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Jornada de cortes el martes 12

Habrá piquetes en los accesos a Capital Federal: supura una crisis que no atienden ni Pettovello ni Cristina

El martes habrá una serie de bloqueos a los accesos de la Capital Federal por parte de la UTEP y la izquierda.

Mauricio Caminos

11 de marzo de 2024 06:06 h

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“Es un salto en la conflictividad”. Así definió un importante dirigente territorial del peronismo lo que ocurrirá el próximo martes 12: organizaciones sociales ligadas al kirchnerismo y a la izquierda tienen en agenda bloquear los principales accesos a la Capital Federal y cortar rutas en distintos puntos del país. A tres meses de asumido Javier Milei, se trata de la primera protesta con esas características contra el ajuste en la política social por parte del Gobierno. Se esperan piquetes durante unas diez horas, por lo que Patricia Bullrich seguramente activará su protocolo represivo.

El corte principal será en el simbólico puente Pueyrredón, pero el mapa de protestas alrededor de CABA contempla también el acceso a Liniers desde el conurbano bonaerense, el cruce de la Ruta 3 con la avenida General Paz, y la autopista La Plata, entre otros. No habría movilización en el microcentro porteño, luego de varias manifestaciones en las inmediaciones del ministerio de Capital Humano en la avenida 9 de Julio y hasta en la Plaza de Mayo. 

Detrás de los cortes estarán las banderas de la UTEP –que nuclea a todas las organizaciones peronistas– y el Frente de Lucha Piquetero –con el Polo Obrero a la cabeza–, una demostración de cómo se está forjando una malla entre las organizaciones de base para resistir la “motosierra” mileísta. Pero también hay contactos subterráneos que alcanzan a la CGT, al gobernador Axel Kicillof, Sergio Massa, Cristina Fernández de Kirchner –con menos intensidad– y hasta al diputado radical Facundo Manes.

La crisis solo atina a escalar Barrios de Pie, que conduce Daniel “Chucky” Menéndez, quiere juntar un millón de firmas durante todo el mes próximo para exigir al Congreso una nueva ley de emergencia alimentaria. En paralelo la agrupación está organizando una “marcha federal contra el hambre” que culmine en Córdoba el 25 de mayo, momento en el que Milei quiere firmar con los gobernadores el pomposo Pacto de Mayo. Habría hacia la capital cordobesa movilizaciones paralelas desde Buenos Aires, La Quiaca, Ushuaia y Mendoza. Además se está comenzando a diseñar una “contracumbre” peronista en La Docta.

Nicolás Caropresi, del MTE que conduce Juan Grabois, le puso duras palabras a la situación de absoluta falta de sensibilidad social del Gobierno: “Hemos hablado, hemos suplicado, hemos exigido por todas las vías posibles inventadas para la comunicación entre seres humanos buscar una salida a una crisis que se está desarrollando al filo del abismo en muchos distritos de nuestro país. Hay gente que antes comía tres veces en el comedor del barrio y ahora ya solo come dos. Hay gente que nunca fue a una olla yendo ahora a pedir un plato de comida para su familia. A los compañeros de cooperativas los han dejado de un día para el otro sin un pedazo de su salario, no les pagaron el bono y no le aumentaron un peso sus ingresos. Y amenazan con dejar sin financiamiento las obras que daban luz y agua potable a los barrios populares”, protestó ante elDiarioAR

Hay gente que antes comía tres veces en el comedor del barrio y ahora ya solo come dos. Hay gente que nunca fue a una olla yendo ahora a pedir un plato de comida para su familia

Nicolás Caropresi, dirigente del MTE de Juan Grabois

Una cáscara gubernamental

La virulencia del piquete revela la falta de coordinación hacia el interior del Gobierno: el ministerio de Capital Humano aún es una cáscara con muy pocos funcionarios designados de manera oficial. Eso no le impidió a Sandra Pettovello recortar el envío de alimentos y avanzar contra el Potenciar Trabajo. Primero desenganchó del plan la actualización automática con el salario mínimo vital y móvil, luego recortó la intermediación de las Unidades de Gestión y finalmente lo desmembró en dos. “Volver al Trabajo” abarca ahora al millón de personas que realizaba tareas productivas y pasó a la órbita de la secretaría de Trabajo, que conducía hasta hoy Omar Yasín. “Acompañamiento Social”, con unos 200.000 beneficiarios con contraprestaciones comunitarias, quedó bajo la secretaría de Niñez y Familia, al frente de Pablo de la Torre. Dos cosas omiten explicitar los libertarios: que la política de dividir el Potenciar se basó en una resolución que dejó firmada Victoria Tolosa Paz y el objetivo final es que los planes no lleguen a más de un millón de personas.

