LA BATALLA CULTURAL Opinión

Facundo Saxe: “Tengo que salir a explicar que no estoy trabajando sobre el ano de Batman”

“A nosotros nos interesa que el Conicet realmente investigue las ciencias duras, las cosas que le van a dar relevancia y prestigio al país. Investigar el ano de Batman, las canciones de Ricardo Arjona o la película del Rey León definitivamente no es ciencia, no es algo que deba pagar el pueblo argentino”, dijo durante el debate de candidatos a vicepresidente Victoria Villarruel, que acompaña a Javier Milei en la fórmula que resultó más votada en las elecciones primarias. No es la primera vez que la candidata cita de manera recortada y burlona estos proyectos de investigación en ciencias sociales, que tienen un alcance y utilidad mucho más extenso que lo que se alcanza a plasmar en su mención.  

Facundo Saxe, autor de la investigación sobre Batman, dialogó con Franco Torchia en su programa Francotirador, emitido por radio Splendid AM 990. “Yo tengo 43 años y a mí todo esto que está pasando me hace querer callarme y volver al silencio. Y no quiero vivir una vida en silencio cuando durante mucho tiempo viví así. Yo no hice nada, simplemente estoy trabajando”, dice el autor, que recibió amenazas de muerte. 

─Sé que son días muy difíciles para vos, porque lo hemos conversado. Estás recibiendo muchas amenazas de muerte.

─Sí. Me parece que esto se enmarca un poco después de las PASO, que muchas personas que estamos dentro de colectivos o comunidades de la diversidad sexual o la disidencia sexual nos veíamos venir una mayor habilitación del odio. Viste que cuanto más aparecen personajes de la extrema derecha o de discursos conservadores se habilita más, ¿no? En el marco de eso, a mí hace años que se me viene hostigando en redes por las cosas que yo trabajo en CONICET, que igual es un recorte tergiversado, pero pongámosle. En ese contexto, y después de las PASO la situación fue un poco más áspera y sí, recibí amenazas de muerte, algunas bastante cruentas y ataques constantes. Dieron a conocer mi dirección real el mismo día que me amenazaron de muerte; es como una amenaza directa, “sabemos dónde vivís”. Acá en La Plata, incluso, armaron pegadas o escraches contra algunos investigadores en algunas zonas con títulos de trabajos que tenían que ver con género, sexualidades y disidencias.

─Ese es el terreno que les interesa especialmente porque la guerra es ideológica. No va a ser de ninguna manera ni económica ni política; va a ser sobre todo y fundamentalmente ideológica que es, en todo caso, lo único que puede garantizar La Libertad Avanza. Todo lo demás ya sabemos que es impracticable. Ahora, Facundo, vos no estás viviendo para nada bien.

─Te juro que hoy me cuesta darle un carácter real, por momentos. Según mi psicólogo es una forma de defensa, digamos, porque llega a un nivel tal de delirio y violencia que uno intenta bajarla un poco.

─Te cuesta creer que te pasa lo que te pasa.

─Exacto. Para mí es inverosímil estar hablando con vos en la radio por esta situación. Yo soy un docente universitario que da clases y que investiga temas que tiene que ver con Ciencias Humanas, Sociales y estudios de género y no estoy preparado para todo esto. Yo no estoy ni preparado para salir a hablar en un programa de radio que quiere que hable cinco minutos explicando “¿por qué dijiste 'ano de Batman'?”. Nos vamos a morir de literalidad, también, porque prácticamente tengo que salir a explicar que no estoy trabajando el ano de Batman, cuando justamente ahí hay una ridiculez. ¿Qué? ¿vajo a Estados Unidos, busco el cadáver de Adam West y le investigo el ano? Digo, no tiene el mínimo sentido. Hay una campaña orientada, sí, contra CONICET que busca hace años ya, pero este año volvió a retomarse, justificar la destrucción o el recorte del CONICET o el que no existan investigaciones de género. Hay una batalla ideológica al respecto: atacar, en particular, mi figura y a quienes trabajamos con cosas que parecen recortadas, parecen inútiles y hasta molestan en un sentido común orientado al pánico social sexual.

