Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
el nuevo jefe del bloque de diputados del FDT y el debate por el acuerdo con el FMI

Germán Martínez: “Voy a trabajar para convencer a todos. No sé si lo voy a lograr, pero no doy por perdido ningún voto”

El diputado nacional Germán Martínez, el nuevo jefe de bloque del FdT

0

¿Qué opina de las declaraciones de la titular del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, quien describió al sector que lidera Máximo Kirchner como de “izquierda radical”?

Realmente no me parecieron buenas las declaraciones de la titular del Fondo Monetario. Se sigue analizando al peronismo a partir de categorías que no son propias de estas latitudes. Manifiestan una enorme incomprensión de los movimientos nacionales y populares en la Argentina. Es un momento donde cada uno tiene que desempeñar sus funciones, en la Argentina para lograr el mayor consenso posible tanto de cara a la sociedad como en el ámbito parlamentario. Por otro lado, en el Fondo Monetario Internacional tienen que hacer las tareas que le corresponden y en lo que en su informe, el Fondo se ha quedado corto. Queda, entre otras acciones pendientes, la autocrítica respecto a tarea realizada en Argentina sobre el préstamo al gobierno de Macri. El Fondo Monetario Internacional debería tener otras preocupaciones antes de dedicarse a analizar al peronismo.

¿Coincide con Alberto Fernández, que ante Vladimir Putin pidió romper la dependencia argentina hacia Estados Unidos y el FMI?

Leí esa expresión del Presidente como ratificación de lo que viene realizando, de un estratégico esquema multipolar en relaciones exteriores de Argentina. Independientemente de nombres propios, el Presidente deja en claro que no es momento de tener alineamientos automáticos. Argentina puede establecer relaciones con distintas potencias para equilibrar ciertas posiciones, articular con potencias ávidas de cooperación multipolar.

¿Su designación es un paso en favor de construir el albertismo?

Lo pienso al revés. Hubo dos elementos que no estuvieron presentes en la definición de responsabilidad que me pidió: una, variables territoriales, a veces se sobrestima esa variable. No me eligió por nada que tenga que ver con la cuestión territorial. Él sabe dónde estoy parado ideológicamente, sabe dónde estuve, también conoce que tengo articulación y diálogo con todas las identidades que confluyen en el Frente de Todos y en los espacios políticos más cercanos o incluso más alejados. Cuando me convoca y dice “trabajemos por la unidad, persuadamos”, establece el propósito central al que le dedicaré mi energía.

¿Su designación como jefe de bloque es el salto y el desafío más importante de su carrera política? 

Sinceramente no lo identifico así. Seré un poco extraño. Quizá por la rapidez con que se dio todo. Todavía a mi, personalmente, me dura la conmoción, el shock que provocó la renuncia de Máximo. Es un compañero que yo miro siempre, escucho siempre, del que trato de aprender siempre.

Cuando renunció Máximo Kirchner, ¿intuyó que usted podía resultar elegido para reemplazarlo?

¡No! Cuando renuncia Máximo le mandé un mensaje diciéndole, en términos más groseros: “¡Qué macana todo esto que está pasando!”. Le dije: “Si algo puedo hacer, estoy en mi oficina. estoy en el Anexo, me llamás y cruzo”. Lo primero que hice fue ponerme a disposición de él. Después empezamos a hacer distintos tipos de intercambios. Ya era la media noche. Pudimos hablar mucho. Después tuvimos un intercambio más de teléfono, el día martes completo. Y tuvimos, lo que fue para mi una muy linda charla, el día miércoles al medio día.

En su biografía de twitter se define como “kirchnerista y peronista sin contradicciones”. ¿Qué diferencia hay entre ambas identidades?

Eso lo escribí hace un montón de tiempo. No soy de esos que van cambiando las formas de presentación en las redes. Cuando nosotros hicimos la primera campaña con Agustín Rossi en el 2005, se enfrentaba Cristina como senadora con Chiche Duhalde en la Provincia de Buenos Aires. Había un pedazo del peronismo más tradicional, cuya forma de acumular políticamente era diciendo: “el kirchnerismo no es peronismo”. Nosotros hacíamos un ejercicio en esa campaña: ver cómo traducir todas las decisiones que Kirchner venía tomando en función de las tres consignas, las tres banderas históricas del Justicialismo. Entonces nosotros en Santa Fe nos presentábamos ante la sociedad y ante la política como kirchneristas que no renegábamos ni un milímetro de nuestro peronismo y como peronistas que no renegábamos ni un milímetro de nuestro kirchnerismo. Como diciendo que el kirchnerismo es el proceso político natural del peronismo en este tiempo histórico. Ese fue el motivo. 

