Realidad Virtual, NFT y teletransporte: las claves del metaverso de Zuckerberg

Carlos del Castillo

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Las primeras redes sociales ya estaban online cuando Mark Zuckerberg creó Facebook. Su plataforma no fue la primera que evolucionó para centrarse en la publicación de fotos o ubicaciones, tampoco la que empezó a dar un papel central al vídeo, ni la que desarrolló la tecnología de mensajería instantánea que convirtió el teléfono móvil en un aparato indispensable en la sociedad digital. A Zuckerberg no le hizo falta llegar el primero a esos campos para que Facebook los dominara copiando o comprando a rivales como WhatsApp e Instagram.

Mark Zuckerberg tampoco ha inventado el concepto del metaverso, ni las tecnologías en la que supuestamente se basará ese nuevo “Internet inmersivo” que el empresario imagina. Pero igual que cuando decidió virar hacia las fotos y luego hacia el vídeo, Zuckerberg piensa que ahora existe una base tecnológica para que su corporación entre en una nueva etapa, así como una ventana de oportunidad que le permitirá mantener su rol dominante en el universo digital.

La estrategia puede no ser nueva, pero muchos de sus pasos sí deberán serlo. Empezando por la identidad de la compañía, ya que Zuckerberg cree que la marca Facebook no vale para abanderar la nueva etapa. Meta será la nueva cara de la multinacional en lo que se avecina.

También cambiarán los rivales. Los últimos competidores de Facebook fueron TikTok y Twitch. Los de Meta serán los videojuegos y las aplicaciones 'cripto'. “Ya no somos solo una empresa de redes sociales”, enfatizaba Zuckerberg en la presentación de la nueva identidad de su compañía.

La clave del estándar

Zuckerberg explica que el metaverso será una red de mundos virtuales “a los que podrás teletransportarte cuando quieras”, a través de “avatares totalmente personalizables” y con “una sensación de presencia” del resto de usuarios mucho mayor que la que se consigue a través de una videollamada. Todas son experiencias que ya pueden disfrutarse en los videojuegos online.

¿Cuál es entonces la propuesta de valor de Meta? “Para liberar el potencial del metaverso, es necesario que haya interoperabilidad”, expuso Zuckerberg. La interoperabilidad es el concepto clave de esta evolución de Internet, tanto en la propuesta de Zuckerberg como en la del resto de empresas que quieren hacerlo realidad.

“Teletransportarse a través del metaverso será como hacer click en un enlace de Internet, un estándar abierto”, continuaba: “Construir un ecosistema, nuevas formas de gobierno. En eso es en lo que nos vamos a centrar de verdad”.

Meta quiere ser el nexo entre los diferentes mundos que ha creado cada videojuego, cada plataforma de streaming y cada red social. Tanto entre ellos como con la realidad física. La base de esa interoperabilidad será la tecnología blockchain de las criptomonedas y los NFT, que permiten certificar identidades y la propiedad de bienes digitales. Hasta ahora se han usado para el arte digital y el coleccionismo, pero pueden marcar la propiedad de cualquier tipo de artefacto.

“Esto va más allá de llevar tu avatar y objetos digitales a distintas apps y experiencias”, expone Zuckerberg. “Querréis aseguraros de que cuando compréis o creéis algo en el metaverso, lo podréis utilizar en muchos contextos y no estaréis limitados a un mundo o plataforma”. “Podréis traer cosas del mundo físico al metaverso, cualquier tipo de objeto que se pueda representar digitalmente: fotos, vídeo, arte, música, películas, libros, juegos, lo que deseéis”. Detrás de eso estará la tecnología NFT, afirma.

En el metaverso de Meta habrá videojuegos, pero el objetivo de Meta es que estos solo sean una parte más de él. Quiere que se use en entornos empresariales, de aprendizaje y espacios de ocio. Esta es la pata tecnológica que no está construida ni se intuye cuándo puede llegar. Zuckerberg adelantó que no será Meta quien lo haga, sino que espera que sean “creadores de contenido y desarrolladores independientes” los que los diseñen. Es otra de las claves: quiere que su metaverso sea “una plataforma”, al igual que Android e iOS son plataformas para los desarrolladores de apps.

Vivir bajo sus reglas [de Google y Apple] ha cambiado profundamente mi visión de la industria tecnológica. No basta con crear productos, hay que diseñar ecosistemas, economías

Como empresa, Facebook ha tenido que amoldarse a las exigencias de Google y Apple. Zuckerberg quiere cambiar las tornas con el metaverso. “Vivir bajo sus reglas ha cambiado profundamente mi visión de la industria tecnológica”, afirma. “Pero también ha sido aleccionador. No basta con crear productos, también necesitamos desarrollar ecosistemas, una nueva economía”.

La inmensa mayoría de los ingresos de Facebook como corporación han llegado a través de la publicidad segmentada con los datos personales de sus usuarios. Meta podría sumar a esos ingresos las comisiones que Android o iOS cobran a los desarrolladores de aplicaciones por utilizar sus plataformas.

