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Efemérides

Día Mundial del Suelo: ¿por qué se conmemora el 5 de diciembre?

La relación entre el suelo y el agua es fundamental para lograr sistemas agroalimentarios sostenibles y resilientes.

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El 5 de diciembre se celebra el Día Mundial del Suelo para conscientizar al mundo sobre la importancia de un suelo sano y luchar por la gestión sostenible de los recursos.

Se apunta a incentivar en la población mundial una preocupación por el cuidado y uso que le damos al suelo en materia de agricultura y en todas nuestras interacciones con el recurso en general.

Fue la Unión Internacional de Ciencias del Suelo (IUSS) quien recomendó una jornada internacional para homenajear al suelo en el año 2002. Posteriormente Tailanda reiteró la propuesta y la FAO apoyó la creación del Día Mundial del Suelo en el marco de la Alianza Mundial por el Suelo.

Finalmente fue en diciembre de 2013 cuando la propuesta fue aprobada por la Asamblea General de la ONU, y 2014 se convirtió en el primer año de esta celebración.

Se decidió el 5 de diciembre porque coincidía con el cumpleaños del Rey de Tailandia Bhumibol Adulyadej, querido monarca fallecido en 2016 y uno de los grandes promotores de esta idea.

La supervivencia de nuestro planeta depende del precioso vínculo entre el suelo y el agua. Más del 95% de nuestros alimentos proviene de estos dos recursos fundamentales.

El agua del suelo, vital para que las plantas absorban los nutrientes, une nuestros ecosistemas y consolida una relación simbiótica que es la base de nuestros sistemas agrícolas.

Sin embargo, debido al cambio climático y la actividad humana, nuestros suelos se están degradando, lo que ejerce una presión excesiva sobre nuestros recursos hídricos. La erosión altera el equilibrio natural, reduciendo la infiltración de agua y su disponibilidad para todas las formas de vida.

Las prácticas sostenibles de gestión del suelo, como la labranza mínima, la rotación de cultivos, la adición de materia orgánica y los cultivos de cobertura, mejoran la salud del suelo, reducen la erosión y la contaminación y mejoran la infiltración y el almacenamiento del agua. Estas prácticas también preservan la biodiversidad del suelo, mejoran la fertilidad y contribuyen a la retención de carbono, desempeñando un papel crucial en la lucha contra el cambio climático.

CRM con información de Naciones Unidas

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