El gendarme Héctor Guerrero declaró este miércoles en los tribunales federales de Comodoro Py en la causa que investiga el ataque a Pablo Grillo con un proyectil de gas lacrimógeno en la marcha del 12 de marzo pasado frente al Congreso. Fuera del edificio judicial su familia y compañeros realizaron una manifestación en apoyo al fotógrafo, quien aún está en rehabilitación por la grave herida en su cabeza.
En su breve declaración, el cabo dijo que es inocente, que disparó como indican los manuales, que no tenía buena visibilidad y que fue atacado por manifestantes, según la exposición en el expediente que lleva adelante la jueza María Servini, según supo elDiarioAR. El cabo de la fuerza federal que conduce Patricia Bullrich tiene prohibido salir del país, imputado por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Guerrero –miembro de la Unidad Móvil 6 de la Gendarmería Nacional Argentina– fue identificado como el agresor de Grillo gracias a un cruzamiento de imágenes y testimonios realizado por la plataforma Mapa de la Policía.
Su declaración de que disparó a reglamento y que fue atacado por manifestantes se contradice con hechos verificados en el expediente. Por caso, de la propia descripción que hace el Juzgado está claro que al momento de sufrir el impacto, Grillo estaba de cuclillas, tomando fotos “sin representar ningún tipo de peligro ni amenaza para terceros”.
También la versión de Guerrero choca con respecto a la manera de disparar: el Juzgado le imputó hoy haber efectuado un disparo en ángulo horizontal y en dirección a Grillo “a sabiendas de que con su accionar, podía poner en riesgo la vida o la integridad física de cualquiera de las personas que se hallaban frente a él”. Y que está descartado, por peritaje de la Policía de la Ciudad, que haya disparado con un ángulo de inclinación ascendente de 45° o con una inclinación descendente de 30° y 45°, como debiera haber realizado conforme los protocolos contra disturbios vigentes.
Como tercer punto, la querella destacó que las fotos y videos tomados ese día demuestran que el cordón de gendarmes tenía visibilidad de los manifestantes que tenían enfrente, entre los cuales estaba Grillo.
Al declarar su inocencia, Guerrero agrego: “Yo presté servicios en el destacamento móvil 6 por aproximadamente 7 años. En el 2017 hice un curso de operaciones urbanas. El día 12 de marzo de 2025 nos ordenaron equiparnos y custodiar el Congreso de la Nación que estaba de espalda nuestro. Es decir ubicarnos de frente a los manifestantes. En un momento comenzaron a arrojarnos muchísimas piedras, de las cuales 5 recibí en mi torso y otros 12 compañeros quedaron heridos. Cuando los manifestantes se acercaron a nosotros, hicimos uso de la granada de mano de gas lacrimógeno. Ese día con el humo y el agua del hidrante, se complicaba la visión además que tenía puesta mi máscara anti gas. El lanza gas no tiene aparatos de puntería y su cañón no tiene estrías, es un anima lisa, por lo cual no puedo hacer un segundo disparo hacia un mismo lugar porque el cartucho sale expulsado de manera irregular y todos los disparos que yo realicé fueron a lugares seguros. Yo jamás tuve la intención de lastimar a ninguna persona, y el lanza gas lo usé a medida que me instruyeron y de acuerdo al manual del uso de lanza gas”.
Por la misma represión del 12 de marzo ayer declaró ante la justicia el prefecto Sebastián Martínez, quien atacó en un ojo al manifestante Jonathan Navarro. Se declaró “inocente” y dijo haber cumplido con su deber, como publicó elDiarioAR.
En aquella manifestación, casi en simultáneo, Grillo recibió en su cabeza el impacto de una granada de gas lacrimógeno cuando tomaba fotos de la represión de la Gendarmería sobre la calle Yrigoyen, mientras que Navarro –hincha de Chacarita que fue a la protesta en solidaridad con su padre jubilado– recibió un balazo de goma en el ojo izquierdo cuando se manifestaba en el otro lado de la plaza, sobre la avenida Rivadavia.
MC