Paralelamente a todo esto, Facebook ha desarrollado su monedero de criptomonedas, ha lanzado unas gafas como las que espera que usen los usuarios del metaverso e investiga cómo entrenar a la inteligencia artificial para que acompañe a los humanos desde un punto central en la acción.

La carrera tecnológica

Esta semana se ha celebrado en Madrid el Global Esport Summit, un congreso para profesionales de los videojuegos. Durante las jornadas Facebook aún se llamaba Facebook, por lo que la palabra “metaverso” aún no había aparecido en los titulares de todos los medios de comunicación. Eso no impidió que fuera uno de los temas centrales del foro.

“Es un nuevo mundo digital y creo que no queda ninguna duda de que es hacia donde vamos. La cuestión es a qué velocidad”, expuso en una de las charlas Oscar Soriano, responsable de la agencia Play The Game.

¿Qué pasa en el metaverso de Fortnite, por qué es imperfecto? Porque no podemos sacar las cosas de ahí

“Nos parece que es ciencia ficción, pero explicadme qué es Fortnite. Es un sitio al que yo voy a jugar, por supuesto, pero también puedo ver películas, ir a conciertos o socializar. Un amigo mío que vive fuera de España me contó que su hijo sigue en contacto con sus primos españoles gracias a Fortnite. Pero ¿qué pasa en el metaverso de Fortnite, por qué es imperfecto? Porque no podemos sacar las cosas de ahí. Mi yo digital no puede salir de Fortnite”, continuaba.

“Si yo juego a Fortnite, voy a la universidad y tengo un trabajo en el metaverso, no puedo mezclarlo, no es interoperable. Si lo fuera, mi yo digital podría recorrer el mundo y las ganancias que tenga en un sistema se podrían utilizar en otro”, explicaba Soriano.

Al igual que en Internet, habrá espacios virtuales de todo tipo: algunos serán parques temáticos, otros laboratorios científicos, fábricas, edificios, ciudades o nuestra tierra entera

Fortnite es uno de los modelos que se citan más frecuentemente al hablar de metaverso. Su desarrolladora, Epic Games, es una de las principales competidoras en esta carrera. Recientemente ha cerrado una ronda de financiación de 1.000 millones de dólares para dar forma al metaverso. Un 20% de esa cifra la ha puesto Sony, propietaria de PlayStation. Hay varios fondos de capital riesgo que están regando de millones iniciativas como esta.

La multinacional Nvidia, creadora del motor gráfico de muchos de los videojuegos más realistas, ha desarrollado un producto llamado “Omniverso” que sirve para lanzar simulaciones hiperrealistas de espacios físicos. BMW lo utiliza para recrear digitalmente una de sus factorías y ensayar los cambios en la cadena de producción antes de pasarlos a una de sus fábricas reales. El estudio de arquitectura Foster, para analizar los detalles como el impacto del viento en los edificios que proyectan.

Jensen Huang, CEO de Nvidia, defiende que estamos ante “las primeras piezas del metaverso temprano”. Su tecnología de simulación tiene capacidad para recrear esos mundos virtuales a los que apela Zuckerberg. “Al igual que en Internet, habrá espacios virtuales de todo tipo: algunos serán parques temáticos, otros laboratorios científicos, fábricas, edificios, ciudades o nuestra tierra entera”, afirma.

¿Campaña de marketing?

Con todo, existen muchas preguntas acerca del alcance de la jugada de Zuckerberg. No se puede pasar por alto que esta se produce en un contexto muy particular. Facebook era la quinta marca más valiosa del mundo, según Forbes, pero también era una identidad que había perdido todo su atractivo ante los jóvenes, según han revelado los documentos internos filtrados por la extrabajadora Frances Haugen.

Las revelaciones de Haugen han derivado en la mayor crisis reputacional de la corporación de Zuckerberg. La llevaron hasta el Senado de EEUU, donde denunció que “la empresa esconde información vital al público, al Gobierno de EEUU, a sus accionistas y a los gobiernos de todo el mundo”. Los informes confidenciales que ha filtrado indican que la empresa es consciente del efecto tóxico en la sociedad que tienen muchos de sus productos, pero que no ha hecho nada por evitarlo porque esa misma toxicidad hacía que ganara mucho dinero. Facebook dice que eso no es verdad y Zuckerberg, que la imagen que se ha dibujado de su compañía “es falsa”.

La era Facebook termina con su nombre implicado en graves casos de desinformación, discurso de odio, tráfico de seres humanos, potenciación de su capacidad adictiva en menores o incluso la acusación por parte de la ONU de haber jugado un papel en el genocidio rohingya. Con todo, su número de usuarios y sus beneficios nunca han parado de subir. La próxima década marcará si Meta y su metaverso son un punto y seguido o un punto y aparte en esas dos tendencias.