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Sobre este blog

Un resumen semanal de política internacional a cargo de nuestro responsable del área de Mundo, Alfredo Grieco y Bavio. Serán diez puntos geográficos para pensar nuestro presente cada vez. Vías de acceso a una realidad que excede por mucho las fronteras de la Argentina.

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Bye bye Boris, hullo Shinzo!

Una mujer se cubre la cara con un pañuelo de papel después de realizar un homenaje floral al ex primer ministro Shinzo Abe en el Templo Zojoji, donde se celebró un funeral familiar privado en Tokio (Japón), el lunes 11 de julio. Un ex integrante de la Marina japonesa había asesinado a Abe el viernes 8 en Nara, en el occidente de Japón, en un acto de campaña de apoyo a un candidato para el Senado del partido oficialista Liberal Demócrata.

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Sus novelas ya no se reimprimen, pero Aldous Huxley sigue siendo un novelista famoso. La posteridad editorial global y sin isquemias de este escritor inglés de la Banda del Sargento Pepper vive de la sangre de sus escritos más drogones y catequísticos. Libros de trazo grueso y letra grande como Las puertas de la percepción Cielo e infierno, Un mundo feliz y Nueva visita a un mundo feliz, fantasías sentimentales sobre el peyote y otras iluminaciones en Technicolor, o moralejas pobres en fábula, distopías ingenuas en blanco y negro futurista.

De las novelas propiamente dichas de Huxley, Aldous, en librería encontramos hoy la lista de sus títulos nomás, comprimida en las solapas biobliográficas de aquellos y otros asfixiantes bestsellers. Una vida breve del autor, hijo de Julia Arnold (una de las primeras graduadas de Oxford), nacido en 1894 cerca de Londres, muerto en 1963 demasiado cerca de Hollywood. Y un abreviado repaso de la obra, que puede incluir alguno de sus insolentes relatos del cinismo ambiente, como El joven Arquímedes, que en 1943 tradujo Leonor Acevedo, madre de Jorge Luis Borges, o alguna de sus comedias desengañadas de las costumbres británicas exhaustas, como Ciego en Gaza, que en 1945 tradujo Julio Irazusta, nacionalista argentino educado en Oxford.

Al menos dos acontecimientos extremosos, un gobernante que cae y una hambruna que crece, en dos extremos geográficos del antiguo Imperio Británico, ocurridos en las Islas Británicas y en la isla de Ceylán (hoy Sri Lanka), a las que sólo canales o estrechos separan de continentes, europeo y asiático, de los que se independizaron en un pasado reciente, evocaron esta semana la idoneidad de Huxley el novelista para sumergirnos en atmósferas cotidianas a las que la densidad de las amenazas políticas vuelven cada vez más irrespirables. Hasta que se aproxima el momento en que nos falte el aire, como sentiremos al menos una vez en cada una de las diez estaciones en las que se detiene en su giro El mundo es azul como una naranja, Newsletter Semanal de Política Internacional de elDiarioAR que hoy les llega aquí y así. 

1. Hazme el amor hasta el amanecer, y después bye bye 

En el corazón de los cientos de páginas de Contrapunto (1928), la más larga y compleja de las novelas de Aldous Huxley, late el destino de un líder político enérgico, actoral, histriónico, demagógico, elocuente, voluminoso, acrobático, clownesco, ridículo, elegante, fascistoide, querible, nacionalista popular, desconfiado de Francia y de Europa, enemigo de Rusia. Hasta que lo derriban (y asesinan), Everard Webley es movedizo, colorido, colorinche como un ave del paraíso, empenachado, chillón, vistoso, atractivo, disciplinado, incansable, desvergonzado.

El ídolo caído, tumbado en respuesta al escándalo que provocaba un ascenso tan veloz que se lo temió sin techo, era criatura estilizada,estrafalaria, desviada, y sin embargo perfectamente reconocible del sistema educativo privado formador de élites masculinas cuyo patrón, purgatorio y parnaso es el colegio Eton. El mismo al que asistió el renunciante primer ministro conservador Alexander Boris de Pfeffel Johnson, a quien el desorden de la anterior cornucopia de adjetivos derechistas le cuadra sin forzar el sentido para salvar el anacronismo. Los correligionarios de uno y otro encontraron escandaloso que figuras a las que nada parecía escandalizar en su propio accionar pudieran retener el liderazgo sin pedir perdón ni dar explicaciones por infracciones personales o de su equipo que ellos consideraban menores o irrelevantes, aunque la ley opinara que esas acciones eran inexcusables si no se presentaban excusas, y punibles si no eran buenas excusas. Bye bye Boris. 

