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Córdoba: una chica denunció que policías le dieron una paliza en plena calle

Lara Acuña, la joven que denuncia violencia institucional en Córdoba

Gustavo Molina

22 de noviembre de 2021 00:20 h

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Lara tiene 18 años y le cuesta modular sus palabras: hace una semana, la noche del jueves 11 de la semana pasada, salió con su novio Mariano a cenar a la casa de unos amigos y después fue a dar una vuelta por barrio Nueva Córdoba, cuando dos móviles de la Policía de Córdoba los hicieron bajarse de su moto y los golpearon: ella perdió dos dientes por un culatazo de pistola.

“Nos pararon y le dijeron a mi novio 'sacate el casco, negro de mierda' y a mí me dijeron 'correte pendeja'. Yo les pedí que no lo maltraten a mi novio e intenté filmarlos. Quería filmar el nombre de uno de los policías y no lo tenía pegado en el uniforme y en ese momento es cuando me corre la mano y me pegó un culatazo con el arma, y me arrancó los dientes”.

Lara Acuña y su novio Mariano Bordón (20) tienen suerte de estar vivos: “Nos bajaron de la moto sin decirnos nada, a mi novio le dijeron 'te voy a dar, negro hijo de puta' y le empezaron a pegar. A mí, me pegan, me caigo, tenía el casco puesto todavía. Cuando me caigo, el casco se rompe. Como le seguían pegando a mi novio, les digo que paren, que hasta cuándo le iban a pegar. Quiero filmar con mi teléfono. Ahí nos llevaron a un rincón y me empezaron a pegar. Alcancé a sacar unas fotos de los móviles policiales. Un policía me pegó con la pistola en la boca. Para mí, esto fue como el caso de Blas Correas, me pegaron sin motivos, no sé por qué fue”. Los chicos nunca fueron detenidos, ni demorados.

Por el golpe en su boca, Lara perdió dos dientes y sufrió otras lesiones: “Tengo todo el lado izquierdo de la dentadura floja, la boca me sigue doliendo por los cortes, tengo dificultades para hablar porque me faltan dos dientes”, contó la chica a elDiarioAR. Y agregó que salvó su vida porque una ambulancia del servicio municipal de emergencias 107 llegó y la socorrió: “Yo no sé quién llamó a la ambulancia, me acuerdo que mientras me pegaban, me ahogaba con mi propia sangre y no podía respirar. Estaba tirada y me pegaban patadas en el piso. Fue un abuso lo que nos hicieron, nos pegaron por nada. Incluso, si hubiéramos estado robando, los policías no tenían derecho a hacernos eso”.

Sobre la sucesión de hechos, Lara le dijo a elDiarioAR: “Mucho no me acuerdo donde fue. Sé que fue en Nueva Córdoba, cerca del McDonald’s de la Plaza España. Veníamos paseando y los policías nos atacaron, se abusaron con nosotros sin ningún motivo. Llegamos a una esquina, nos pararon, nos pidieron los papeles de la moto, nos empezaron a insultar y pegar. Nosotros no hicimos nada, no quisimos escapar, nada. Ahora, salieron a decir que nos confundieron con ladrones y directamente nos golpearon. Dijeron que había una moto negra que estaba robando en la zona y como la de mi novio es azul nos pararon a nosotros”.

El ataque habría ocurrido sobre calle Independencia cerca del 1.200, esquina con el Pasaje Carlucci, a pocas cuadras de la Plaza España, como relató la víctima. El caso es investigado por el fiscal Gustavo Dalma, que subroga a Rubén Caro, que está de licencia. Además, el Tribunal de Conducta Policial, un polémico organismo mixto compuesto por civiles y policías también investiga el hecho. Hasta ahora no hay ningún imputado ni detenido.

Familia trabajadora

Julio, el papá de Lara es metalúrgico. Miriam trabaja en una empresa de limpieza. Tienen dos hijas, Lara de 18 y otra mayor de 23, que trabaja en la misma empresa que su mamá. Y el lunes pasado, Lara iba a comenzar a trabajar en una tienda, en el centro de esta Capital. No pudo. “Hoy me tocó ir al dentista y me tienen que regenerar todo de nuevo. Siete meses podría tardar todo el tratamiento para arreglar mi boca”, le cuenta a elDiarioAR.

Mariano, el novio de Lara, trabaja con su papá. Son dos familias de trabajadores que viven en Argüello Norte, un barrio popular del noroeste de esta Capital.

Lara pidió que “por favor si alguien vio algo de lo que nos pasó, que aparezca, necesitamos testigos para que puedan aportar. Había mucha gente gritando que nos suelten, seguro muchos vieron lo que pasó”.

Este nuevo caso de violencia institucional se conoció el jueves a la tarde, durante la 15ª edición de la Marcha de la Gorra, una movilización que se realiza todos los años y denuncia los casos de violencia institucional contra los habitantes de las barriadas populares y periféricas de la provincia de Córdoba. También, a la misma hora, se sabía que el futbolista de Barracas Central, Lucas González, había fallecido tras ser baleado por agentes de civil de la Policía de la Ciudad. 