─De hecho, esto arrancó, como contaste, hace muchos años. Recuerdo que fue el periodista Eduardo Feinmann ─cuando todavía trabajaba en A24, gobernaba ya Alberto Fernández o eran los estertores del gobierno de Mauricio Macri─ fue el primero que muy antojadizamente en la web del CONICET encontró la expresión “ano dilatado de Batman”, que, repito, ni siquiera es algo sobre lo que vos investigás, pero sí es una ponencia que presentaste para un Congreso puntual. A partir de allí vos la empezaste a pasar mal. Ahora, post PASO se rescata esto mismo que inicialmente comenzó Eduardo Feinmann.

─Exacto. Solamente que, como es todo una gran confusión, lo que se hace es manipular de forma recortada la información que está en la web del CONICET ─que tampoco se explica cómo funciona y no es una web pensada para hacer la auditoría de las investigaciones de cada uno. Es más complejo.

─Si me permitís, voy a ejemplificar esto de manera muy sintética. En la web del CONICET, cada investigador de carrera tiene que publicar todo lo que hace. Todo es todo: lo que hace en el contexto del CONICET y lo que hace por fuera también. Si mañana lo invitan a dar una charla a Formosa, que nada tiene que ver con el CONICET, tiene que figurar la charla en Formosa.

─Exacto. Subís toda la información y después selecciona aleatoriamente algunas cosas, sobre todo la parte de ponencias. Y ahí se recorta toda esa información de forma tendenciosa. Si nos ponemos a pensar, literalmente, el Congreso y el trabajo que yo presenté sobre el ano de Batman, que está recortado ─el título entero es “El ano y la cava de Batman, apuntes para una investigación sobre archivos de odio y borramientos de la disidencia sexo-genérica”─, no tuvo financiamiento del CONICET.

─No lo financió el CONICET. De todas maneras, si lo hubiera financiado, ¿qué? Yo no te voy a someter a esto, pero lo voy a decir yo rápidamente. La cuestión del ano y, si quieren, incluso más en criollo los estudios en torno al culo son fundamentales en numerosas universidades del mundo, sobre todo y fundamentalmente en materia de género. No es una cuestión para nada menor. Muchos países destinan buena parte de sus presupuestos investigativos, no para estudiar el culo de manera proctológica como lo hacen médicos y médicas, sino para las implicaciones culturales que tiene el culo. Tanto a Facundo como a mí, y a otro montón de personas que nos escuchan, nos han dicho “culo roto” desde nuestra más tierna infancia. Esto para pensar nada más en una de las significaciones que esto tiene.

─Exacto, Franco. Y yo eso lo trabajo. Trabajo cómo funciona esa violencia sobre vidas como las nuestras y otras vidas. Yo tengo 43 años y a mí todo esto que está pasando me hace querer callarme y volver al silencio. Y no quiero vivir una vida en silencio cuando durante mucho tiempo viví así. Yo no hice nada, simplemente estoy trabajando. Perfectamente este trabajo podría haber tenido financiamiento del CONICET como otros. Si vos entrás a CONICET y buscás mi investigación actual se llama “Disidencias de sexo-género: archivo y memoria desde una perspectiva comparada en textos culturales alemanes y argentinos recientes”. Esa ponencia del ano de Batman, a partir de una serie de teorizaciones que yo hago, la utilizo para algo que va a salir publicado este año financiado con mi sueldo del CONICET. Yo no tengo un financiamiento de proyectos más allá de mi sueldo.

─Sos investigador del CONICET y te costó un montón, como narraste oportunamente. No cualquier llega a investigador del CONICET, hay que trabajar muchísimo, ni les cuento si es en Ciencias Sociales, como vos. Ese es otro mito a partir del ano dilatado de Batman: la idea de que está plagado de cientistas sociales. Mentira.

─Eso es una mentira absoluta. Las investigaciones sociales y humanas tienen menos financiamiento porque no trabajamos en laboratorio. Es diferente cómo funcionan. Algo que me gustaría sumar a lo que vos decías: supongamos que yo investigué el “ano dilatado de Batman” así como dicen, además yo creo que despierta algo ahí como cuál es el problema de decir la palabra “ano”.

─Los problemas siguen siendo muchos y es por eso que un Estado que se pretenda más o menos actual, atento a mitigar violencias, tiene que trabajar efectivamente en el desbloqueo de, por ejemplo, la palabra “ano”, el desbloqueo total de la palabra “culo”. ¿Vos no judicializaste, Facundo, ninguna de estas amenazas de muerte que recibiste, tomaste la decisión de no llevar nada a la Justicia?

