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La batalla de Kenia para erradicar la Mutilación Genital Femenina

(HeforShe) La hermana Teresa Nduku, responsable del centro de rescate de niñas Suguta MarMar, en el condado de Samburu.

Kamau Maichuhie

The Nation —

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El expresidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, hizo historia durante la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (CIPD) de Nairobi en 2019, cuando se comprometió a poner fin a la Mutilación Genital Femenina (MGF) para 2022. Según Unicef, alrededor de cuatro millones de niñas y mujeres han sufrido MGF en Kenia; el 21% de las niñas y mujeres de entre 15 y 49 años han sido sometidas a esta práctica.

Sin embargo, a pesar de los esfuerzos generalizados, la MGF sigue practicándose en algunas zonas de Kenia. En esos lugares, además de las complicaciones médicas derivadas de este procedimiento, también ha aumentado el número de matrimonios precoces forzados entre las jóvenes.

Pero también existen campañas de sensibilización por parte de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que tratan de llegar a hombres, ancianos e incluso a conductores de mototaxi. A continuación se exponen algunas de las iniciativas actuales más destacadas.

Campus Dialogues. La Fundación Men End FGM, una organización que presiona para que los hombres se unan a la lucha contra la MGF, ha lanzado Campus Dialogues o #TubongeNaComrades para sensibilizar a los estudiantes universitarios varones sobre los efectos dañinos de la MGF.

La sesión inaugural tuvo lugar en la Universidad de Embu en octubre de 2022, donde los estudiantes conocieron los diferentes tipos de MGF, la prevalencia de la práctica, sus efectos en las niñas y las mujeres -incluido el disfrute de las relaciones maritales- y que constituye un delito en virtud de la Ley contra la MGF de 2011. Otras sesiones han tenido lugar en escuelas técnicas y de formación profesional o son parte de programas formativos.

“Estos estudiantes gozan de mucho respeto e influencia en sus respectivas comunidades, lo que es muy importante para ayudar a ganar la guerra contra la MGF y la violencia sexual y de género”, afirma Peter Kemei, jefe de operaciones de la Fundación Men End FGM, que tiene previsto ampliar la campaña a los 22 condados de Kenia donde se sigue practicando la MGF.

Aplicación móvil Pasha. En octubre de 2022, Unicef y la Junta Anti-MGF de Kenia lanzaron Pasha, una aplicación móvil que facilita la denuncia de casos de MGF. Mediante mensajes de texto o de voz, las personas que llamen pueden ponerse en contacto con organismos oficiales, incluida la Junta Anti-MGF, que tomarán las medidas oportunas. Los usuarios pueden optar por compartir su ubicación pero de forma anónima.

La aplicación ya se está utilizando en Kuria y Samburu, dos zonas con una alta prevalencia de MGF. Bernadette Loloju, directora ejecutiva de la Junta Anti-MGF, la calificó de revolucionaria durante su intervención en la presentación de la aplicación en el condado de Samburu. “Insto a los residentes locales a hacer un buen uso de la aplicación para salvar a las niñas en peligro. Nuestras niñas se enfrentan ahora a la triple amenaza de los embarazos adolescentes, el VIH y el sida, junto con prácticas nocivas como la MGF. Todas ellas deben abordarse”.

HeForShe. Lanzada por Naciones Unidas en 2014, HeForShe es una campaña de solidaridad mundial para fomentar la igualdad de género. Pretende recabar el apoyo de los hombres hacia las mujeres y niñas para lograr la igualdad, invitando a todos los géneros a ser agentes del cambio y a actuar contra los estereotipos y comportamientos negativos. En Kenia, anima a niños y hombres a proteger a sus hermanas e hijas de las prácticas culturales dañinas como la MGF.

Los organismos estatales y no estatales utilizan cada vez más la campaña para implicar a las comunidades. Entre ellos se encuentra el Centro de Rescate Educativo de Niñas María Inmaculada de Suguta Mar-Mar, en el condado de Samburu, dirigido por la hermana Teresa Nduku, de las Hermanas Inmaculadas de Nyeri. Dice que el programa ya ha llegado a 120 niños de escuelas vecinas desde su lanzamiento en enero de 2022. “Queremos que los chicos aprendan pronto que está mal someter a una chica a la mutilación y obligarla a casarse cuando aún es una niña”. Dice que una vez que obtengan los fondos necesarios, extenderán la iniciativa por todo el condado. 