2. No me sigas

Publicada casi un siglo atrás, la novela londinense, paródica y política de Huxley resultó más premonitoria que sus libros de anticipación más o menos científica. Contrapunto tituló su versión castellana de Point counter Point el escritor cubano Lino Novás Calvo, autor de El negrero. Una traducción más analítica, con el sentido de 'golpe a golpe', o de 'perder por puntos', prediría más gráficamente el progreso de Boris Johnson hacia su egreso del gobierno.  

La dimisión del primer ministro fue forzada por la masa creciente, hasta devenir crítica, de dirigentes en la conducción partidaria, y de correligionarios sentados en bancas conservadoras en el Parlamento, que se la pidieron una y otra vez. Y cada nueva vez en voz más hostil y más audible.

Desoír este verano del descontento oficialista se volvió imposible cuando decenas de carteras del gabinete ministerial y de integrantes del gobierno presentaban una tras otra carta de renuncia para disuadir al premier de resistir y seguir ocupando el n°10 de Downing Street. El jueves, Johnson anunció que abandonaría sede y residencia del Ejecutivo tan pronto como el Partido Conservador designara quien lo reemplace en el período que falta completar antes de las próximas elecciones generales.

3. Tengo asuntos importantes que atender

El primer ministro azuzado a una renuncia anticipada, a los 3 años y medio de gobierno y 58 de su edad, había sido elegido en 2019 con más votos que cualquier otro candidato tory en los últimos 40 años. En la carrera de Johnson, hasta ahora, cada renuncia significaba un paso hacia adelante: para ser premier, había renunciado al Foreign Office, al cargo de ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de la también conservadora Theresa May.

En el cargo, se convirtió en héroe nacionalista cuando logró firmar el acuerdo final del Brexit que independizó a Londres de Bruselas. Despúes del pico más mortífero de la pandemia, después de contagiarse y enfermerarse él también. por el coronavirus, Johnsonn cumplió con el primer programa de vacunación anti-covid completo en Europa.

4. Soy tan romántico como se puede ser

La historia de la Decadencia y Caída del Imperio Johnson se puede contar en términos de un campeonato de box que el Partido Conservador ganó por puntos. Nunca un knock-out del premier, ni siquiera subiéndose al ring a pegarle todos en patota (herd, rebaño, dijo Boris, que esa inmunidad no alcanzó). Desde luego, oficialismo tory, oposición laborista y medios progresistas contraponen a esta sordidez reduccionista un relato más inspirador, el de una reparadora rectificación de la desencaminada ética pública británica.

Según Polly Toynbee, comentarista política senior de The Guardian, el premier conservador era “un bufón, un snob, un sociópata, un egoísta egocéntrico y un mentiroso serial”. Y según esta periodista de izquierda como según parlamentarios y ministros conservadores, esa serie de mentiras se había alargado demasiado. 

5. Idealizo las pequeñas cosas

Las mentiras más resonantes, que le valieron a Boris Johnson ser el primer premier británico investigado, encontrado culpable, y condenado a pagar una multa mientras estaba en funciones, son las del llamado Partygate. El premier encubrió a su staff, que al fin del día laboral, en plena cuarentena estricta, iba a brindar y beber, y para ello compraba y llevaba alcohol, y salía del edificio de Downing Street a sus jardines. Sin distancia social (que tampoco respetaba dentro de la sede de gobierno). O el staff le hacía al jefe una fiesta sopresa para su cumpleaños cuando las reuniones festivas estaban prohibidas (y castigadas) durante la cuarentena.

La mentira irremontable, la última, la fatal para Johnson, resultó el estar al tanto, pero hacer como si no lo hubiera estado nunca, de que cada vez que Chris Pincher se emborrachaba, a este diputado conservador que el premier promovió a mayor jerarquía le resultaban tan irresistibles los genitales de otros miembros, más jóvenes, del partido Conservador, o de su propio staff, que se le iba la mano. No faltó quien apuntara que la alucinatoria persistencia de la memoria del detalle del palpado del diputado en cada pronunciamiento conservador exigiendo la renuncia de Johnson buscaba dejar bien en claro la ignorancia e inocencia del denunciante acerca de la no menos alucinante frecuencia de tales soeces incidentes en cualquier noche y en cualquier taberna del Reino Unido. Si esto es así, parece más fácil hacer caer al primer ministro de Inglaterra que conseguir que a sus acusadores les crean todo lo que dicen. 