¿Y la Cámpora qué es?

Es la organización política militante con mayor desarrollo territorial en la Argentina, en un espacio como el Frente de Todos que tiene organizaciones militantes fuertes como el Movimiento Evita y movimientos sociales, con una densidad militante muy importante. La Cámpora, sin duda y por el contexto en el que nació es el lugar donde se manifiesta mayoritariamente la expresión juvenil, que es un fenómeno habilitado por Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, allá cerca del Bicentenario, que obró como cantera permanente de cuadros políticos territoriales y de gestión, muchos con claro perfil electoral. Les tengo respeto y cariño a sus integrantes. Caminé junto a muchos de ellos.

¿La renuncia de Máximo vuelve más friccionada aún la relación entre La Cámpora y el peronismo tradicional? ¿Potencia el estigma con el que carga esa organización?

Nunca lo percibí así. Es una organización que no sólo construye en lo político y social, a la vez da debates ideológicos conceptuales fuertes, y eso probablemente genera una percepción distinta en sectores que no tienen ese ejercicio tan fluido. 

¿La decisión de Máximo Kirchner no quemó instancias intermedias? ¿No podría haber dado la pelea ideológica sin renunciar a la jefatura del bloque?

Lo que me impactó a mi fue el clima de conmoción, lo inesperado de su decisión. No soy quién para juzgar la decisión. Máximo no es compañero que tome decisiones porque sí. Está claro que parte de mi tarea es ver e interpretar con claridad lo que él expresó. Conversé con él para establecer cómo procesamos esos elementos y los transformamos en una cuestión virtuosa para la vida del bloque.

El argumento de Kirchner para renunciar es que el acuerdo implica ajuste y, si bien no está dicho explícitamente, que las metas pautadas no se van a poder cumplir. ¿Es equivocada esa postura?

En el encuentro con él hablamos de cuestiones nacionales más generales, de los proyectos a tratar en las Sesiones Extraordinarias. No analizamos particularmente este tema porque no daba para tratarlo en una primera reunión de trabajo. Por lo que dijo y por las expresiones que me van llegando, iremos viendo cómo podemos masticar, procesar y convertir su mirada en una base de posicionamientos consensuados.

¿Ve posible un escenario en el que Máximo Kirchner vote en contra del acuerdo en Diputados y Cristina Kirchner lo apoye en el Senado?

Estamos lejos de escenarios en relación al momento de la votación. Faltan trámites parlamentarios y no es tiempo de poroteos. Es momento de hablar mucho, de tratar de tener buena temperatura y sensibilidad sobre lo que piensan compañeros y compañeras del bloque. Creo que de todas y todos tendremos fuerte apoyo y voy trabajar para convencer a todos. Personalmente, no sé si lo voy a lograr. Pero voy a trabajar en eso. Para que ese día tengamos una posición política lo más uniforme posible y, sinceramente, no doy por perdido ningún voto. Voy a pelear todos los votos. Todos.

Los cuestionamientos de La Cámpora y el cristinismo a la gestión de Alberto Fernández exceden la marcha de la negociación con el FMI. ¿Cree que en adelante las diferencias se podrán encapsular en ese tema?

No tengo demasiada claridad de que existan diferencias de tal orden. Es esperable que en una coalición tan amplia en un contexto de situaciones intensas, haya diferencias de miradas, incluso en el bloque. Al respecto, discutimos, debatimos y argumentamos, no creo que las miradas distintas generen un disvalor. Cuando armamos el Frente de Todos fuimos conscientes de que la diversidad es un capital. En un gobierno liderado por el peronismo, en un esquema presidencialista y sistemas políticos con grandes coaliciones, hay dificultades para procesar posicionamientos en situaciones críticas. Voy a intentar que estas situaciones, desplegadas en un tema tan complejo como la posición respecto del Frente Monetario Internacional, nos sirvan para fortalecer el espacio.

¿Habló en el último tiempo con Cristina Kirchner?

Me encantaría, pero no. Yo no vengo de tener un diálogo que sea frecuente con Cristina. No vengo de tener ningún diálogo con los referentes institucionales.

 

¿Habló con ella alguna vez?

Sí, pero ella no se debe acordar. 

¿Cuándo fue?

No fue para sacarme una selfie porque en ese momento no existían las selfies. Fue el día de la reunión de bloques de Senadores y Diputados Nacionales, al día siguiente del voto no positivo de Julio Cobos. Fue en julio del 2008.

