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Entrevista

Emmanuel Álvarez Agis: “El Fondo se tiene que hacer cargo de su error y darle fondos frescos a Argentina”

Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía.

Alejandro Rebossio

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El economista Emmanuel Álvarez Agis consideró que el Fondo Monetario Internacional (FMI) “se tiene que hacer cargo de su error” y por eso tendrá que garantizarle fondos frescos a Argentina para lograr el equilibrio fiscal. “Hoy, por culpa del Fondo, Argentina no tiene acceso a los mercados”, aseguró el exviceministro de Economía y director de PxQ Consultora en una nueva charla en la redacción de elDiarioAR.

Además dijo que cree que después de las PASO del domingo no ocurrirá lo mismo que en 2019 y que si alguna sorpresa afecta a los mercados, la autoridad monetaria va a reaccionar. “Creo que hoy Argentina está un poco aislada de esos movimientos y me parece que esos movimientos no son tan importantes para el corto plazo”, señaló en la conversación, que fue transmitida en vivo por YouTube, y en la que también habló de subsidios y de cómo la situación de inestabilidad en Brasil afecta a la Argentina.

¿Hay salida? Esa es la gran pregunta que uno se hace a largo plazo, después de décadas de varias frustraciones económicas en el país. Y la pregunta más de corto plazo es ¿qué va a pasar el lunes? Porque la última vez que los argentinos fuimos a unas PASO el día siguiente hubo un tembladeral, por eso la gente se pregunta qué va a pasar con la economía y el dólar después de las PASO.

Arranquemos por lo cortito, por lo mezquino que tiene Argentina, de que estás discutiendo de una semana para la otra. Uno está tan metido en esta dinámica que no se da cuenta de que discutir de acá a una semana es una completa anomalía. Creo que la situación es distinta básicamente por dos factores. El primer factor es que en las PASO de 2019 Argentina era una economía que estaba completamente abierta en el sentido financiero del término, completamente abierta al flujo de entrada y de salida de capitales internacionales. Y algunas operaciones de corto plazo, especulativas, algunas especulaciones respecto a las encuestas y demás dieron lugar a que el mercado pensara que había con certeza un triunfo de Macri. Quién les gusta más y quién les gusta menos está en segundo lugar para los mercados; en primer lugar está algo que es una máxima de los mercados, que es que no les gustan las sorpresas y el resultado de las PASO fue una sorpresa.

El segundo factor que explica lo que pasó es que el entonces presidente Macri dio una conferencia de prensa el domingo la noche y que el lunes a la mañana la política del Banco Central fue dejar que pase lo que tenga que pasar, o sea, no intervenir en el mercado. Entonces la salida de capitales hizo que el dólar se moviera a 15 mangos en poquitos días. Creo que hoy la situación es distinta, no porque no puede haber una sorpresa electoral, porque ir a votar después de una pandemia puede ser una sorpresa para cualquier lado, de hecho, vimos en la región muchos gobiernos que fueron a votar con la población toda encerrada y eso fue muy negativo para los oficialismos. Me parece que a Alberto Fernández hay que pensarlo un poco distinto, porque va a votar con la gente con la mayor libertad desde que llegó la pandemia, no con normalidad, pero con la mayor libertad de movimiento desde que llegó la pandemia. Para mí el factor muy distinto es que en este caso tenemos un Banco Central que no cree que el dólar tenga que flotar libremente. Si hay alguna sorpresa que afecta a los mercados, me parece que la autoridad monetaria va a reaccionar y eso siempre le pone un límite al lío que puede haber. El lío dependerá de la sorpresa electoral y ahí es un poco paradójico, porque las especulaciones son que si al Gobierno le va mal, eso sería bueno para el mercado. Y paradójicamente, si al Gobierno le va bien, eso sería malo para el mercado. Francamente, creo que hoy Argentina está un poco aislada de esos movimientos y me parece que esos movimientos no son tan importantes para el corto plazo, con lo cual podemos estar apenitas más tranquilos a largo plazo.

