A más de 20 años de la condena

Caso Melmann: dos de los policías condenados podrían quedar en libertad

En febrero de 2001, casi un año antes del estallido social que terminó con el gobierno de Fernando de la Rúa, Miramar era la clase de lugar adonde cualquiera querría vivir. Promocionada como “la ciudad de los niños”, la localidad atraía a familias jóvenes con chicos y se postulaba como un lugar seguro donde niños y adolescentes podían moverse con total autonomía. Hasta que el 4 de febrero Natalia Melmann, de quince años, fue a bailar al boliche Amadeus y no regresó.

Cuatro días más tarde su cuerpo apareció en el vivero dunícola de Miramar, previamente rastrillado varias veces por la policía. “Esto es cosa de ratis”, le advirtió el conductor de la morguera a Gustavo Melmann, el papá de Natalia, cuando el hombre fue a recuperar el cadáver de su hija. “No me alejé de Naty ni un minuto porque hacía poco que había pasado lo de María Soledad Morales y yo sabía lo que podían hacerle al cuerpo”, recordaría años después.

Hoy, a más de dos décadas de la condena a perpetua de tres de los asesinos de Natalia (Oscar Echenique, Ricardo Suárez y Ricardo Anselmini) y a dos meses de cumplirse el vigésimo tercer aniversario del crimen,  Gustavo Melmann y el resto de su familia vuelven a tener que recurrir a los medios para advertir sobre la posible liberación anticipada de los policías condenados. “Dos de los asesinos, Echenique y Anselmini, pidieron salir en libertad y esta semana, el martes 26 de diciembre, tendrá lugar la audiencia”. 

El ADN de ambos fue encontrado en el cuerpo de Natalia y su participación en el secuestro y ataque a la joven fue oportunamente acreditada por la justicia. Anselmini, de hecho, fue reconocido por un testigo clave como quien en la madrugada del hecho golpeó la cabeza de Natalia contra el parante de la camioneta policial y la introdujo en el móvil. En ese vehículo terminarían llevándola a la casa del barrio Copacabana donde los policías organizaban “fiestas” sexuales con menores. Ese día Carlos Grillo, el comisario de Miramar, cumplía años.  

Femicidas al volante, en el supermercado y ¿en las calles?

Si el denominado Caso Melmann y el expediente de la causa son un verdadero catálogo de horrores (al menos cuatro funcionarios públicos mayores de edad secuestran, torturan durante horas, violan y finalmente ahorcan a una nena de quince años con el cordón de su propia zapatilla), lo que siguió a todo eso no fue menos atroz.

En el esfuerzo por borrar sus huellas y desviar la mirada de la investigación, por caso, durante los cuatro días que la chica estuvo desaparecida uno de los involucrados llegó a ponerse al frente de un vehículo y pasear a los hermanos de Natalia por Miramar para ver si “lograban localizarla”. Para ese entonces, la chica ya estaba muerta y su cuerpo permanecía escondido en la casa de Copacabana, esperando a que se descompusiera.

Poco después de la condena los asesinos comenzaron a intentar recuperar su libertad. Y desde entonces no sólo no cejaron en su intento sino que incluso en alguna oportunidad lograron salidas transitorias. En una de esas ocasiones Laura Calampuca de Melmann, la mamá de Natalia, se encontró con uno de los asesinos de su hija en el supermercado, comprando vino.

“Esta es la tercera solicitud de esta índole que afrontamos”, dice Nahuel Melmann, hermano de Natalia, sobre el pedido de libertad anticipada por parte de los asesinos. “Fueron condenados en septiembre de 2002 y desde hace dos años están intentando salir. Sucede que en junio y en septiembre de 2022 se les computaron los veinte años de cumplimiento efectivo de la prisión pero ya previo a eso comenzaron a solicitar la libertad condicional”, explica. “Y todo esto es muy complejo de afrontar”.