¿Se cicatrizó la tensión política entre Agustín Rossi, su referente político, y Cristina Kirchner? Ella jugó claramente por la lista del gobernador santafecino Omar Perotti en las últimas PASO. 

Las diferencias puntuales en las cuestiones de territorio, y la cuestión electoral en la provincia, a mí o en este caso a Agustín no nos modifica en algo el lugar político ideológico donde estamos parados. De hecho en el 2007 nosotros hicimos una primaria en contra de Rafael Bielsa, que era el candidato de un pedazo del gobierno nacional, de Jorge Obeid y de Carlos Reutemann. Fuimos, perdimos y seguimos laburando normalmente en la política. Cualquier diferencia puntual en los posicionamientos territoriales que podemos tener no nos cambia el lugar político en el que estamos parados.

 

Tras la elección primaria, Omar Perotti corrió a los funcionarios vinculados a Agustín Rossi de su gobierno. ¿Entendió esa decisión?

También, yo lo entiendo. Entiendo eso también. Yo lo conocí a Perotti antes que a Rossi. En el año 97 yo lo conocí a Omar. Yo tenía 22 años, Perotti ya venía de hacer una muy buena gestión en Rafaela y de ser el dirigente joven de mayor proyección en la provincia. Desde ese momento hasta acá, el gobernador lo sabe y yo le he demostrado que yo diferencio las cosas. 

¿Se comunicó con Perotti desde que lo designaron jefe de bloque?

Sí, lo llamé por teléfono. Le dije: “Nos conocemos desde hace mucho tiempo, te quiero decir que el Presidente me pidió que asuma esta responsabilidad y quiero que sepas que, para mi, una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.” Fue muy generoso en su respuesta y yo con eso me quedo.

Perotti debe haber respirado aliviado, dado que depende de los recursos nacionales y no hay Presupuesto sancionado. 

No, no. En la pandemia, todos los operativos de distribución de alimentos que hicimos con las fuerzas armadas, cuando Agustín Rossi era el Ministro de Defensa, todos esos operativos, en Rosario, los hicimos en conjunto con la provincia. 

¿Existen chances reales de que el Frente de Todos se institucionalice, para que sus diferencias internas se procesen sin necesidad de desbordes públicos? ¿Se pueden instaurar reglas de convivencia más claras o es una quimera?

Es muy reciente esta situación.. Quizá parezca una sutileza la que voy a plantear, pero no es lo mismo un frentismo electoral que una coalición de gobierno: una coalición en esta situación desencadena una experiencia inédita y reciente. Y no estamos exentos de poder enriquecerla para que funcione mejor. Pero hay instancias que me exceden en el funcionamiento de una coalición. En Sergio Massa y Máximo Kirchner tuvimos dos dirigentes que amortiguaban las miradas diversas y nos permitían lograr síntesis. Esa experiencia constituye un elemento positivo. Tenemos que ejercitar esa tarea de los dos años anteriores en un tema de fondo como el del FMI. Eso provoca un desafío para la coalición.

¿Qué postura cree que va a tomar Juntos por el Cambio?

Sigo sus vaivenes por los medios. Tuve contactos mínimos con referentes legislativos de la oposición. Tendremos una reunión con Massa para analizar lo que van a demandar las Extraordinarias. Veo que hay distintas miradas, más cercanas y más contradictorias. A ellos les caben dificultades para tomar decisiones unívocas y este es un tema sensible para el oficialismo y para la oposición. Veremos qué posiciones se toman, daremos el debate, no solo proponemos debatir en relación al acuerdo sino sobre cómo salir de esta situación problemática. Quiero discutir razones profundas del problema de raíz, de los contextos creados y de las condiciones y situaciones creadas desde las que fuimos a este acuerdo con el Fondo en 2018, por impulso de Macri, Nicolás Dujovne y Toto Caputo. En serio quiero escuchar los argumentos para haber tomado esa decisión.

Patricia Bullrich planteó que si el oficialismo vota dividido, la oposición debería rechazar el acuerdo. ¿Qué le parece?

Patricia Bullrich habla demasiado y sobre muchos temas al mismo tiempo. Cada partido elige sus autoridades del modo que mejor le parezca, pero me parece que lejos de hacer una contribución a un diálogo razonable, siento que estas expresiones les marcan la cancha a los propios.

¿Por qué cree que el Frente de Todos perdió las elecciones legislativas?