Sobre lo de largo plazo, me parece que es un poco más difícil de responder, sobre todo porque tenemos que entender qué va a salir de la discusión más insólita de la historia con el Fondo Monetario. Argentina tiene un acuerdo con el Fondo muy exótico, muy grande, que además viene de una discusión donde el Fondo, para variar, equivocó el diagnóstico con Argentina y me parece que ahí hay mucha incertidumbre respecto de qué posición va a tener el Gobierno respecto a la discusión con el Fondo, pero también qué posición va a tener el Fondo después del lío que tuvo la economía argentina en 2018-2019 de la mano del acuerdo con el Fondo.

Vos decías que si hay un resultado negativo para el Frente de Todos, el mercado puede reaccionar festejando. Pero ¿podría darse el caso de que, si se da esto, el mercado no reaccione festejando porque tema que haya una radicalización del gobierno y entonces más que festejar, entre en pánico? Y además, ¿en qué medida un mal resultado electoral para el gobierno podría hacer que esté en juego el cargo de Martín Guzmán como ministro de Economía o de otros miembros del gabinete?

Primer punto, para poner las cosas en su lugar. La verdad que el mercado suele equivocarse. Se equivocó feo, por ejemplo, con Argentina en 2017, donde muchos inversores pensaban que las compañías valían el doble de lo que finalmente terminaron valiendo, simplemente porque ganaba un gobierno. Había un montón de correcciones para hacer, había un montón de cosas en la economía argentina que funcionaban mal, pero un simple resultado electoral parecía que hacía que una compañía que produce alimentos en Argentina valía el triple si ganaba Macri que si perdía Macri. Si hay algo que son los mercados, y lo aprendimos los economistas a fuerza de ver burbujas pincharse, es que los mercados son irracionales. A mí el diagnóstico del mercado o la reacción del mercado de cara a las elecciones me parece que no dice nada sobre el futuro de la economía argentina, lo que sí pasa es que muchas veces esa irracionalidad se te filtra en la economía real y te genera efectos negativos. La responsabilidad de un Banco central cuando pasan esas cosas es meterse y darle cierta contención al mercado.

A mí la reacción del mercado de cara a las elecciones me parece que no dice nada sobre el futuro de la economía argentina, lo que sí pasa es que muchas veces esa irracionalidad se te filtra en la economía real y te genera efectos negativos.

Respecto a la figura del ministro o de los posibles cambios de gabinete, creo que hay algo que para mí fue muy significativo respecto a las dudas que suelen ponerse respecto del rumbo que quiere tener el Gobierno de Alberto Fernández, y sobre todo la coalición del Frente de Todos, que es muy novedosa para la política argentina. En el anuncio de los candidatos hace unas semanas, lo principal que escuché fue a la vicepresidenta contando una charla que tuvo con el presidente, donde los dos se quejaban de que no iban a poder, como cualquier país del mundo, usar el dinero que el Fondo Monetario está emitiendo a lo largo y a lo ancho del mundo para recomponer la economía después del Covid, porque lo iban a tener que usar para pagarle al Fondo. Eso es un acto de absoluta racionalidad económica y además, según mi interpretación política, al anunciarlo al momento en que uno anuncia a los candidatos a una elección, el mensaje es que en una campaña se dicen muchas cosas, pero hay ciertas definiciones del Frente de Todos que no se discuten. Esto es, el FdT ha definido que no va a entrar en default con el Fondo, por más que le cueste no poder hacer política económica, y no solo para recomponer la economía post-Covid, sino también para que la economía llegue un poquito mejor a la elección, que es algo que en general hacen todos los gobiernos de todos los colores. Supongamos que el día después de la elección el gobierno efectivamente decide cambiar al ministro. Yo no veo que ese cambio de ministro signifique que va a cambiar su decisión respecto al Fondo Monetario. Podrá venir un ministro distinto, con más pericia, con menos pericia, con ciertas definiciones distintas, con un estilo distinto. O tal vez no. Tal vez será el mismo Guzmán. Me parece que hay algunas direcciones que el gobierno se ha encargado de señalizar que no espero que cambien, sea cual sea el resultado electoral.