6. Bye Bye Kate

La Jefa de Prensa de la Casa Blanca anunció que en breve -cuanto antes pueda- abandonará su trabajo. Es la segunda renuncia a un cargo de máxima importancia que sufre la administración demócrata en esa área. El jefe de gabinete Ron Klain elogió Kate Bedingfield por sus logros comunicativos. Y dejó en claro cuán grande había sido su aporte -muy decisivo- a la campaña presidencial de 2020, cuando en noviembre vencieron al republicano Donald Trump que buscaba su reelección como la buscará en el 2024. Bedingfield había sido precedida en el -muy decidido- sendero de la dimisión por la ex portavoz Jen Psaki, que desde el 1° de abril hace televisión comercial para la cadena MSNBC.

Lo que no supo decir el Jefe de Gabinete de Joe Biden, o prefirió no exponer a la luz, son los motivos de la renuncia. A nadie hace falta aclarar que los funcionarios del entero aparato de comunicación del septuagenario presidente no funcionan.

Según los sondeos, la aprobación del Ejecutivo llega al 39%, y el 85% opina que “EEUU está yendo en la dirección equivocada”. Es cierto que la impresión de que Biden no hace nada es correcta en aquellos casos en los que el Ejecutivo puede hacer poco o nada, como con respecto a controversiales fallos recientes de la Corte Suprema o las masacres de cada 4 de julio, Día de la Independencia. Corresponde al Congreso legislar la interrupción voluntaria del embarazo, el estatuto de la Agencia de Protección Ambiental cuyos poderes el Tribunal Supremo sentenció que según la ley eran más específicos a los que le atribuía Biden, y las normas que restrinjan la venta y tenencia personal de armas de fuego.

El Presidente, insisten sin embargo sus críticos dentro del partido Demócrata, se muestra siempre conmovido, indignado, e impotente. Lo cual es malo para las elecciones de medio término de este noviembre. 

7. Me revuelco entre la muchedumbre

En la red social china Xiaohongshu, la pregunta “¿Cómo se viste un funcionario comunista?” no quedó huérfana. Recibió siete millones de respuestas, que a su vez merecieron decenas de millones de comentarios y consejos adicionales. El perfil de usuario es joven y estudiante. Durante la primavera, una cuarentena severísima los mantuvo encerrados en Shanghai, y en treinta otras ciudades, incluso en la capital Pekín. Desde sus ventanas, desde las pantallas de sus móviles, esta juventud inmovilizada miraba con admiración como los dirigentes podían moverse por la ciudad, a título de inspectores.

El vestuario más adecuado para un funcionario comunista (no hay otros funcionarios) es el que se le ha visto calzar al presidente Xi Jinping cuando sale por las calles. Camperas o rompevientos grises o azules con cierre relámpago y camisa blanca transmiten respetabilidad y confiabilidad, es un tip muy mayoritario.

En 2021, las afiliaciones al Partido Comunista llegaron a la cifra récord de 95,71 millones. El virus que se conoció en Wuhan y las cuarentenas del programa 'Covid Cero' de Xi golpearon duro incluso a la economía china. Los estudiantes que en las últimas décadas aspiraban ante todo a carreras dinámicas en el sector privado cambian rumbo: en el Estado los salarios están asegurados, el empleo público siempre salva. El masculino no es de generalización gramatical: en el funcionariado y la administración de la República Popular, la presencia femenina es menos que decorativa. 

8. Soy tan audaz como se puede ser

Hasta que en la noche del jueves un ex militar cuarentón lo asesinó durante un mitin electoral, el ex premier liberal demócrata Shinzo Abe había soñado el mismo sueño. Colocar a Japón en el primer plano de la escena política internacional, imponerlo como protagonista escuchado y consultado, sustrayéndolo del papel de comparsa mudo. Durante décadas, después de la derrota de la Segunda Guerra Mundial, al Japón, sólida tercera potencia económica del mundo, sólo se lo llamaba para pagar las cuentas de cuanta empresa política y militar liderara el amigo americano.

Con 2822 días al frente del gobierno de Tokio entre 2012 y 2020, Shinzo se había convertido en el premier más longevo de la historia de Japón, un país cuya democracia principió después de las bombas atómicas que cayeron en 1945. El político asesinado mientras hacía campaña para volver a la política y a favor de su partido para las elecciones del domingo (con asegurada victoria) había logrado dejar su imagen impresa en el memoria de los otros líderes mundiales. Aun de los más recientes en ascender al poder, como Jair Messias Bolsonaro, que declaró tres días de luto nacional al conocer la noticia (es cierto que el presidente brasileño también había sido víctima de un ataque mortífero mientras hacía campaña en 2018 cuyas prolongadas secuelas padece todavía). Con su calma sonriente no había temido enfrentar a Donald Trump, que había amenazado con hacerle pagar caro también al Japón su proyecto proteccionista 'America First'.