Abandonada

El abogado de Lara, Jorge Sánchez del Bianco le contó a elDiarioAR que “el jueves 11 a la noche, los chicos deciden salir a una juntada con amigos en barrio Kennedy (al sur de esta Capital) y en la madrugada del viernes 12, cuando ya regresaban a su casa de Argüello Norte (en el norte, atravesando toda la ciudad), el novio le dice a mi clienta que pasaran a dar una vuelta por Nueva Córdoba. Cuando estaban por llegar a la esquina donde estaban los móviles policiales, se les pone al lado una moto con dos personas. El novio le dice a Lara 'cuidado, que casi te manotean el celular'. Cuando llegan a la esquina los hacen detener los móviles policiales, eran dos, con cuatro efectivos varones y ocurre este acto de violencia que relata mi clienta”.

Cuando a Lara ya le habían golpeado en la cara con el arma de uno de los policías, se desvaneció. Al ver la sangre, los policías dejaron de pegarle al novio. “Entonces el chico la alcanza a agarrar y ella se desmaya. Justo ahí llega el 107, que lo deben haber llamado los vecinos. Hay muchos testigos del caso y seguramente debe haber filmaciones de cámaras que no son las policiales. Nos llama la atención que las cámaras de los móviles no hayan tomado a Lara mientras los filmaba y les sacaba fotos de frente”, detalló el abogado querellante. En el lugar, la chica fotografió las chapas patentes de tres vehículos policiales marca Fiat: AD 007 US; AC 168 MT y AE 896 GM.

Sánchez del Bianco sospecha que la Policía puede llegar a embarrar la cancha como en el homicidio de Blas Correas, cuando sus asesinos intentaron plantarle un arma: “La Policía nos lleva una semana de ventaja, no sabemos con qué nos puede salir”.

Por su parte, Lara agregó: “Quedé inconsciente y me desperté en el hospital. Me dejaron tirada, ni me acompañaron al hospital, ni le avisaron a mi mamá. Estuve hasta el mediodía sin poder ver a nadie. A mi novio le pegaron en las costillas y en la cabeza. A mí me pegaron cuando los quise filmar”. Tras la golpiza, la víctima fue trasladada por la ambulancia hasta el Hospital Municipal de Urgencias donde recibió las curaciones.

Lara denunció además que los policías le robaron: “Cuando le estaban pegando a mi novio, saco el teléfono y se me cayeron unos $2.500, uno de los policías me los robó. También se llevaron el casco, que se había roto cuando me tiraron al piso y me pegaban patadas”.

Por su parte, Miriam Chiliento, mamá de Lara acusó: “La única diferencia que hay entre el caso de Blas y el de Lara, es que mi hija está viva. Dos minutos más y se ahogaba con su propia sangre. Fue un caso de violencia policial; cuando pasó lo de Blas, yo pensé en Lara, que tenía la misma edad que Blas. Y rogué que no volviera a pasar nunca más, que no maten a ningún chico más. Y me viene a pasar esto en nuestra familia. La Policía casi mata a mi hija, le desfiguró la cara, le rompió la boca, la dejaron abandonada, salieron a decir que miente, que se trató de un accidente, limpiaron el lugar. Hubo abandono de persona. Dos casos calcados”.

Soledad Laciar, la madre de Blas Laciar, el chico de 17 años asesinado el 6 de agosto de 2020 por dos policías de un retén se preguntó: “¿Qué excusa va a poner el gobernador Juan Schiaretti o su ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, para decir que a Lara la molieron a palos? El 6 de agosto me mataron una parte de mi vida; y el 25 de octubre, reaccioné. Y decidí emprender una lucha, donde lamentablemente no éramos dos mamás, sino un montón de familias pidiendo que no pase nadie más por el dolor que habíamos pasado nosotros. Pasan los meses y la Policía sigue actuando exactamente de la misma manera”.

“El ministro Mosquera no tomó nota absolutamente de nada, no sólo actuando con un empoderamiento tremendo, lo que hicieron con Lara y lo que pretenden hacer es repugante. Desde mi lado tienen todo mi apoyo, voy a acompañar a esta familia porque no podemos permitir que ahora pretendan hacerla quedar como la culpable de la tremenda golpiza que le han dado”, añadió. El 25 de octubre de 2020, 80 días después del asesinato de Blas, la Policía de Paso Viejo, un pueblito norteño, mató por la espalda a Joaquín Paredes, un chico de 16 años.

La mamá de Blas Correas agregó: “La Policía sigue con su mismo accionar represivo, sin importarle la vida de nuestros chicos. Cuando decimos Nunca Más, es Nunca Más a la violencia institucional. Lara está viva de milagro. Yo le ruego, no sé cómo pedirle, al ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera que haga algo con la Policía; y si no puede, que se haga a un lado”.

Tras conocerse la denuncia de este nuevo caso de violencia institucional, desde la Policía se trató de instalar algunas versiones contrarias a la denuncia de la víctima:

-Los policías confundieron a la pareja con la moto negra que se les puso al lado.

-Se trató de un accidente por una mala maniobra de la moto que conducía Mariano, Lara cayó y sufrió las heridas; allí fue socorrida por los policías de los móviles que estaban en la zona.

Ambas versiones no tienen sustento: la moto negra existió y huyó y los policías detuvieron a la moto azul; y cada vez que hay un accidente en la vía pública con heridos, la Policía debe elaborar un informe que eleva a Accidentología Vial. Tampoco se hizo.

 GM

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