La jornada del 12 se definió el martes pasado en una reunión que juntó a los referentes de las organizaciones y movimientos sociales de todos los sectores políticos. Justo el día antes se supo que el funcionario que gestionaba el Potenciar Trabajo, Rodrigo Aybar, pasaba de la subsecretaría de Economía Social a la de Vivienda. Desguazado el programa, se mudó de Capital Humano a Economía. “Hay un conflicto intragobierno por una pelea entre el área de Niñez y Familia y la de Trabajo”, explicó a este medio un dirigente y exfuncionario en Desarrollo Social.

Aybar había llegado al gabinete como parte de un acuerdo libertario con el intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, del PRO. Su trato directo con el Presidente le permitió correrse del foco de conflictividad social: ahora tendrá de jefe al ministro Luis Caputo pero en un área que no está bajo el radar de los piquetes. 

Aybar no era el único cambiemita en la estructura de Capital Humano: al frente de la política alimentaria está Guillermo Viñuales, que fue candidato en Lomas de Zamora por JxC. Y tampoco es el único que renunció a poco de marchar la gestión: Pablo Rodrigué, exfuncionario de Cambiemos, estaba al frente de la subsecretaría de Políticas Sociales mileísta y se alejó en febrero. Ninguno de sus nombres aparece en el archivo del Boletín Oficial.

La trama política

La protesta del martes tiene un aval implícito de figuras del peronismo. Es la punta de lanza de una serie de conversaciones que tiene como centro a la CGT. La estrategia por ahora es que cada sector profundice sus luchas (la UTEP representa a la llamada economía popular) pero la central obrera funciona como paraguas. “En esta etapa de resistencia el punto de unidad del peronismo mas importante es la CGT. La urgencia está en tratar de no perder sectorialmente”, explicó una importante fuente del Evita. Una ambición del peronismo es “voltear” como sea el mega DNU desregulador de Milei.

Con ese marco ocurren las conversaciones entre los dirigentes. Pero la fragmentación impide que haya un diálogo de todos con todos. “Massa no puede hablar con todos. Y Cristina puede hablar pero no tiene capacidad de influir”, acotó una encumbrada voz en la UTEP. “Tienen expectativa. Quieren saber cómo se está desarrollando la crisis en las barriadas”, dijo un dirigente que tuvo diálogos recientes con Kicillof y Massa.

En esa línea la provincia de Buenos Aires es una suerte de “contención” peronista frente al ajuste libertario. A su modo, lo explicitó Kicillof el lunes cuando inauguró las sesiones ordinarias de la Legislatura en La Plata. Habló de “un gobierno protector”. En los hechos analiza incorporar a los referentes de las organizaciones sociales a su gabinete. Uno que suena es Menéndez para la subsecretaría de Economía Social, bajo el ala de Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad. “Chucky”, siempre muy allegado a Massa, se mueve con pragmatismo: días atrás organizó una charla sobre emergencia alimentaria con el radical Manes. También fueron Liliana Montero, ministra de Desarrollo Social del gobierno cordobés de Martín Llaryora y Juan Maquieyra, exfuncionario de Horacio Rodriguez Larreta.

Otra inminente incorporación a la Provincia es del Evita. Gildo Onorato, muy cercano a Emilio Pérsico y Alejandro Gramajo –secretario general de la UTEP– iría al flamante Instituto Provincial de Asociativismo y Cooperativismo, una suerte de “INAES bonaerense”. El ente se oficializó el viernes y estará bajo la órbita del Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica que encabeza Augusto Costa. 

Con Cristina –que tiene trato directo con dirigentes como Grabois y Pérsico– la relación de los movimientos continúa pero es más distante. “Se están empezando a mover cosas, pero esas conversaciones no tienen que ver con lo que nos está pasando a nosotros, que no tenemos diálogo con el Gobierno”, apuntó una fuente. Al jefe del Evita ya lo invitó en el último tiempo al Instituto Patria. Pero la exvice no logra el mismo eco que antes. “El documento que ella sacó no es que representó a todo el peronismo, ni siquiera a los movimientos sociales”, señaló una voz territorial. Otra fuente de las organizaciones opinó así: “La señora no tiene capacidad de estar detrás de una movilización. A ella no le importa mucho la situación de la gente. Está más en la realpolitik, como si la realpolitik no sea lo que le pasa a la gente”.

MC

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