No hay una manera única de explicar una derrota en una elección en que, si bien se eligieron diputados y representantes nacionales, hubo una influencia tanto nacional como provincial. Cuando encuentro un voto así, creo que la sociedad evalúa tres grandes elementos: capacidad política para llevar las riendas del país; políticas públicas que transformen la vida cotidiana y capacidad de interpelación, de comunicación con la sociedad. Como militante político tiendo a evaluarnos en esas coordenadas: la de la gestión, la de lo político, la de la comunicación. Estamos todavía con el impacto muy presente del desastre económico de Macri y el de la pandemia. Son elementos que pesan. En un mensaje de Cristina en 2017 ella expresa el malestar social que emerge cuando se nos desordena la vida. Lo poco que el accionar de Macri no desordenó después lo desordenó la pandemia. Es un elemento importante, acaso inadvertido. Tuvimos un enorme esfuerzo del presidente, que estableció políticos públicas. Fue una tarea titánica de alto nivel de estrés. Creo que este nivel de estrés social, a su vez, influyó en el resultado de las elecciones.

Algunos dirigentes del FdT piden políticas económicas distributivas que acaso compensen la necesidad del acuerdo con el FMI. Por ejemplo, instaurar un nuevo aporte extraordinario o avanzar con otras reformas impositivas. ¿Qué opina?

 Todas las modificaciones llevadas adelante en el 2021 fueron en sentido progresivo en cuanto a lo tributario y en otros planos: que paguen más los que tienen más capacidad, la ley de solidaridad social y la reactivación productiva, el impuesto a las Ganancias, a Bienes Personales, el aporte solidario y extraordinario, incentivos fiscales que fomentaron el desarrollo productivo. Siempre hay segmentaciones con beneficios mayores para los eslabones más frágiles de la cadena, mujeres, PYMES, sectores humildes. Estamos lejos de ver qué nuevo paso podemos dar en ese sentido. Lo de Bienes Personales fue reciente y fue en ese sentido: que los que tienen más capacidad contributiva paguen más.

¿Coincide con la necesidad de segmentar las tarifas de luz y gas? 

Está presente en la mirada económica de Alberto Fernández. En el segundo gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se apuntó a la llamada sintonía fina, vinculada a un mayor impulso a la segmentación. En algunas cosas se avanzó y en otras, no. Macri hizo que todos nos perjudicáramos en lo político económico. Tras haber alcanzado un acuerdo con deudores privados y estar ahora acordando con el Fondo Monetario Internacional, quizás debamos fortalecer la perspectiva de la segmentación de políticos públicas para que se paguen en función de las capacidades.

En Sesiones Extraordinarias se va a tratar un proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, tras un fallo de la Corte que fija una fecha límite para modificar la composición del organismo. ¿Qué mirada tiene de esa decisión de los jueces supremos?

Fue un gravísimo error el fallo de la Corte, por la situación que genera al interior del Consejo de la Magistratura y por emplazar al tratamiento de una nueva ley. “Si ustedes no avanzan, la Corte impone que se restablezca la composición anterior”, plantearon, con consecuencias no del todo previstas. Espero que los y las compañeras de mi bloque despejen el panorama, el punto de partida es el de analizar la situación para llegar a un equilibrio institucional.

El caso de la cocaína adulterada habilitó el debate sobre la necesidad de reformar la ley de drogas que penaliza a los consumidores. ¿Considera que hay que actualizar esa ley?

En primer lugar, creo que nos merecemos un debate a fondo sobre estas normas jurídicas. Pero no se pueden desencadenar por expresiones en la televisión, ni imbuidos en un clima propio de sacar ventaja político electoral. Si tenemos capacidad, los representantes del pueblo y de las provincias, si generamos ámbitos y debates profundos para analizar lo que está en juego en cada contexto, podremos llegar a establecer marcos jurídicos claros. Tenemos que llegar a consensos superadores. Pero si el debate lo damos en un ámbito de consternación social y con dirigentes queriendo sacar ventaja, los consensos serán inviables. Pero me animo a dar debate, no hay temas que no sean pasibles de ser debatidos. El Congreso Argentino no se debe privar de debatir una nueva ley de drogas. 

¿Qué escenario electoral proyecta para 2023: habrá una PASO en el FdT?

No sé cómo van a procesarse las diferencias, falta mucho, estoy en una etapa anterior. Faltan 500 días para el cierre de listas, tenemos que dar 500 pasos. Tenemos la oportunidad en el gobierno de Alberto, de Cristina y de cada dirigente del frente de fortalecer un espacio político y tener posiciones para abordar la construcción de las mejores listas.

AF

Etiquetas
stats