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Informe

Cómo los narcos siguen manejando el negocio de la droga desde penales de máxima seguridad

El Complejo Penitenciario Federal II en Marcos Paz, provincia de Buenos Aires.

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Marco Estrada González, el capo narco que implantó el terror en la villa 1-11-14 fue uno de los pioneros, pero otros continuaron con la modalidad donde la cárcel no es un impedimento para seguir manteniendo el negocio del narcotráfico.

En su caso se comprobó que, estando detenido en el penal de máxima seguridad de Marcos Paz, seguía dando órdenes para mantener el negocio del narcotráfico en la villa de Bajo Flores. Su logística se mantuvo intacta, hasta poco antes de ser finalmente deportado a Perú tras recibir una condena en 2022.

Este fue uno de los casos que expuso la Procuraduría de Narcocriminalidad sobre la delicada situación que se da en varios penales federales de la Argentina, donde los capos narco mantienen intacta su estructura. Sus celdas no son un impedimento para mantener el negocio.

Otro de los casos que expuso la fiscalía especializada, conducida por Diego Iglesias, es el de Mario Segovia, más conocido como “El Rey de la Efedrina”. A través de teléfonos celulares, cartas escritas de puño y letra encriptadas y las visitas que recibía de familiares, continuaba manejando el negocio de la droga. En su propia celda, se le secuestró una tablet con la cual enviaba y recibía correos electrónicos.

Desde la Unidad 43 hubo otro caso, donde el narco Alejandro González impartió órdenes para mantener el negocio de la droga en la zona Sur, más precisamente el partido de Lomas de Zamora. Llegó a ordenar el asesinato de un miembro de un clan rival.

Otro ejemplo es el de Néstor Rojas, detenido en el penal de Ezeiza, quien ordenó meter un cargamento de droga a nuestro país desde Paraguay mediante el uso de teléfonos celulares.

Más conocido es el caso de Ariel Máximo “Guille” Cantero, jefe de “Los Monos”, quien impartía órdenes en el manejo de la droga y hasta encargó un secuestro extorsivo. Tenía un teléfono fijo en la Unidad 1 de Coronda, en la provincia de Santa Fe. Además, cuando estuvo un tiempo detenido en la Unidad 6 de Rawson, daba órdenes por teléfono sobre tareas del narcotráfico.

El informe elaborado por la Procuraduría expone casi una veintena de casos, donde capos narco siguen manejando el negocio de la droga y delitos conexos como las balaceras desde el interior de la cárcel. Mediante teléfonos celulares, tabletas, teléfonos fijos, visitas y otros métodos ingeniosos, siguen manteniendo el negocio y el terror asociado al narcotráfico.

El informe fue hecho a raíz de varias tareas de investigación que se realizaron en los últimos años, y fue entregada al Procurador interino en 2021. Sin embargo, en la situación actual nada cambió, ya que al día de hoy se sigue dando la misma modalidad.

LC con información de agencia NA

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