Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
LA CARRERA HACIA EL 13-A La estrategia del peronismo

Los errores de Uñac y los votos esquivos de la franja media que inquietan a Massa

Mapa del resultado electoral de la general del 2019

0

Sergio Uñac anudó, con inusual impericia, un puñado de errores que arrastraron al peronismo de San Juan a la derrota tras 20 años de dominio y a la peor elección de su apellido. La onda expansiva lo excede porque, de rebote, el resultado sanjuanino magnifica el pánico de Unión por la Patria (UP) ante las PASO del 13-A, en particular respecto al voto de la franja media criolla, el corredor que cruza de manera horizontal el país desde Mendoza hasta Entre Ríos, donde la versión más brutal de Mauricio Macri ancló su resurrección electoral en las generales del 2019 luego de la paliza de las primarias.

Uñac, que mandó casi una década, sabía como nadie que el panorama era crítico. Por eso eliminó las PASO y reinstauró un sistema de lemas, confección para tratar de gambetear una posible derrota. Imposible determinar cuándo malestar generaron aquellas picardías, pero como dijo un funcionario de la mesa chica uñaquista hace tiempo a elDiarioAR, el voto sanjuanino dejó de autopercibirse como norteño y empezó a tratar de espejarse en Mendoza.

La fantasía de Uñac de ir por un tercer mandato, flojo de papeles -indistintamente de la intervención, sobre la hora, de la Corte-, incidió en el resultado del último domingo. Lo mismo, en una mirada táctica, la decisión de separar la elección de intendentes y legisladores -que se mantuvo con la fecha original, el 14 de mayo- de la de gobernador. A la luz de los resultados, el desacople con los territorios, que ganaron en su turno, luce como otro error. Juan Manzur, en Tucumán, reprogramó toda la votación tras un fallo similar de la Corte y su candidato, Osvaldo Jaldo, ganó con el 56%. La industria electoral funcionó y el PJ se quedó, incluso, con San Miguel del Tucumán, aunque ahí también computan tropiezos de Germán Alfaro, el alcalde saliente de la capital provincial.

Puede caber, así y todo, una lectura antagónica. Que Uñac olfateaba la derrota provincial y, al desvincular la elección, permitió la victoria del PJ en municipios -aunque su candidato, Emilio Baistrocchi, perdió San Juan Capital- y cargos legislativos. ¿Si votaban en paralelo, los territorios ayudaban a Uñac o Uñac hundía a los territorios? El 14 de mayo por la noche, el gobernador mostró los resultados locales como un anticipo del resultado provincial. No fue así. De todos modos, por el desdoblamiento, Marcelo Orrego, el gobernador electo, tendrá minoría en la Legislatura y el 80% de los municipios sanjuaninos tendrán intendentes peronistas.

El tercer movimiento equívoco de Uñac fue bendecir como sucesor a su hermano, Rubén, como si imprimir el apellido en la boleta fuese garantía para la migración del voto. El senador terminó tercero, con apenas 73 mil votos, un tercio de lo que Sergio -que en agosto debe ir a una PASO por la candidatura a senador nacional- sacó cuando fue reelecto en 2019.

Un cuarto factor queda en veremos: la ley de Lemas fue el recurso de Uñac para administrar la interna de larga data con José Luis Gioja. La campaña no fue especialmente violenta, pero la división del peronismo y la dinámica de que, además de elegir gobernador, se estaba resolviendo la jefatura provincial del PJ, agregó un condimento extraño. Es, además, lo único que Unión por la Patria (UP) destaca de la experiencia sanjuanino porque, una vez más, la división del peronismo, tuvo efecto electoral negativo. Antes Chaco, ahora San Juan.

Mapeos

Si, como apuntó el uñaquista, el voto sanjuanino se asemeja al de Mendoza, se explica la atención en el mundo Massa al resultado del domingo frente a un mapa que aporta otras señales de alerta. Una: la derrota histórica del peronismo en San Luis, en junio pasado, tras 40 años de control de los Rodríguez Saá. Dos: la victoria pírrica, ajustada, de Martín Llaryora en Córdoba hace ocho días, que es un tropiezo del peronismo anti o no K, pero que expresa, como contracara, el crecimiento de JxC incluso con un candidato poco taquillero como Luis Juez. Tres: el crecimiento de JxC en La Pampa, que no alcanzó para derrotar a Sergio Ziliotto, pero se convirtió en el mejor resultado de la UCR en la provincia desde el regreso democrático.

Más piezas para un puzzle complicado que se observa, en detalle, en el laboratorio electoral massista. La proyección, que dilucidará el 16 de julio, sobre un posible traspié del peronismo de Omar Perotti, en Santa Fe, y el escenario abierto en Entre Ríos, donde Gustavo Bordet decidió, como táctica, ensamblar la fecha local con la nacional para tratar de beneficiarse del voto anti que se lleva Javier Milei, que postula en la provincia a Sebastián Etchevehere, hermano del exministro de Macri.

Aun con lógica local, las derrotas en San Juan y San Luis, y la buena performance de JxC en La Pampa y Córdoba, configuran un escenario inquietante para el oficialismo porque amplia la franja media del 2019. El mapa de aquella elección simula una camiseta de Boca. En la tira amarilla -Mendoza, San Luis, Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos- Macri acumuló, en la general de octubre, casi un millón de votos más que Alberto Fernández y, de ese modo, recortó drásticamente los 17 puntos de diferencia que le había sacado el FdT 80 días antes. Para dimensionar: al final, el debutante Frente de Todos (FdT) ganó por 1,2 millones en la provincia de Buenos Aires y perdió por 900 mil votos en la franja media. Al sumar CABA, JxC sobrecompensa PBA.

Ese territorio expresa, desde 2015, una fuerte tendencia anti K o anti PJ. El 72% que sacó Macri en el balotaje llevaron, por su dimensión, a pensar que pudo tratarse de un fraude. Carlos Zannini, candidato a vice y por entonces secretario de Legal y Técnica, el hombre más cercano a Cristina Fernández de Kirchner, transmitió esa duda en la Justicia y se dedicó, con funcionarios judiciales, a repasar durante horas las actas de escrutinio y la información electoral en la provincia, porque la diferencia le parecía desproporcionada. No encontró nada. En San Luis, en la segunda vuelta contra Daniel Scioli, Macri llegó al 66%.

La franja media, ese listón amarillo que aparece en el mapa electoral del 2019, es una de las principales preocupaciones de Sergio Massa y su equipo de campaña en formación, alerta que se agudizó por el cambio de signo político en los gobiernos locales de San Luis y San Juan. Alberto Rodríguez Saá, de andar sinuoso, jugó alineado en 2019. ¿Con gobiernos locales en retirada se complica el plan de contención de cercanía?

“Hay que esperar un poco: que decanten los resultados provinciales, que se ordenen algunas cosas”, dicen cerca de Massa sobre el plan para ir a buscar, en la franja media del país, los votos esquivos. Un dilema tiene que ver con los tiempos y la orientación. La campaña tuvo en su inicio el objetivo de consolidar el voto K y luego apuntó a cerrar las heridas del cierre de listas. Sin batalla interna fuerte, Massa quiere consolidar el perfil de candidato-ministro y producir la mayor movilización para tener un buen número en las PASO, que lo ubique definitivamente entre los dos más votados para la general. Luego de la PASO vendría una agenda y un discurso de más apertura, para ir a buscar votos no K.

PI

Etiquetas
stats