9. Ayúdame a ser como quieras

El presidente Gabriel Boric convocó al plebiscito, de participación obligatoria en un país donde el voto es optativo, en el que Chile deberá decidir el 4 de septiembre por SÍ o por NO qué hacer con el Proyecto de Constitución que el 4 de julio firmó solemnemente la Convención Constitucional en el día de su disolución. Si gana el Apruebo, el nuevo texto sustituirá el que fue redactado 'por cuatro generales' (como dice la campaña del Apruebo), que el capitán general Augusto Pinochet plebiscitó en 1981 y que sigue hoy en vigencia.

Es sobre 178 páginas, 388 artículos permanentes, y 57 disposiciones transitorias que deberá decidirse el electorado. En el primer artículo de la Nueva Constitución, se declara a Chile “Estado social y democrático” pero también “plurinacional, intercultural y ecológico”. El documento reconoce la existencia de 11 grupos indígenas, que representan el 12,8% en una población de 19 millones de habitantes. La futura Constitución prevé un sistema de salud pública y la puesta en marcha de un proceso para restituir la tierra a las poblaciones indígenas (que el texto llama 'preexistentes').

Entretanto, Gabriel Boric es, en este punto de su gobierno (asumió en marzo), el presidente más impopular de la historia de la nueva democracia chilena recomenzada en 1989, con un récord de desaprobación. A pareja cantidad de semanas después de asumir, en 2018 su antecesor el centroderechista Sebastián Piñera, también conocía un récord -por los altos números de su aprobación. En los meses desde marzo, el peso chileno fue la segunda moneda que más se depreció en el mundo. En comparación, con un Pedro Castillo débil en la presidencia, en el mismo período el sol peruano se apreció frente al dólar.

10. Si este mundo sigue en pie (pégate a mí)

Cuarenta años después de Un mundo feliz (1932), un año antes de su muerte, Aldous Huxley publicó su larga, elaborada ficción Isla. Este último libro del autor de las islas Británicas auto-exiliado ahora en California quiso ser a la vez una utópica reversión del distópico libro anterior, un catecismo del buen uso de las drogas, una guía de la experimentación psicoldélica, una pedagogía para el buen gobierno posible en un marco limitado como el de una isla. En 1962, ya se había independizado Ceylán, modelo de la isla de de hermosas playas y benignos climas de Huxley, del Imperio Británico y su propia metrópoli isleña. La República Democrática Socialista de Sri Lanka, nombre había encontrado su eco en la ficcilonal 'Lapa' de la novela sesentista, alberga hoy 21 millones de habitantes en una superficie menor a la de San Luis (en esa provincia mediterránea argentina viven poco más de medio millón de personas).  

Al final de su didáctica novela, Huxley señala el fin del régimen ceilanés. El final viene de afuera, es un golpe militar que llega desde el otro lado de las aguas. Esta semana también ha llegado el gobierno a un punto terminal en Sri Lanka. Han cerrado las escuelas por dos semanas porque falta combustible, han suspendido la venta de carburantes para vehículos privados. El país enfrenta la peor crisis económica en décadas. Le faltan divisas. Como en otra isla, Cuba, que el lunes 11 de julio recuerda el primer aniversario de manifestaciones de protesta históricas, los años de pandemia y cuarentenas, que sifnificaron la interrupción casi total de turismo, le abrieron una herida de gravedad.

Las consecuencias de las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania amenazan causarle una asfixia mortal. También debe importar sus alimentos y medicinas, también para esto le faltan divisas. 

El presidente Gotabaya Rajapaksa pidió al presidente Vladimir Putin que Rusia “le preste” el petróleo que necesita con urgencia; le pidió también que se reanuden el tráfico aéreo y los vuelos directos que unían la capital cinalesa de Colombo y la rusa de Moscú. En mayo, Sri Lanka había comprado 90 mil toneladas de petróleo siberiano gracias a un intermediario en Dubai. Pero ya no tiene más dólares, y no puede comprar más. Los países europeos, Australia, y EEUU, ante la peor crisis del país desde su independencia en 1948. El Papa argentino y peronista pidió combustible y alimentos para Sri Lanka.

AGB

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