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La peor semana económica

Sin receta única para la crisis, Alberto y Cristina sólo coinciden en no devaluar

Cristina Kirchner y Alberto Fernández

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El menú de medidas que le acercan a Alberto Fernández no pasan el filtro de Cristina Kirchner. Ni un shock, con baja temporal de retenciones, para inducir la liquidación del agro ni la suba de tasas figuran en el manual político de la vice. Hasta acá, el silencio público de la vice solo sirve para que sobreviva la tregua política del FdT, instancia que enfrenta una encerrona: tener que actuar frente a una crisis que se nutre de la inacción.

En las últimas 48 horas, tres propuestas que llegaron al presidente, naufragaron. Alberto no valida plenamente esas alternativas -algunas las consideradas inviables- pero sobre todo, trasmite que no tomará ninguna decisión económica o política sin un acuerdo con Cristina. “Eso no va a ocurrir”, le respondió a un dirigente que lo sondeó alertado por versiones de anuncios inminentes. El sábado, al mediodía, los Fernández almorzaron a solas en Olivos.

Lo único en lo que el presidente y la vice están de acuerdo es en no avanzar con una devaluación del peso como reclama el mercado. El planteo es más específico:entienden, con más énfasis cerca de Cristina que de Alberto, que frente a un escenario de debilidad política, no hay margen de hacer una devaluación administrada como la que hizo en su momento la vice con Axel Kicillof como ministro de Economía.

En simultáneo, la mirada más extendida e el ancho universo del Frente de Todos, es que para que esa devaluación no la imponga el mercado, se deben tomar medidas. A pesar de eso, el viernes por la noche, en Casa Rosada, tres fuentes dijeron a elDiarioAR que no habría anuncios el fin de semana. Una razón era que no se lograba un acuerdo entre los Fernández sobre qué medidas tomar, otro que el presidente tiene un diagnóstico sobre la crisis: entiende que las medidas del último jueves dieron resultado y se abraza a un non paper que se atribuye a directivos del BCRA, según el cual están los dólares para resistir las corridas y hay espalda suficiente para atravesar los 35 días críticos que faltan hasta septiembre, el mes en que se producirán, en teoría, dos hechos que bajarán la presión: se reducirá drásticamente la importación energética y ocurrirá, aun a cuenta gotas, la liquidación del agro. Una línea más refiere a que, en algún momento, se destrabarán fondos de organismos multilaterales que reforzarán las reservas. La cumbre de Fernández con Joe BIden, suspendida por COVID, podría haber servido para allanar esa fuente de recursos.

“Las medidas funcionaron: el viernes cayeron 10 pesos los dólares financieros, esperaban que el blue se vaya a 360 y no ocurrió, y el Central compro 50 millones de dólares”, argumentó una fuente oficial para defender que no son necesarias, en lo inmediato, nuevas medidas.

Atajos

Ese panorama, que no comparten ni Cristina ni Sergio Massa, es el atajo que toma el presidente para demorar las medidas que en el FdT otros consideran urgentes. En un reunionismo permanente, el viernes quedó en stand by un mecanismo que estaba en la caja de herramientas del gobierno para reaccionar ante los sacudones de mercado. Silvina Batakis desechó, al menos para lo inmediato, la alternativa de aplicar un desdoblamiento cambiario para rubros como el turismo. El sábado a las 21.22 voló a Washington DC. Allí el lunes se verá con Kristalina Georgieva y el martes con David Lipton, como parte de una agenda nutrida que armó contra reloj el embajador Jorge Argüello.

El desdoblamiento cambiario requiere de una consulta con el FMI, porque está en el estatuto del organismo y figura en un renglón del acuerdo con Argentina, pero Batakis no lo tenía hasta el sábado en el temario de asuntos para conversar ron Georgieva. Pesce, a su vez, le escapa a ese formato: teme que validar un dólar “espeical” abrirá la puerta para la demanda de otros sectores. Cristina, según traducen a su lado, no valida la baja de retenciones para el campo ni ninguna medida que pueda entenderse como una concesión al campo, ese nervio político con el que el kirchnerismo confronta hace tiempo.

En sus últimos discursos, la vice puso el foco sobre la economía bimonetaria argentina, lo que algunos tradujeron como un indicio de que podría aceptar un desdoblamiento cambiario. En gobierno deslizan que no está de acuerdo con desdoblar pero, a su vez, repiten un mantra: si bien está bastante claro que es lo que no quiere la vice, no está definido cuál es su propuesta. Lo sabe, se presume, Alberto y lo intuye Batakis.

A la vice le llegó, por caso, un paper sobre lanzar un dólar turista para evitar que, de acá a fin de año, se “escapen” unos 1000 millones, número que se monta sobre estimaciones que incluyen el mundial de Qatar. Con el Solidario, los que pueden descargar Ganancias o Bienes Personales, terminan viajando con un dólar a 210 pesos, según un cálculo que se escucha en Gobierno. Detalle: un dólar a 210 pesos fue, por esas horas, la idea que le acercaron al presidente para aplicar un dólar agro con el 70% al valor oficial y 30% al dólar blue.