En el caso de una victoria del Frente de Todos el domingo, ¿pensás que eso relaja las tensiones y obliga al gobierno a no tener que accionar ninguna medida adicional para en dos meses remontar ese resultado? ¿Pensás que eso tranquiliza la economía, como diría Guzmán, que le gusta decir que hay que tranquilizar la economía?

Una cosa que me preocupa, más allá de mi actividad profesional como economista: la verdad que el domingo se eligen diputados y senadores. No menos, pero no más que eso. Cuando escucho al presidente Macri decir “si pierden, se van”, la verdad que no me gusta. Puede haber querido decir otra cosa, no quiero cargar las tintas sobre eso, pero se eligen diputados y senadores. Si a Alberto Fernández le va mal, tendrá que negociar mejor sus proyectos en el Parlamento. Y si a Alberto Fernández le va bien, tendrá más facilidad para enviar proyectos al Parlamento. Nadie está previendo que la elección genere un cambio sustantivo del equilibrio de fuerzas que tiene Argentina hoy en el Parlamento y en la realidad, porque lo cierto es que la elección de 2019 terminó saliendo 49% a 40%, es una ventaja importante, pero nadie arrasó en la elección. Si uno lo mira un poquito desapasionadamente, vemos que veníamos con una crisis macroeconómica fuerte en 2018 y 2019, una crisis de deuda que después se transforma en una crisis macroeconómica. En ese marco, Alberto Fernández promete una serie de cambios en la economía que básicamente venían a recomponer dos cosas: el empleo y el poder adquisitivo del salario. Cae la pandemia y todo ese programa se transforma en conseguir vacunas, quedarnos en casa, armar camas de terapia intensiva, etc. Vos me decís ¿objetivamente fue culpa Alberto Fernández? Yo soy de los que piensan que el mejor equipo de los últimos 50 años o el peor equipo de los últimos 50 años más o menos te sacaban este resultado económico que tuvimos hoy, porque la pandemia es una cosa enorme. Lo que sí creo es que si Alberto Fernández gana la elección de medio término, eso sí sería una sorpresa. ¿Por qué? Porque en general, el FdT no tiene una historia de ganar las elecciones de medio término.

Hay que ir al 2005...

Claro. Segundo, en las elecciones de medio término en general la gente se permite acomodar el Parlamento un poco más balanceado para que los oficialismos no tomen impulso. Y tercero, te cayó una pandemia hace 10 minutos. Si gana la elección, la verdad, chapó para Alberto Fernández y para el Frente de Todos. A mí el resultado que me sorprendería francamente sería ése, porque querría decir que nuestra sociedad, que viene muy golpeada, tiene incluso la paciencia, la parsimonia para decir “bueno, pucha, viene una pandemia, tampoco es culpa de Macri y tampoco culpa de Alberto Fernández”. Me parece que en estas épocas donde los encuestadores se equivocan acá y en el Brexit, anticipar el resultado de elecciones me parece un acto de irresponsabilidad.

Después de las elecciones viene la negociación con el Fondo Monetario Internacional. Si se llega a un acuerdo, va a ser un acuerdo por, en principio, diez años. ¿Cómo pueden ser eso diez años futuros?

