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La interna del Frente de Todos

Detrás del clamor por Cristina, el plenario K le apunta al riesgo “Alberto candidato”

Máximo Kirchner y Axel Kicillof. Protagonistas del acto de este sábado en Avellaneda

Pablo Ibáñez

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Un malestar se agita en el entorno de Cristina Kirchner. Aun con sutilezas semánticas, desde el gobierno nacional se salió a levantar la bandera de la proscripción tras la difusión de los fundamentos de la sentencia Vialidad pero, hasta la noche del jueves, fue mínima la intervención de los gobernadores en un tema que, además de hipersensible para la vice, aparece como estandarte político del cristinismo.

El operativo clamor de este sábado, en Avellaneda, cementa esa tendencia. Aunque se espera alguna presencia no bonaerenses, el núcleo esencial será de la provincia de Buenos Aires. No solo refleja dónde está el núcleo primordial del poder K sino que, a su vez, clarifica en qué territorio político la participación electoral de la vice es vista como determinante.

El plenario “Luche y Vuelve”, en cuyo cierre está previsto que hablen Axel Kicillof y Máximo Kirchner -“no está definitivo el orden”-, es presentando como el primero de una saga que debería reproducirse en otras provincias a lo largo de las próximas semanas y empezó a presentar un giro sutil: si bien el título es que Cristina acepte ser candidata a presidente, hay una cláusula accesoria que contempla que esté en la lista bonaerense, como senadora.

A Kicillof lo abruma un riesgo: no sólo que la vice no esté en la boleta peronista sino que, además, la oferta electoral que presente el FDT se convierta en un factor crítico para su plan de reelegir como gobernador. “En una elección de gobernador, simultánea a la presidencial, si no tenés un buen candidato arriba puede ser riesgoso”, explican en La Plata a elDiarioAr. La hipótesis de que ese candidato sea Alberto Fernández les resulta, lisa y llanamente, “muy peligroso”.

Sobrevuela la experiencia de María Eugenia Vidal que, en parte para sacarse la culpa, explicaba su derrota por 17 puntos ante Kicillof ante el arrastre negativo que significó compartir la boleta con Mauricio Macri. Lo de Vidal puede verse como un modo de delegar las culpas en otros actores. La advertencia del cristinismo bonaerense apunta a que un potencial plan de reelección del presidente puede tener el mismo resultado: hundir la boleta bonaerense.

El operativo clamor, que según la organización reunirá a diez mil dirigentes y militantes, repartidos en quince “comisiones” pero donde el tema prioritario será la discusión sobre “cómo romper la proscripción”, tiene como objetivos adicionales no solo que la vice acepte -al menos- ser candidata a senadora sino que Cristina, y el kirchnerismo, tengan vitalidad en la negociación interna del FDT para evitar la candidatura del presidente.

Además del factor político referido a la ruptura entre los Fernández, el cristinismo pone sobre la mesa la cuestión del riesgo electoral que supondría para el gobernador y los intendentes ir en una boleta que lleve como candidato a Alberto. Desde el PJ que comanda Máximo Kirchner deslizan, con una lectura temeraria, que si se consolidara la posición de que Fernández vaya por la reelección, Kicillof podría analizar la chance de ser candidato a presidente para presionar a Alberto y porque advierte “más difícil” ganar con una boleta encabezada por el primer mandatario.

Instala una doble paradoja: que Cristina parece irreductible respecto a no ser candidata, y que Kicillof, que estuvo los últimos meses bloqueando los movimientos que trataban de empujarlo hacia arriba, ahora dejó correr -siquiera sólo como amenaza- la hipótesis nacional. Hasta acá, ambos dijeron que no irán a la carrera nacional. Se lee en la clave de presionar, con otros argumentos, en el reclamo de que el presidente se baje, cuyo primer capítulo fue -y sigue siendo- que no hay PASO posible si Fernández decide competir.

En el FDT invocan mediciones que muestran a Kicillof arriba en las preferencias para su reelección, incluso con varios puntos por encima de la mejor oferta de JxC, Diego Santilli. El escenario no se repite cuando se miden candidatos presidenciales del FDT en particular si el candidato es Fernández, que según una medición de Zubán Córdoba, aparece algunos puntos abajo de Horacio Rodríguez Larreta pero arriba de Sergio Massa.

Una manera de blindar una potencial fuga, entienden en La Plata es que Cristina sea, de mínima, candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires con lo que a su vez ordena el frente político, hacia arriba y hacia abajo, porque la presencia de la principal electoral en una boleta condiciona los movimientos dentro del peronismo.

El plenario, administrado o no, se perfila para pedir que la vice revise su decisión de no ser candidata pero, a la vez, a cristalizar las diferencias con la Casa Rosada. Jorge Ferraresi, el anfitrión, se mostró especialmente atento a que haya diversidad de actores y sectores para que la foto del plenario no sea solo camporista sino que exprese a sectores sindicales y de organizaciones sociales, además del PJ de los territorios. Subyace, ahí, una disputa accesoria sobre qué ocurrirá con el segundo lugar en la boleta que encabezará, hasta acá sin competencia, Kicillof.

Se atribuye a Máximo ser el promotor de que la vice la ocupe Martín Insaurralde, que días atrás pidió que Cristina sea candidata a presidente y se alineó detrás de la candidatura bonaerense del gobernador. El planteo camporista es que Magario mide mejor que Fernando Espinoza en La Matanza y que, por eso, le conviene volver al distrito. Los matanceros dicen que son un mismo proyecto y que no hay diferencias electorales entre uno y otro, y apuntan que Espinoza se perfila para seguir en el territorio.

PI

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