El Dr. Federico Paruolo, abogado de la familia, explica al respecto que “este es un recurso de apelación, de segunda instancia. Ellos ya presentaron el pedido ante el juez de ejecución de la pena pero se los denegó. El motivo por el cual se les denegó el beneficio, y que fue algo que planteamos tanto nosotros como la fiscalía, es que no están dadas las condiciones para una salida condicional. Primero, por el lugar adonde planean ir a vivir; segundo, porque como ellos siguen sin manifestar ninguna tipo de análisis crítico respecto de lo que pasó, el informe recomienda que no salgan. Esos son los mismos motivos por los cuales las salidas se vienen rechazando desde hace bastante tiempo. Por lo demás, si cumplen la sentencia completa deberían permanecer veinticinco años detenidos, lo que se cumpliría recién en 2027”.

Mi vecino el asesino

Según detalla Nahuel Melmann, a más de veinte años del crimen los autores siguen sin reconocer el hecho y las pericias psicológicas desaconsejan su liberación. “Ellos siguen sin reconocer ni sus actos ni las consecuencias de sus actos. Tampoco han hecho un tratamiento acorde a los delitos que cometieron, pero se da por acreditada su buena conducta y se da por concluida la temporalidad. Y estas dos últimas cosas, su buena conducta y el tiempo transcurrido, darían chances a que pudieran acceder a la libertad condicional”.

De todos modos, otra fuente cercana al caso que pidió reserva de identidad indica que, en caso de acceder a la libertad condicional, “otro problema es a dónde van a ir a vivir en caso de obtener el beneficio porque, por ejemplo, Anselmini viviría en la ciudad de Mar del Plata con dos amigos. Pero estos fueron objetados por el hecho de que se trata de dos personas que han delinquido y han sido condenados. Uno por abuso sexual con acceso carnal hacia una menor de edad y otro, por violencia de género. Entonces, de obtener la libertad, Anselmini estaría conviviendo con dos personas condenadas por delitos muy graves contra las mujeres”.

Silvia Fazio es una conocida periodista de Miramar que acompaña a la familia Melmann desde la primera movilización tras el asesinato de Natalia. Sigue de cerca cada movimiento del caso y precisa que, “de los cuatro policías que están presos –Ricardo Suárez, Ricardo Anselimini y Oscar Echenique, en una primera instancia, y Ricardo Panadero, condenado casi veinte años después del crimen- son dos los que ahora piden la libertad anticipada. Una entiende que estos seres nefastos tendrían que estar de por vida en la cárcel porque el tribunal de Mar del Plata en su momento determinó que les correspondía prisión perpetua. Pero la perpetua en Argentina ya se sabe que existe solo para Robledo Puch, porque estos individuos a poco tiempo de ser condenados ya tuvieron acceso a salidas transitorias. Ahora piden la libertad condicional bajo el patrocinio de la doctora Patricia Perelló que, entre tantos, defendió a Carlos Monzón en el femicidio de Alicia Muñiz y a los curas implicados en casos aberrantes de violación en varios colegios de Mar del Plata”, destaca.

La audiencia del martes 26 no será pública y tomó a la familia por sorpresa sobre todo por la velocidad con la que se pasó del avisó a la concreción. “Por eso no tuvimos tiempo de organizar ninguna movida, nada”, se queja el padre de Natalia. “Entre la Navidad y el cambio de gobierno sólo pudimos armar una radio abierta y avisarle a la gente y a los medios que nos acompañan desde siempre”, dice.

Al tratarse de una audiencia virtual, sólo Laura y Gustavo, los papás de Natalia, podrán estar presentes en forma remota. “Confiamos en que cuando termine nos llamen, como hacen siempre, y nos cuenten que los asesinos van a seguir en Batán, donde deberán estar hasta el final de sus días como está condenada Natalia a no salir de su tumba”, comenta Fazio.

Paruolo, en cambio, es mucho más cauto. “Sinceramente no sé qué es lo que puede llegar a pasar esta vez. Entiendo que el tribunal debería confirmar la resolución del juez de ejecución y denegar el beneficio porque las razones son válidas. Pero todo está por verse. Laura, por lo pronto, no está bien porque uno de ellos tendría domicilio muy cerca de su casa. Quizá debería haber algún tipo de alerta feminista o algo así, pero ya pasó tanto tiempo que no sé qué podría llegar a suceder”, concluye.  

FS/CRM