Va a depender de lo que acordemos con el Fondo, que para los macroeconomistas es muy importante, porque básicamente te explica cómo va a manejar el gobierno la economía. Acordate que el día que Macri firmó con el Fondo fue el principio del fin. O sea, a algunos le parece paradójico, a los que estamos acostumbrados a estudiar este tipo de acuerdo, en lo absoluto. Te diría que la economía argentina no cambió estructuralmente respecto de marzo de 2018, que es cuando Macri acuerda con el Fondo. El primer ejercicio lógico para hacer es decir que si hacemos lo mismo en una economía que es más o menos igual, pero que encima está peor, porque tiene dos años de crisis y una pandemia, obviamente va a salir horrible. ¿Qué es hacer lo mismo? Recordemos que el acuerdo con el Fondo de la segunda mitad del gobierno de Cambiemos implicaba básicamente dos reglas: flotación libre del tipo de cambio y ajuste fiscal de shock. En el entendimiento de que eso iba a bajar la inflación y recuperar la economía. Hizo lo inverso, metió inflación de 52 puntos y generó dos años consecutivos de recesión. Vamos a empezar a descartar escenarios malos. Si el acuerdo con el Fondo no viene con libre flotación del tipo de cambio y no viene con shock fiscal, arrancamos bien. Si no viene con shock fiscal, el FMI dirá que se vaya convergiendo a un equilibrio fiscal de a poco, lo que el ministro llama gradualismo fiscal. La pregunta es quién pone la plata para converger gradualmente al equilibrio. Ahí es donde yo creo que el Fondo se tiene que hacer cargo de su error y tiene que darle fondos frescos a Argentina, porque hoy, por culpa del Fondo, Argentina no tiene acceso a los mercados. Fijate que no estoy diciendo culpa de Macri, no estoy diciendo culpa de Alberto, estoy diciendo que es culpa del Fondo.

Creo que el Fondo se tiene que hacer cargo de su error y tiene que darle fondos frescos a Argentina, porque hoy, por culpa del Fondo, Argentina no tiene acceso a los mercados.

¿Por qué es culpa del Fondo? 

Vos sabés que cuando vas al Fondo le pedís dos cosas: le pedís plata y le pedís un programa económico para usar bien esa plata. El programa económico que nos dio el fondo fue un desastre. Creo que paradójicamente el gobierno de Macri en algunos momentos se puso a la derecha del programa al fondo y eso fue también muy perjudicial. La primera vez que el Fondo discute con Macri, en mayo del 2018, el Fondo recomienda poner retenciones y Macri dice que no. Tarda hasta septiembre de 2018 en restituir las retenciones. Producto de esa mala administración de la economía argentina hoy Argentina no tiene acceso al financiamiento externo y el mercado de capitales internos es todavía muy chico como para poder financiar un déficit fiscal hasta que Argentina pueda volver al equilibrio en tres o cuatro años. Me parece que ahí tenemos dos opciones: o emitimos para financiar ese déficit fiscal o el Fondo nos financia una parte de ese déficit fiscal con dólares. Yo soy de los que piensan que hay que tomar esta segunda opción, porque no está mal per se tomar plata prestada con el fondo, está mal si tomás la plata prestada y la regalás, como se hizo en 2018/2019. Vos hoy tenés un control de cambios, estás seguro de que esa plata no la vas a malvender, no la vas a regalar, creo que sería un factor de estabilidad adicional que hoy la economía está necesitando.

Si necesitás una economía diferente, ¿qué cambios estructurales pensás que va a conceder el Gobierno en el acuerdo con el FMI? Porque, por lo que tengo entendido, el FMI va a hablar de flexibilizar un poco el cepo cambiario, no eliminarlo, ir a hacia un equilibrio fiscal paulatino, hacer alguna reforma tributaria pro inversión y también un cambio de las reglas laborales. No sé si se terminará haciendo, pero ¿qué pensás que ocurrirá?

Dejame ir a algo más sencillo y más tangible. Argentina este año se va a gastar U$S 12.000 millones en subsidiar la luz, el gas y el transporte a todos, a vos, a mí, a una persona pobre, a una persona súper rica. Y el gobierno va a invertir en hacer casas, en hacer rutas, la inversión pública, va a ser de U$S 4.000 millones. Creo que hay que bajar los subsidios a la mitad, ahorrarte U$S 6.000 millones y de esos U$S 6.000 millones mandar U$S 3.000 millones a obra pública. De esa manera vamos a hacer más asfalto cobrándome la luz más cara a mi. Vamos a hacer más viviendas para los que no tienen plata cobrándome el gas más caro a mí, y me parece que eso es de una absoluta justicia distributiva. Yo no estoy diciendo subirle la luz, subirle el gas, subir el transporte al 40% de los argentinos que están abajo de la línea de pobreza. Me parece que eso en esta situación es imposible de pensar. Dejame confesarte un pecado: ¿viste que con esto del Covid hay que tener ventilación cruzada en los ambientes? Acá, en mi oficina, tenemos todas las ventanas abiertas, la gente está en su oficina con la distancia, con el aforo, pero hace frío..