Personas mayores. Convertir a los ancianos en defensores contra la MGF es otra estrategia clave en la lucha por acabar con la MGF en Kenia. El hecho de que sean los guardianes de la cultura y decidan qué prácticas deben mantenerse hace que su apoyo sea crucial. Hasta la fecha, los ancianos de los condados de West-Pokot, Marsabit, Samburu, Elegeyo-Marakwet y Narok han denunciado la práctica y han unido sus fuerzas a las del gobierno keniano para erradicarla.

Los más destacables son los ancianos de Samburu, que el pasado marzo acordaron poner fin a la MGF y al matrimonio infantil firmando la Declaración de Kisima en presencia del expresidente Kenyatta. Los ancianos llegaron de las seis montañas sagradas de Samburu para mostrar su compromiso de luchar contra la MGF y acabar con el estigma cultural que tradicionalmente se imponía a las niñas que no se sometían al procedimiento. Este estigma ha sido uno de los motores de la MGF, pero ahora las niñas pueden negarse a la mutilación genital sin ser condenadas al ostracismo ni a la exclusión de celebraciones culturales, ritos y otras actividades. La declaración tuvo lugar en los terrenos de Kisima, un lugar sagrado entre los Samburu. 

“Debemos respetar la cultura y, al hacerlo, también debemos evaluar las prácticas que dañan a las niñas y adoptar las que son valiosas. Debemos adquirir ritos de iniciación alternativos que enseñen el respeto a los mayores y los valores de la vida sin causar daño a las niñas”, afirmó Kenyatta. 

Practicantes. El Ministerio de Servicios Públicos y Género de Kenia ha encabezado una campaña dirigida a las personas que practican la MGF ilegal con el objetivo de convertirlas en activistas contra la MGF. La estrategia incluye el Fondo de Acción Afirmativa del Gobierno Nacional (NGAAF, siglas en inglés), que les ayuda en la transición hacia otras actividades económicas. Gracias a estos esfuerzos, varios de ellos han abandonado el oficio y algunos se han manifestado en contra de la práctica en sus comunidades, en los condados de Tana River, Garissa y Marsabit.

Otros esfuerzos de divulgación se dirigen a los líderes religiosos, cuya influencia en la comunidad es un activo muy valioso, e incluso a los ‘boda boda’, conductores de mototaxi que han recibido formación para rescatar rápidamente a las niñas en peligro y denunciar los casos ante las autoridades. 

A pesar de este enfoque múltiple, Kenia está lejos de alcanzar el objetivo de Kenyatta de la erradicación total. La Encuesta Demográfica y Sanitaria de Kenia de 2022, publicada en enero por la Oficina Nacional de Estadística de Kenia, muestra que la incidencia de la MFG disminuyó un 6% durante los últimos ocho años, cifra similar a los descensos registrados en los mismos periodos desde 1998.

Uno de los mayores impedimentos para poder avanzar es la MGF transfronteriza, en la que padres y ancianos se llevan a las niñas a países vecinos para evitar el procesamiento, que conlleva una pena mínima de tres años de prisión y una multa de 200.000 chelines kenianos (1.600 U$D).

Loloju afirma que la MGF está muy extendida en algunos de estos países, lo que a su vez obstaculiza el progreso en Kenia. “La MGF transfronteriza es real, pero mi equipo, junto con las agencias de seguridad, está sobre el terreno para garantizar que la frontera sea segura”, afirma Loloju. 

Domitila Chesang', directora de la Fundación I-Am Response, una organización que lucha contra la MGF y los matrimonios infantiles en la región keniana de Pokot Occidental, afirma que las prácticas transfronterizas están muy extendidas en la zona. “La única forma de eliminar la MGF transfronteriza es instalar comisarías de policía en los puntos fronterizos. Estas comisarías también deben tener oficinas específicas para tratar los casos relacionados con la violencia de género”, afirma. También culpa a la mala red de carreteras de dificultar una vigilancia adecuada.

Kenia y otros cuatro países de África Oriental (Uganda, Tanzania, Etiopía y Somalia) han aprobado un plan regional para eliminar la MGF transfronteriza, pero será una ardua batalla dada la prevalencia de la práctica en estos países (que oscila entre el 0,3% en Uganda y el 98% en Etiopía). Según Unicef, estos cinco países representan alrededor del 25% (48,5 millones) de las niñas y mujeres circuncidadas en todo el mundo.

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