Tensión bonaerense

La grieta libertaria se ensancha: Santiago Caputo y Sebastián Pareja se disputan el conurbano bajo la mirada de Karina Milei

5 de mayo de 2025 18:52 h

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Una interna cada vez menos silenciosa atraviesa la primera línea de mando libertaria en la provincia de Buenos Aires. Bajo una apariencia de orden, recorridas y comunicados de unidad, La Libertad Avanza libra una guerra fría entre dos estructuras que se disputan el control real del partido en el principal distrito electoral del país: el armado territorial que comanda Sebastián Pareja, brazo político de Karina Milei, y la agrupación Las Fuerzas del Cielo, el dispositivo militante y digital referenciado en Santiago Caputo, que empieza a tallar con fuerza en el conurbano profundo.

La pulseada venía contenida, como contó elDiarioAR, pero se desbordó la semana pasada, cuando una militante de Junín fue desplazada por responder a Daniel Parisini, mejor conocido como Gordo Dan. La reacción presidencial fue inmediata: Javier Milei se fotografió con la joven durante su recorrida por Lugano y ordenó la salida del coordinador local, Alberto Pascual, un funcionario del PAMI que responde a Pareja. Fue la primera vez que el Presidente intervino de forma directa en una decisión que tiene que ver con el armado político. El mensaje fue claro: a las filas de Caputo no se las toca.

Ese episodio visibilizó una disputa más profunda, que atraviesa a toda la estructura oficialista. No se trata solo de rencillas entre segundas líneas, sino de una diferencia de fondo sobre cómo construir poder que trasciende incluso al plano nacional. Una parte del oficialismo —encabezada por Pareja y los primos Martín y Eduardo “Lule” Menem— apuesta a una red de operadores locales, con anclaje territorial clásico y reciclaje de dirigentes con pasado en el PJ, el PRO o gobiernos provinciales. Enfrente, Las Fuerzas del Cielo promueve una construcción digital, juvenil y vertical, con “soldados” leales al ideario libertario y sin prontuario político.

La elección de Santa Fe, donde los libertarios salieron terceros con el 14% en la categoría de convencionales constituyentes, detrás de Unidos para Cambiar Santa Fe y el PJ, todavía es una herida abierta: Caputo había recomendado no competir en esa categoría, pero los Menem decidieron jugar igual, y el resultado profundizó los cuestionamientos a la estrategia territorial. Aun así, quienes defienden esa línea sostienen que el costo de no jugar era mayor.

En la provincia de Buenos Aires, el núcleo del parejismo está formado por una red de operadores curtidos en la rosca local. En la Primera Sección manda Ramón “Nene” Vera, experonista de Moreno y hoy diputado provincial. En la Segunda, la referencia es Analía Corvino, jefa de ANSES en San Pedro. Y en la Tercera —la más caliente del conurbano— se mueve Fabricio “Tomatito” Martínez, hombre con terminales en el Sindicato de la Carne y la barra de Laferrere.

En La Matanza, donde se juega el partido mayor, la estructura se reparte entre Juan Osaba —quien acaba de ser acusado por una exfuncionaria del PAMI de La Plata de pedir “un millón de pesos de retorno”— y Luis Ontivero. Alrededor, orbitan sellos como Crear + Libertad, La San Martín, Púrpura y La Carlos Menem, que le dan cobertura formal a un armado que, bajo la apariencia de diversidad, responde a una sola lapicera. Esa lógica de reparto también alcanza a la juventud libertaria: Geraldine Calvella, quien renunció en 2023 al Renaper tras el escándalo por su nombramiento a los 23 años, fue designada por Pareja como jefa de juventudes en la provincia. El resto del espacio, lejos de celebrarlo, lo leyó como una señal: más que construir identidad, el parejismo reparte cargos.

Del lado caputista, el armado incluye al legislador bonaerense Agustín Romo (San Miguel), el secretario de culto Nahuel Sotelo (Quilmes), Lucas “Sagaz” Luna (Tres de Febrero) y el propio Parisini, figura central del frente digital libertario desde su programa La Misa. El año pasado, en La Plata, la agrupación Universitarios de La Libertad Avanza (ULLA), referenciada en Caputo, superó en las elecciones al frente a Crear + Libertad, el sello estudiantil del parejismo. Para los celestiales, no se trata solo de ganar elecciones: se trata de encarnar la pureza doctrinaria del mileísmo y consolidar una cultura política alternativa a la “casta”.