Prenden la calefacción a lo loco...

 Más vale, tenemos la ventana abierta y la calefacción prendida. Y ¿sabés que? No me conmuevo cuando llega la factura a fin de mes y eso está mal. Yo no quiero apostar a mi patriotismo para sacar a la Argentina adelante. Quiero apostar, como decía Schmidt, a mi avaricia. Quiero que me salga caro eso y no quiero que me salga caro para pagarle la deuda al Fondo, quiero que me salga caro para que le hagamos red de gas a un chaqueño que no tiene gas desde que Argentina se llama Argentina. Me parece que ese es el cambio de composición del gasto, que para mí sería un cambio estructural, para mí no es una cosa menor. Creo que si Argentina lograra hacer eso bien calibrado, profesionalmente, ordenadamente, que sería mejor para todos al final del día.

Creo que hay que bajar los subsidios a la mitad, ahorrarte U$S 6.000 millones y mandar U$S 3.000 millones a obra pública. De esa manera vamos a hacer más asfalto cobrándome la luz más cara a mi y me parece que eso es de una absoluta justicia distributiva.

¿Y creés que eso lo va a hacer el Frente de Todos? Porque ya tuvo discusiones y por ahora no prevaleció esa postura y vos conocés a los actores porque estuviste en un gobierno integrado por ellos.

Me parece que todos vimos que el Frente de Todos durante, sobre todo en un año pandemia, tuvo algunos problemas de funcionamiento. Quiero ser bien claro con esto: no es que cuando yo estaba en el gobierno las discusiones eran amables, estábamos todos en una mesa, estábamos de acuerdo, nos abrazábamos. Eran descarnadas, porque genuinamente creo que cuando tenés un desacuerdo político con una persona los dos piensan que están haciendo algo para mejorar las condiciones del país. Lo que pasa es que no están de acuerdo en el caminito para hacer eso. La diferencia, por lo menos de cuando a mí me tocó pasar por la función pública, es que esas discusiones ahora salen por ahí. Vos decías: “Me contaron en off que parece que Emmanuel está en desacuerdo con Fulano en una reunión”, pero eran trascendidos. Ahora yo veo a los protagonistas por televisión diciendo esas cosas. Hoy, lo que deseo, es que se estén matando en la discusión de subsidios, pero en cuatro paredes, y que cuando lleguen a un acuerdo salgan y nos cuenten a los argentinos cuál es el rumbo. Es sano que en un gobierno haya muchas posiciones, lo que no es sano es, como siempre digo yo, que vos te enteres cómo hacen el arroz con pollo en el restaurant donde vas a comer. Si te enterás cómo lo hacen, no lo comés, pero la verdad que no se murió nadie comiendo arroz con pollo sin ver cómo se hace.

Justo hoy era la marcha de Bolsonaro en Brasil, ¿la situación de inestabilidad política en Brasil puede tener algún impacto en la economía argentina?

Es muy importante y muy preocupante para Argentina. Si vos mirás las perspectivas de crecimiento de nuestros socios comerciales, Brasil es la única economía que no tiene perspectivas de crecimiento tan fuerte como con el resto. Y eso afecta mucho, por ejemplo, al sector automotriz, que trata de balancear los dólares que consigue contra los dólares que necesita, básicamente vendiéndole a México y Brasil. Y la verdad que el mercado interno de Brasil no está empujando la salida de la pandemia y eso nos complica mucho la situación. Sinceramente creo que, desde el punto de vista económico, a Brasil le cuesta poco salir de la pandemia, creo que puede salir muy fuerte la pandemia, pero que el problema para el arranque de Brasil es más político que económico. Y además me preocupa mucho que el gigante de la región esté atravesando esta inestabilidad política, porque es una situación insólita y es un problema para Argentina y para toda la región. Un Brasil vulnerando las reglas de la democracia es una situación que en el pasado reciente nunca vimos. Y además, Bolsonaro es una cosa muy exótica.