─Por ahora no. Ahora estoy haciendo control de daños ideológicos. Una vez que pase un poco el tiempo, ahí a las cuentas que me amenazan literalmente de muerte les vamos a hacer denuncias penales.

Federico García del Corro (equipo del programa: ─¿Podrás explayarte un poquito más en lo que vos estás investigando? Yo soy un consumidor de historietas y de comics y está piola adentrarnos en cómo es tu investigación.

─Yo necesitaría una hora y media para explicar el recorrido entero, pero puedo resumirlo. La idea de pensar la homosexualidad de Batman tiene que ver con cómo se construyen ciertas masculinidades hegemónicas y yo trabajo, como decía Franco, con una línea de teorización que viene de Paul Preciado que habla de la expresión de “ano castrado” para pensar cómo se genera un tipo de masculinización cis-heterosexual tradicional y hegemónica.

─Paul Preciado es un filósofo español que tiene, entre otras, la siguiente hipótesis: “Hombre en nuestra cultural contemporánea es el que tiene el culo cerrado”. O sea, ser hombre es garantía de culo cerrado.

─Entonces lo que yo trabajo sobre los años 50, justamente en el momento en el que se está atacando a los comics como productos nefastos que en los que Batman es la fantasía homosexual de muchos niños y adolescentes. En un libro espantoso que es una colección de archivos de odio, un psicólogo cita a un pobre pibe internado en un psiquiátrico por homosexual y el pibe le dice “Yo leo Batman y Robin, son la fantasía de lo que quiero ser. Me gustaría vivir así”. Esa expresión después fue tomada por un montón de personas que analizaron a Batman y pensaron cómo funciona la masculinización de Batman cuando, en muchos momentos, fue una figura que permitió a públicos de la diversidad sexual identificarse. Hay muestras verificables de identificación sexo-disidentes con Batman de los años 50 y los 60: fanáticos que lo dibujaban a Batman y Robin o Superman besándose juntos. Eso genera toda una genealogía que a mí me importa. Yo estoy trabajando en este momento en la segunda mitad de los años 80, cuando se refuerza la heterosexualización de Batman, que como personaje de ficción es lo que hacemos cuando lo leemos y lo convertimos en otra cosa. En ese contexto, muchos “maricas” nos identificábamos con la Mujer Maravilla, por ejemplo.

─David Burt (equipo del programa): Pensemos que a Robin lo sacaron en la segunda parte de Batman porque lo veían como un personaje homosexual.

─Exacto. Si nosotros vemos, en el año 85, 86, 87, a Robin lo matan. En la película, le sacan a Robin y le ponen a Kim Basinger como interés romántico, que es heterosexualizarlo más. A los personajes femeninos fuertes de Batman, de fines de los 70, los matan: a Batichica en ese momento la dejan en silla de ruedas y es abusada por el Guasón. Hay un montón de cosas ahí que tienen que ver con esa masculinización del personaje hacia la heterosexualidad tradicional que no existía de la misma forma previamente. La serie de Adam West permitió otro tipo de identificaciones. Yo conecto cómo eso queda latente. Por ejemplo, hay libros de un escritor argentino, que se llama Osvaldo Bossi, en los que escribe poemas sobre la relación homosexual de Batman y Robin o escritos en prosa en los que el sujeto que habla es Batman a Robin y utiliza imágenes de las series. Eso es que está conectando con ese imaginario del Batman homosexual borrado. Entonces, no es tan literal como mirar el ano físico; es otra cosa que tiene que ver con esa filosofía anal. Yo, todo esto, lo estoy conectando con una leyenda de la cultura argentina en torno al servicio militar obligatorio que dice que si te marcaban como homosexual en el examen médico, te ponían la sigla AD.

─“Ano dilatado”, exactamente. Yo llegué a ser sorteado para el servicio y, por ese mito, llegamos a ese momento con terror. Ni les cuento si como yo fueron abusados en la infancia. Llegamos con terror a ese momento porque, en efecto, existía el mito de que los milicos te revisaban tu cuerpo y te revisaban el ano y, si veían que tenían el ano abierto, ibas a empezar a vivir una serie de injurias y humillaciones increíbles.

─Agrego algo más. Nosotros vivimos en una sociedad donde la ley electoral de la provincia de Buenos Aires, hasta 1990, prohibió el voto homosexual por indignidad. A mí me parece que lo que yo investigo es importante para pensar cómo ese tipo de cosas no están dichas en nuestra sociedad todavía.