Dólar agro

El jueves por la noche, luego de dos horas de reunión con Fernández, circuló la versión de un dólar agro. En gobierno hicieron la trazabilidad para determinar de donde había salido la versión y llegaron hasta la cartera de Agricultura. Hubo una desmentida, a duo, entre el BCRA y Economía. Ese día, Julián Domínguez estaba, en Roma y luego se despegó del rumor. En su descargo, trasmitió un escenario inquietante: a partir de de sus contactos con los actores del campo interpreta que no hay alquimia financiera que acelere la liquidación.

Según Domínguez explicó en sus contactos a la Casa Rosada, si el objetivo es lograr que los productores liquiden, se tienen que aplicar medidas sencillas. No lo dice pero, se sobreentiende, se refiere a generar una ventana de tiempo con baja de retenciones. El plan B sería repetir el mecanismo que ya usó Martín Guzmán de negociar con las cerealeras.

Un referente que conversó con Fernández la última semana le expuso un panorama brutal: “Con la necesidad de dólares que tiene el gobierno, la única salida es un dólar agro. Después habrá tiempo para revanchas”, le dijo.

Sobre el silencio de Cristina, se monta una épica K que canalizó, como una de las pocas portavoces del dispositivo de la vice, la senadora Juliana Di Tulio que planteó, incluso, la alternativa de aplicar la Ley de Abastecimiento. “A los gritos no va a liquidar nadie: tuvieron buenos precios y ya tienen parte del fertilizante que necesitan. Hasta septiembre, nadie va a liquidar”, apunta un funcionario. Otro refuerza esa lógica: “El productor no tiene ningún incentivo para liquidar: tasas negativas, clima de devaluación. ¿Para qué va a vender?”.

Enemigos

“Hay que elegir un enemigo y enfocarse ahí. Es la única forma de volver a estar en carrera”. Lo dice un funcionario del entorno presidencial, con terminales en el mundo K, que confirma la tesis que abruma al FdT: si bien el diálogo entre los Fernández está activo, hay “línea abierta”, se vuelve muy difícil definir el formato para enfrentar la crisis. El dato es que a Alberto y Cristina les cuesta coincidir en qué receta aplicar para enfrentar el que ya es el peor momento económico de la gestión frentodista.

Los recursos intensos que, via Di Tulio, parece proponer Cristina no están entre las variables que analizan Alberto y Sergio Massa. A su vez, las medidas de reducción del gasto que plantea Batakis naufragan sin respaldos en el resto del dispositivo oficial. Mientras la ministra anuncia que los ministros tendrán que gastar lo que tienen, y habla de cuenta única -lo que ya genera rechazos de sus pares del gabinete- Fernández sigue con anuncios que parecen ir contramano del planteo de austeridad que hace Batakis.

Ocurre con la suba de tasas. Guzmán y Cristina, en una de sus pocas -¿o no tan pocas?- coincidencias, preferían tasas negativas porque las positivas son, sostienen o sustuvieron ambos, “recesivas”. Pesce quiere tasas positivas, Batakis solo para el Tesoro.

Todas las medidas que impliquen reducción del gasto y puedan ser consideradas antipáticas, difícilmente sean respaldadas en público por Cristina. Aunque en privado tenga diálogo con Batakis y la ministra esté en contacto fluido con Axel Kicillof, a nadie se le ocurre imaginar una gestualidad a cielo abierto de la vice. Por lo pronto, la vice sigue sin programar apariciones públicas mientras desde el FdT empujan que se produzca una foto de los Fernández y Massa juntos.

El viernes circuló, en medio de las versiones cruzadas, que Máximo Kirchner que está en Santa Cruz hace una semana, participaría de un acto por el aniversario de la muerte de Evita, el martes 26 en Moreno. El acto lo organiza el PJ bonaerense, que él preside, desde donde se dijo que el diputado estaba invitado. Del entorno de Kirchner, adelantaron que no tenía previsto asistir porque estaría en la Patagonia con sus hijos.

Gobernadores

El miércoles, además, está pautada una reunión de gobernadores que originalmente se haría en Bariloche y se trasladó para CABA. Lo organiza Arabella Carreras, de Rio Negro, y es una continuidad de la cumbre que se hizo en Chaco donde 16 gobernadores firmaron la Carta de Resistencia que anudó un puñado de críticas muy duras a la Casa Rosada. Estaba, todavía, Martín Guzmán. La semana que pasó, varios mandatarios se vieron con Batakis, quizá la funcionaria que tenga más información sobre las cuentas provinciales.

El derrotero de los gobernadores aparece ligado, a su vez, a lo que pase con Juan Manzur. El jefe de Gabinete trasmite que recuperó vitalidad con la llegada de Batakis y da señales de que no está en sus planes deja el cargo. Esa semana, quizá como un mensaje, le mandó a Sergio Massa una nota donde le confirma que en agosto irá a la Cámara Baja a exponer como jefe de los ministros. Massa difundió el texto.

Es recurrente la teoría del ingreso del diputado al gabinete. Le atribuyen querer un desembarco que no sea solo como jefe de Gabinete sino también en lugares clave como la presidencia del BCRA. Tanto como que aparece tironeado por su entorno: algunos que le dicen que nunca asumirá en los términos que él quiere asumir, otros que le dicen que directamente tome mayor autonomía.

PI

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