El problema para el arranque de Brasil es más político que económico. Me preocupa mucho que el gigante de la región esté atravesando esta inestabilidad política, porque es una situación insólita y un problema para Argentina y para toda la región.

En una campaña electoral en la que hubo desde un Milei diciendo que hay que eliminar el Banco Central o en la que se dijo que el gobierno de Macri se había endeudado menos que el de Cristina y Alberto ¿Cuáles son los principales disparates que escuchaste en esta campaña en el ámbito económico?

No conozco una economía que no tenga un Banco Central. Entiendo que en campaña a veces es medio Titanes en el ring, hacemos de cuenta que nos peleamos y cada uno ve qué es lo más inflamado que puede decir, pero creo que no ayuda. Estaría bueno discutir cosas más concretas. Y después discutir que Alberto o Cristina emitieron más deuda que Macri, si tenés ganas, discutimos si el agua moja. Pero la crisis de Macri fue una crisis de deuda y es un gobierno que se pasó 10 años diciendo que el kirchnerismo no podía emitir deuda porque estaba afuera de los mercados y de repente entra una campaña política y nos cuentan que al final sí había emitido un montón de deuda. Después el tecnicismo para torturar a los números y hacerlos decir lo que vos querés decir, eso lo sabemos hacer todos y es hacer campaña. A mí esa discusión, la verdad, no me interesa. Macri la chocó con la deuda. Me parece que tiene que acusar recibo, pensar qué debería ser distinto si las urnas le dan el ok, pero además me parece una discusión poco fructífera, porque no vamos a discutir el programa económico de Macri gobernando el domingo, vamos a discutir quién discute proyectos en un Parlamento. A mí me hubiese gustado discutir proyectos, pero lamentablemente es una campaña muy rara, es una situación muy rara y sinceramente creo que que a veces la política tiene la obligación de levantar la vara. En esta campaña no la levantó, creo que la bajó. Ojalá que pase la campaña y relajemos un poco todas las declaraciones y vayamos a discutir algo concreto del Parlamento. Tenemos este quilombo, se llama U$S 47.000 millones de deuda con el FMI. ¿Qué hacemos? ¿Cómo lo resolvemos? Tenemos cientos de tipos ahí a los que les pagamos el sueldo para que discutan eso. Estaría bueno que esa discusión se dé de manera seria y profesional.

¿De dónde creés que podemos obtener los dólares, además de la agroindustria, para decirle al Fondo que vamos a recomponer reservas, pensar en bajar la brecha y pagar la deuda? Vos dijiste el tema de fondos del propio Fondo...

Argentina tiene perspectivas espectaculares en la agroindustria, el sector automotriz tiene mucho para crecer y me parece que el Ministerio de Producción está haciendo un buen trabajo, las exportaciones de autos están creciendo. Me parece que hay muy buenos proyectos de minería que nos pueden traer muchos dólares. Petróleo y gas: eso está andando bárbaro y espero que sigan andando mejor en el futuro. Pero también tenemos una enorme oportunidad de venderle al mundo servicios con alto valor agregado y creo que ahí la ley de conocimiento es un paso adelante importante, pero ahora hay que sacar el agua, que es la que nos está tapando un poquito la brecha. Me parece que Argentina tiene cuatro, cinco o seis sectores, carne es otro donde tenemos esta tensión obvia entre el mercado interno y el mercado externo. Creo que hay que solucionarla cortando la vaca al medio, la mitad para dentro, de la mitad para afuera. Pero a mí lo que me pone optimista es que creo que hoy no es prenderle una vela a la soja. Creo que hoy tenemos 5 o 6 sectores que realmente tienen muy buenas perspectivas por adelante. Y hay que ordenar la macro, aunque con ordenar la macro no alcanza, pero sin ordenar la macro muy difícil.

AR/CB

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