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Aumentó la matrícula en las escuelas secundarias técnicas, pero persiste la brecha con las mujeres

Alumnas y alumnos de una escuela agrotécnica Chilecito. La Rioja es una de las provincias donde se registró mayor expansión de secundarias técnicas.

Celeste del Bianco

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La matrícula de las escuelas técnicas superiores creció 20% en la última década. Si bien la inclusión de mujeres en las aulas también ascendió, el porcentaje es mucho menor y se mantiene como una deuda pendiente. Actualmente, tres de cada diez alumnas y alumnos son mujeres mientras que en las escuelas secundarias comunes la proporción es de cinco cada diez. “No es fácil porque hay colegios en los que el 90% del alumnado son varones”, sostienen las estudiantes.

Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, entre el 2011 y el 2020 aumentó la oferta en escuelas de este tipo: pasó de 1.454 a 1.675 instituciones en todo el país, un 15% más. Eso tuvo correlato también en la demanda: ascendió de 591.918 a 710.081 alumnos y alumnas (el 18% de la matrícula general de la secundaria). Entre las razones principales se encuentra el vínculo con el desarrollo laboral. “Tiene que ver con una propuesta que articula la educación básica con una propuesta de formación para el trabajo, eso es muy valorado por las familias, estudiantes y el mercado laboral. El título de los egresados tiene un peso distintivo a la hora de buscar trabajo”, explicó Guillermina Lagguzi, experta en Educación y Trabajo de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) y una de las realizadoras del informe. La orientación más elegida es Industrial (60,4%), seguida de Agropecuaria (30,8%) y de Servicios (8,8%).

El 88,5% de las escuelas técnicas son de gestión estatal y el 11,5% privadas. Si bien el porcentaje de estudiantes es del 18%, hay provincias que superan la media como Neuquén (32,8%), Córdoba (28,2%) y Mendoza (26,4%). “Es una ratificación de la necesidad de pensar una formación de cara al trabajo. Hay que leer este aumento de la demanda en el marco de un crecimiento de la formación técnico profesional. Eso habla de una propuesta pedagógica que no alcanza con una formación humanística general sino también donde se fortalece la formación práctica y los saberes científicos y tecnológicos de cara a un proyecto regional y productivo”, agregó la especialista en diálogo con elDiarioAR.  

El informe, realizado también por Martín Nistal y Víctor Volman en base al Relevamiento Anual del Ministerio de Educación de la Nación, muestra que el crecimiento de la matrícula en las técnicas (20,0%) fue mayor al de la secundaria común (11,4%). El mapa muestra que las provincias donde más se expandió este tipo de escuelas es en Santa Cruz, La Rioja y Tierra del Fuego. Mientras que en otras, se produjo un retroceso: las tres jurisdicciones con mayor disminución fueron la Ciudad de Buenos Aires, San Luis y Santiago del Estero.

¿Qué pasa con las mujeres?

El año pasado, Victoria Balvoa junto a una compañera de la  Escuela Técnica Nº 27 del Distrito Escolar 18 de la Ciudad de Buenos Aires recibió el premio Germina a la innovación sustentable del proyecto Escuelas Verdes. En la feria en la que se expusieron los trabajos, su stand fue el único de mujeres. “Había 20 o 25 stand y estábamos nosotras solas. Los equipos tenían que ser mixtos sí o sí, pero ese día, en la exposición, no había mujeres”, le contó a este diario. 

Recibieron la mención por el proyecto “Sustainlab” en el que desarrollaron protocolo para la gestión de los residuos químicos del laboratorio de su escuela. Un método que ahora implementan de manera parcial en la institución. 

En cuanto a la brecha de género, se ve un crecimiento de la participación de mujeres: aumentó de 33,1% a 34,2% entre 2011 y 2020. Sin embargo, está lejos de lograr la paridad como en las secundarias comunes donde la matrícula es de 50,1%.  “Siempre hay una tendencia, no es fácil porque hay colegios donde hay dos mujeres por curso”, le dijo Victoria a este diario. Tiene 18 años, cursa sexto año y se especializa en Química. 

“Si bien valoramos la mayor participación femenina en las escuelas técnicas, todavía es una deuda pendiente”, dijo Laguzzi. Consideró que hay que leer esa participación en el contexto de la democratización de los campos del saber, científicos y profesionales, aún con diferencias que subsisten. “También tiene que ver con las renovadas propuestas de formación, no son sólo las tradicionales, hay un montón de especialidades que dialogan muy bien con lo contemporáneo y los destinatarios son tantos varones como mujeres . Hay una apertura que tiene que ver con el momento histórico que estamos transitando. En orientaciones como robótica o informática cada vez hay más presencia femenina. Inicialmente estuvo asociado a una escuela de varones porque se lo pensaba vinculado a perfiles profesionales ligados a la división sexual del trabajo. Hoy se ha diversificado y se ha democratizado el acceso para las mujeres”, explicó.

“En nuestro colegio tenemos bastante concurrencia femenina, pero hay casos de colegios de informática, por ejemplo, donde hay un ambiente más intenso. Más allá del colegio al que uno va, siempre ve este tipo de diferencias. No tanto en el día a día, pero si cuando vas un poco más allá. Participé en muchas instancias intercolegiales y  una pensaría que estadísticamente alguna otra mujer tenía que haber y no. Es muy normal ver muchos hombres en las olimpiadas, son casi el 90%”, describió Valeria.

El estudio muestra que las provincias con mayor proporción de mujeres en las escuelas técnicas son San Luis (42,4%), La Rioja (42,3%) y Santiago del Estero (41,9%). En el otro extremo están Buenos Aires (29,4%), La Pampa (29,5%) y la Ciudad de Buenos Aires (29,7%).  En cuanto a las que más crecieron en la última década,  Río Negro y Santa Cruz aumentaron casi 6 puntos. “Todavía hay un imaginario y prácticas institucionales que siguen confirmando ciertas prácticas que hacen que a las mujeres les resulte más difícil estudiar o sea menos convocante o inclusivo. Se están dando pasos importantes para revertir esta tendencia”, dijo la investigadora.

Desde el lado de las estudiants, Valeria cree que es importante profundizar en la orientación vocacional y en el acompañamiento. “Nunca vi nada que incentive a las mujeres a ir a una escuela técnica. No es fácil elegir una especialidad tan concreta cuando sos tan chica, falta en general la orientación vocacional. El acompañamiento pedagógico ya en la secundaria es clave. Más que nada en estas escuelas donde la diferencia de cantidad de mujeres y hombres es distinta, tenemos nuestras trabas. Es importante el acompañamiento de alguien que sepa como es esta experiencia y que se pueda acompañar en este proceso”, comentó.

CDB/MG

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