“Soldados” vs. “punteros”

En el fondo, la pregunta que recorre los pasillos libertarios es quién representa mejor la esencia del proyecto: ¿los armadores que trajeron recursos, cargos y experiencia? ¿O los militantes que construyen identidad y fidelidad? “Pareja es el florero de la abuela: nadie lo quiere tirar, pero tampoco saben dónde ponerlo”, graficaron ante elDiarioAR cerca de las huestes caputistas. La frase condensa el dilema: la maquinaria partidaria todavía está en manos del ala que reporta a Karina, pero el capital simbólico del mileísmo ya no pasa por ahí.

Hace dos semanas, el cruce entre los bandos llegó al primer piso de la Casa Rosada. En lo que fue leído como una capitulación por parte de Pareja, Santiago Caputo recibió al armador en su oficina del Salón Martín Fierro. La reunión, que ambos intentaron presentar como una consulta técnica, fue en realidad un mano a mano para fijar fronteras y contener la escalada interna. En los días previos, desde el búnker caputista habían endurecido el tono. “Pareja tiene que devolver la que se llevó”, se escuchó decir a un dirigente de Las Fuerzas del Cielo, en alusión directa al uso discrecional de recursos partidarios y al control que el armador bonaerense ejerce sobre cargos y delegaciones.

Durante el encuentro, Karina Milei no estuvo presente, pero sí orbitó la escena: su respaldo institucional a Pareja no parece suficiente para equilibrar una relación de fuerzas que se inclina, cada vez más, hacia el lado de Caputo. Las diferencias de fondo —estrategia, candidaturas, financiamiento— siguen sin resolverse. Lo que hubo fue una tregua provisoria, marcada por recelos mutuos y por una consigna tácita: evitar que la interna escale a la superficie antes del cierre de listas bonaerense.

Pero la paz entre Caputo y Pareja duró poco. Al día siguiente de que el asesor se mostrara sonriente con Mauricio Macri en la cena de la Fundación Libertad, gesto que buscó reactivar un posible pacto en provincia, el armador bonaerense respondió con una frase incendiaria en una radio de Bahía Blanca: “A los del PRO no necesitamos comprarlos, estaban regalados”. El rebote fue inmediato y en la propia Rosada reconocieron que la frase fue un error. Macri, molesto, comenzó ahora a culpar a Karina por bloquear el entendimiento. Los libertarios quieren repetir el modelo Massa 2013, con tres candidatos amarillos en la lista violeta. El expresidente, en cambio, exige una coalición formal.

Lo cierto es que, hoy por hoy, Pareja es quien más resiste un acuerdo con Cristian Ritondo y Diego Santilli. Según comentaron a elDiarioAR fuentes al tanto de las negociaciones, el armador sospecha que, si los dos amarillos entran al esquema electoral libertario, pueden llegar a disputarle el liderazgo en la provincia de Buenos Aires de cara a 2027, justo cuando él quiere ser candidato a gobernador. Lo que está en juego para Pareja, en definitiva, es algo más que un cierre de listas: es el futuro de su carrera política.

En este contexto, otro frente se acaba de abrir en el Ministerio de Salud. Desde la órbita de Mario Lugones —funcionario de extrema confianza de Caputo— se impulsó una auditoría interna sobre las delegaciones del PAMI en las provincias. El comunicado fue lapidario: denunció compras sin licitación y el uso de esas oficinas como “cajas negras al servicio de la política”. En la práctica, una señal directa hacia el dispositivo territorial de Pareja y los Menem, que gestionan esos organismos en buena parte del país.

Las denuncias de “diezmos” a empleados del PAMI y ANSES se multiplicaron: en Misiones, La Pampa, Santa Cruz y Chaco, exfuncionarios y trabajadores denunciaron aportes forzados del 10% al 15% de sus sueldos para financiar actividades partidarias. Todos los casos refuerzan la tesis caputista de que hay un aparato operando con lógicas de la política tradicional. Por eso, algunas fuentes del oficialismo, con tono enigmático, sugieren que esas noticias no llegaron solas a los medios nacionales: que detrás del rebote hubo fuego amigo.

PL/JJD