Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
ANÁLISIS

Colón, indiscutible campeón en estos tiempos de tribunas vacías

El festejo de los jugadores de Colón. De fondo, las tribunas vacías.

0

Mientras Carlos Tevez anunciaba su retiro de Boca y en medio de una fecha de Eliminatorias, Colón y Racing jugaron la final de la Copa de la Liga en San Juan. En la previa, el candidato obvio era Colón. Es que Racing nunca exhibió un funcionamiento colectivo categórico e, incluso, durante el semestre, atravesó algunas crisis, en especial después de perder 5 a 0 con River por la Supercopa Argentina. Sus mejores resultados partieron de un sacrificio integral pero basado más que nada en las diferentes facetas de sus individualidades: el esfuerzo de Enzo Copetti, el repentismo de Tomás Chancalay o la jerarquía de sus jugadores más veteranos, como Darío Cvitanich o Ignacio Piatti.

Colón, mientras tanto, se destacó como el equipo más regular de la Copa, de hecho, tal vez el único que llegó a establecer una línea de juego que se fue profundizando a medida que pasaban las fechas. Un buen indicio de su campaña es el partido que pierde, 3 a 2, frente a River: aun así dejó una buena imagen, salió a jugarle de igual a igual cuando los rivales (entre ellos Racing) se habituaron a esperar a los de Marcelo Gallardo atrás, en bloque.

Los primeros 45 minutos comprobaron los prejuicios. Colón salió a jugar como siempre y, aunque no tuvo llegadas de gol claras, manejó el partido con soltura. El reconocimiento al Pulga Rodríguez tal vez dejé en un segundo plano a Rodrigo Aliendro, Christian Bernardi y, sobre todo, Federico Lértora, mediocampista central con muy buena distribución y que mantuvo el nivel desde que empezó la Copa. Racing enarbolaba la bandera de la garra, pero le costaba dar más de 3 pases seguidos. Cuando terminaba el primer tiempo, una habilitación de Chancalay, lo dejó a Piatti en posición de gol, pero Gonzalo Piovi le robó la pelota. Todo había partido de un contraataque. Ése era la hipótesis más segura para que Racing lastimara a Colón.

El segundo tiempo premió la solidez de los volantes de Colón, también el trabajo de su entrenador, Eduardo Domínguez. A los 13, Aliendro, tras centro de Facundo Mura, puso el 1 a 0. A los 27, Bernardi, tras una pared exquisita con Nicolás Leguizamón, definió frente a Gastón Gómez picándola, por arriba. A los 40, Alexis Castro, otro baluarte, selló la goleada. Antes, a los 16, había salido la Pulga, lesionado, y Cristian Ferreyra, a préstamo de River, se hizo cargo del equipo.

Racing nunca encontró la forma de llegar al arco de Leonardo Burián. Fue un equipo voluntarioso, como demostró en los peores momentos de la era Pizzi, pero salvo los intentos aislados de Leonel Miranda o Chancalay, prácticamente volvió a no generar jugadas de gol, como en la semifinal. De todos modos sigue en la Copa Libertadores y llegó a la final del torneo local, ganándole a Independiente, San Lorenzo y Boca (por penales). Claro que en la final se encontró con un oponente que no perdonó ninguna de sus limitaciones.

El primer título de Colón en Primera División es un acto de justicia irrefutable. Salvo un bajón entendible al finalizar la primera fase, y un partido algo oscilante ante Talleres en Cuartos, Colón nunca se perdió en el camino. La actuación en la final tiene más mérito porque venía a refrendar todo lo bueno que había hecho el equipo desde marzo. En cada una de sus líneas, hubo figuras destacadas: en el arco, Burián supo aparecer cuando se lo requirió; en defensa, Paolo Goltz no estuvo en los últimos partidos pero fue importante atrás, al igual que el lateral Mura, Piovi y Rafael Delgado. En realidad es difícil encontrar un jugador que no haya estado a la altura. El mediocampo fue la clave del éxito, con la figura omnipresente del Pulga Rodríguez, un distinto que no se lució tanto en el último tramo, pero que hace de cada una de sus intervenciones el pasaje a un fútbol en extinción. 

En medio de un panorama enrarecido por la pandemia, y el contexto insólito de las tribunas vacías, el equipo de Domínguez sobresalió por su apuesta por el juego ofensivo y el nivel parejo de buena parte de su plantel. Fue la feliz excepción de un torneo en el que el fútbol argentino no dio muchas señales de vida. El título, además, le aseguró un lugar en la Copa Libertadores del 2022.

MZ

Etiquetas
stats