordar en estos puntos sobre los que ustedes manifestaron estar más en acuerdo.
JP: Siendo politóloga tenemos que resaltar que es algo bastante saliente de la democracia argentina de los últimos años, organizada alrededor de coaliciones. En el caso de la coalición de Juntos por el Cambio, además, que se ha podido mantener, crecer y trabajar de forma conjunta desde fuera del gobierno a partir del 2019, con una mesa nacional que va tomando decisiones de manera coordinada y obviamente que creo que la fortaleza de esa coalición es también la pluralidad de miradas, y que hay distintas posiciones ante distintos temas y, sin embargo, se va llegando a acuerdos de manera coordinada. Así que yo confío en que se vaya a llegar a esos acuerdos más allá de las diferencias que hay, que bienvenidas sean. También es lo que le da la riqueza a la coalición. Y también algo tan importante, como decía antes, que es eventualmente tener un bloque de una cantidad de diputados que le permita poner freno a algunas leyes y también promover algunas otras. Por ejemplo, me parece importante que sea el inicio de frenar los impuestos a la producción y al trabajo y poder fomentar la generación de empleo privado.
CN: Yo no creo que algunos en la coalición tengan más o menos vocación al diálogo. De alguna manera si llegamos adonde llegamos, a estas coaliciones incluso en nuestro caso a haber ganado una elección en 2019, es porque existe una vocación al diálogo genuina, y esa vocación al diálogo lleva a hacer política y a generar acuerdos que te permitan ir juntos. Luego, dentro de esas coaliciones siempre hay fricciones, discusiones, debates, contrapuntos que son sanos, que son muy importantes. Sobre todo en el contexto que vivimos, que es un contexto tan cambiante... No solamente en el marco de la pandemia, sino también de los ciclos políticos que se aceleran, de la transición tecnológica, del impacto ambiental también, con problemas globales que son imposibles casi de resolver por cualquier Estado-Nación sino que tiene que haber multilateralismo, un pensamiento crítico, nuevas habilidades que nos permitan traer soluciones innovadoras. Me parece que a veces en la crisis en la que estamos es en la capacidad, en la audacia, que tengamos y nos propongamos para debatir esos temas, para ponerlos en duda absolutamente, para repensar el capitalismo. No está funcionando como existe y sin embargo, es el único sistema que ahora tenemos, entonces cómo hacemos para que realmente funcione, para que sea más solidario, para que esté orientado a las personas. Y entonces dentro de estas coaliciones, no tenerle miedo ni al debate, ni a la discusión, porque de eso se trata la política: del conflicto para poder eventualmente generar posiciones que nos hagan proponer soluciones superadoras. Y en ese sentido me parece que a veces sí, discutir ahora, no solamente el rol de los medios de comunicación en Argentina como tal, para salir de la coyuntura, sino también de todo el sistema de comunicación, redes sociales, el tema de la polarización que no es un tema solamente en Argentina: cómo hacemos para animarnos a discutir de raíz estos temas de la política que transforman nuestras vidas y que tenemos que dar soluciones superadoras, no “business as usual”, hacer cosas diferentes, cómo nos animamos a darlos sin que la exposición en los medios de comunicación y demás a veces es descarnada, es muy violenta. Cómo nos tranquilizamos un poco y volvemos a contar y a comprometernos con un debate político genuino que nos lleve a trabajar en esas ideas superadoras y que nos permitan en estos gobiernos de coalición seguir avanzando.
VM: Voy a terminar con una pregunta que hace Yanina Budnik que me parece muy buena y muy interesante. Julia mencionó la falta de una narrativa futura sobre el país. Me gustaría profundizar sobre esto y preguntarles: ¿qué país creen que Argentina puede ser en los próximos 10 años?
JP: Si tuviera que inventar mi narrativa, que después las narrativas sabemos que se van armando de distintos pedazos y también toman cosas del pasado, nunca son nuevas del todo, y creo que eso también es lo interesante, irlas construyendo... A mi me gustaría que nuestra narrativa de futuro tome algo muy potente de la narrativa argentina que es la idea de la movilidad social ascendente, que obviamente hoy la tenemos rota en cómo funciona en nuestra realidad concreta pero creo que sigue estando muy fuerte en nuestro imaginario. Tenemos que poder darle carnadura de nuevo así que me imagino que tenga un rol importante esa idea. También, creo que la Argentina tiene algo muy interesante en su historia y en su identidad que hace a la diversidad. Recién hablábamos de la diversidad de miradas en la política. Sobre eso, la diversidad, más allá de la sociedad, también tiene que ser algo central. Y después creo que hay desafíos grandes de cómo reinventar algunos elementos que son obstáculos para el desarrollo: uno que decía antes que es esta antinomia entre inversión pública y la inversión privada. Me parece que esa la tenemos que poder quitar de nuestra narrativa o ponerla de otra manera. Y después también creo que necesitamos pensar distinto al territorio. Creo que lo que nos muestra hoy la diversidad productiva que tiene la Argentina y también de la que hablaba Cecilia es que imaginamos una Argentina que no tiene puerta de entrada ni de salida, sino que exporta más allá de sus fronteras y que también tiene distintas maneras de pensarse a sí misma, a su territorio, fuera de mirar siempre desde Buenos Aires. Me parece que ahí tenemos una riqueza en ese sentido para explorar, para pensar distinta. Y me imagino una Argentina que sigue manteniendo ese espíritu igualitario y que logra combinarlo con crecer, que es lo que nos falta. Crear valor y hacer crecer a nuestra economía.
CN: Yo voy a ser muy breve. Yo creo que tenemos que construir una Argentina que esté orientada a un propósito. Creo que ese propósito tiene que ser colectivo, tiene que incluir a todos y a todas, y realmente estoy convencida que tenemos una oportunidad histórica y única de desarrollo económico, social y ambiental con justicia social y sobre todo con igualdad de género para nosotros, para nosotras y para las futuras generaciones.
NS
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