El humo llegó a Buenos Aires y los especialistas advierten sobre las consecuencias para la salud

El humo por los incendios en las islas del Delta del Río Paraná llegó al área Metropolitana de Buenos Aires. Desde esta mañana se registra olor a quemado en diferentes zonas de la Capital Federal y el Servicio Meteorológico Nacional indicó que también afecta a la región Pampeana, localidades de Entre Ríos  y que continuará al menos hasta mañana. Especialistas en Neumonología consultados por elDiarioAR advierten sobre los efectos en la salud, sobre todo en personas con patologías respiratorias previas y en niñas y niños. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, le pidió a la justicia que cite a los dueños de los campos incendiados.

El humo se percibió en plena Ciudad de Buenos Aires. Las consecuencias de los incendios en las cercanías de la Rosario se extendieron más grallá de la provincia de Santa Fe y evidenciaron la magnitud de una situación a la que las autoridades provinciales calificaron como “desesperante” y de “peligro inminente” para quienes viajen hacia esa zona. En ese contexto, el ministro Cabandié pidió celeridad a la justicia para determinar quiénes son los autores de la quema de pastizales. “La verdad que sería una medida contundente y en algún punto sería una forma de disciplinamiento, de desalentar los focos. Si la justicia actuase y convocase a estas personas sin dudas que los dueños de los campos o quienes lo hacen metiéndose en campos que no son suyos lo pensaría dos veces”, afirmó el funcionario. 

Además, Cabandié le pidió a la provincia de Entre Ríos que entregue “los catastros al fiscal Claudio Kishimoto y al juez Federico Martín”. “Algunos son propiedad de personas conocidas”, afirmó en Radio Nacional Folklórica. El domingo, una patrulla detuvo a tres hombres que intentaban prender fuego en una vegetación en esa provincia y quedaron a cargo del Juzgado Federal de Victoria, donde serán indagados. 

Ante esta situación, los médicos advierten de los efectos del humo para la salud, sobre todo de personas con enfermedades respiratorias preexistentes y de niños y niñas. El expresidente y actual miembro de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Daniel Buljubasich, explicó los efectos sobre el aparato respiratorio. “Son variados y afectan esa zona, que es el lugar por donde el humo entra. En la nariz da episodios de rinitis, en la garganta sensación de sequedad, que es muy molesto. A nivel de la laringe, irritación con cuadro de intensa tos. Cuando penetra más adentro, en la profundidad de los pulmones, produce una irritación que puede generar descompensaciones de pacientes asmáticos o con EPOC. También puede propiciar la aparición de procesos infecciosos respiratorios, fundamentalmente neumonía”, le dijo a elDiarioAR.

La jefa del Servicio de Neumonología del Hospital de Clínicas, Ana María Putruele, advirtió sobre los riesgos para personas con enfermedades respiratorias de base: “Va a generar una inflación de todo el aparato, podría graficarse como prender un fósforo en una montaña de paja seca”.  La médica describió los distintos cuadros que reciben. “De acuerdo a la severidad se pueden presentar diferentes tipos de compromisos. Al consultorio vienen con claros signos de irritación  de la vía aérea por el humo: irritación de las gargantas, congestión nasal, tos, dolores de pecho, dificultad para respirar, silbidos o crisis de laringitis, bronquitis y broncoespasmo. Además, ardor en los ojos y dolor de cabeza”, le dijo a este diario. “

Explicó que también afecta otras partes del organismo.“Contamina con muchas sustancias y provoca irritación. No solo a nivel cutáneo de las mucosas, de la piel, sino en todas las estructuras por su contacto directo con el medio ambiente. Hay gases que son muy tóxicos como el monóxido de carbono, amoníaco, benceno y óxidos que repercuten a nivel general. Hay partículas sólidas y líquidas, como el polvo o la cenizas, que el diámetro es menor a 10 micras, que equivale a una milésima parte del milímetro. Esas partículas que son finas y ultrafinas son las respirables y pueden llegar a los pulmones, a los alvéolos que son las unidades más chiquititas de los pulmones  donde se va a producir el intercambio gaseoso: de generar oxígeno y eliminar el anhídrido carbónico. Y ahí pasan a la sangre y pueden traer otros efectos en otros órganos”, agregó. 

Buljubasich trabaja en Rosario y en los últimos días registró aumento en las consultas, principalmente descompensaciones de pacientes asmáticos, crisis y cuadros de tos intensa o de alergias de vías aéreas superiores. Advierte que los efectos son inmediatos en las localidades en las que se percibe el humo: “Apenas empiezan a sentir el humo, se ve el impacto porque es agudo e inmediato”. 

Los más chicos son otro de los grupos con mayores riesgos. Según explicó Putruele, el potencial de daño es más grande: “cuanto más pequeño es el niño respira más veces por minuto. Además, el crecimiento y el desarrollo del pulmón es hasta la adolescencia, o sea que son perjudicados mucho más”. 

Las recomendaciones van desde evitar hacer actividades físicas al aire libre mientras permanezca el humo (porque se aumenta la frecuencia respiratoria y facilita la absorción de los productos tóxicos) hasta no prender sahumerios en las casas. “El humo es inevitable, hagamos lo que hagamos lo vamos a aspirar. Los barbijos que usamos comúnmente son muy parcialmente efectivos. Podemos cerrar nuestro hogar y quedarnos adentro, pero no lo elimina. Lo que podemos hacer es no agregar fuentes de contaminación como sahumerios, velas o calefaccionar con hogar a leña”, dijo Buljubasich. Por su parte, Putruele aconsejó beber agua. “Hay que tener el hogar lo más limpio posible, mantener bien hidratada la fosa nasal bucal, sobre todo si se tiene sensación de sequedad. Tomar agua y, en caso de sequedad en los ojos, hidratarlos con productos como lágrimas”. 

Esta mañana, la Secretaría de Ambiente de la Ciudad de Buenos Aires informó que “todos los contaminantes en el aire se encuentran por debajo de los límites admisibles establecidos por la Ley 1356”. Según el informe al que accedió la Agencia Télam, “el valor promedio móvil de 24 horas, ronda los 19 microgramos por metro cúbico (ug/m3), encontrándose aún por debajo de los límites admisibles establecidos por la Ley 1356-CABA (150 ug/m3 en 24 horas), e incluso por debajo de los niveles guías establecidos por la Organización Mundial de la Salud (45 Ug/m3 en 24 horas –OMS 2021)”. 

CDB/MG