Empresarios más ricos, trabajadores más pobres: en cinco años los asalariados perdieron 9 puntos de participación en la riqueza
Es un dato indigerible para un gobierno que se autodefine “nacional y popular”, advierten los investigadores Pablo Manzanelli, Leandro Amoretti y Eduardo Basualdo. En los primeros dos años del Frente de Todos, la participación de los trabajadores en el total de riqueza generada se redujo, al tiempo que incrementó la porción en manos del empresariado.
Así lo señala un informe que elaboraron en el marco del Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra) y el área de Economía y Tecnología del Flacso y que, en un análisis que es también cualitativo, identifica a ese dato como el núcleo central del conflicto interno de la coalición gobernante.
El documento analiza el gobierno de Cambiemos, a partir de 2016, y la primera mitad de la gestión del Frente de Todos. Muestra que entre los extremos (2016 - 2021) hay un incremento muy significativo en la participación relativa de los empresarios, de 7 puntos porcentuales, sobre el “valor agregado total” (que podría asociarse al PBI o la riqueza total del país). La porción de los empresarios pasó de representar el 40,2% de la torta al 47%.
En contraposición, la participación relativa de los asalariados registrados y no registrados desciende en casi 9 puntos: del 52% al 43%. La mayor pérdida se concretó durante el Gobierno actual, contribuyendo a un saldo final en el que la relación de fuerzas se invierte respecto de cómo estaba en 2016.
Si se suma en el cálculo a los cuentapropistas, que son el tercer universo del reparto, la caída de la participación de los trabajadores en su conjunto se mitiga un poco, dado que aquellos mejoraron su participación relativa en prácticamente dos puntos. Pasaron de 11,4% a 13,5%. Esto último se explica por los cambios del mercado de trabajo y el crecimiento de las formas de empleo autogestionado; de los técnicos o profesionales independientes a los choferes de Uber o los repartidores de apps de delivery.
¿La situación de los trabajadores es consistente con la trayectoria del crecimiento general de la economía? El documento muestra que no. Luego de un atenuado incremento entre 2016 y el año electoral del 2017 (casi el 3%), el valor agregado total empieza a caer y no para hasta 2021, cuando viene la recuperación post pandemia. En efecto, en 2021 crece significativamente y supera incluso el 10%, pero eso no se refleja en la situación de los asalariados registrados y no registrados; si bien sus ingresos se elevan también entre 2016 y 2017 posteriormente se reducen sistemáticamente, incluso en el 2021. Por eso el informe habla de una “reactivación con regresión distributiva”.
En otras palabras: los trabajadores asalariados perdieron cuando se achicó la economía del país, pero también cuando recuperó el ritmo de crecimiento. En contraposición, el excedente empresario sí se incrementó notablemente en 2021, momento en que alcanza el valor mayor de la serie.
Pablo Manzanelli señala que en ese resultado se puede rastrear “el corazón de las internas en el frente de todos”. “Que no haya aumentado la participación de los trabajadores con el crecimiento de 2021 es porque con la aceleración de la inflación los salarios fueron a la baja”, explica a elDiarioAR. “Ahí el Gobierno hizo poco para actualizar los salarios y para controlar precios, es decir, no desplegó todas sus herramientas para incidir en la puja distributiva”.
La vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner tiene muy presente este escenario y en un discurso que dio en Avellaneda, en junio pasado, se refirió explícitamente a este tema. Recordó un acto de diciembre de 2020 en el que habló Sergio Massa y anunció que en el año 2021 iba a haber un crecimiento de la economía. “Y claro que iba a haber un crecimiento de la economía. ¿Se acuerdan lo que yo dije cuando me tocó hacer uso de la palabra? Que ese crecimiento no se lo lleven tres o cuatro vivos; que había que alinear precios, sobre todo de los alimentos, salarios, jubilaciones, tarifas”.
A nivel sectorial, el informe detecta que la industria y el comercio son los sectores en los que se puso de manifiesto una mayor recuperación de los márgenes de ganancia. En el caso industrial el “excedente de explotación” subió del 36,3% del valor agregado al 51,8% entre 2017 y 2021: una recomposición inédita de 15,5 puntos porcentuales. En ese mismo período el excedente apropiado por los empresarios que operan en el comercio mayorista y minorista aumentó del 38,5% al 46,8% (8,2 puntos porcentuales de ascenso), en tanto que en el resto de las actividades el incremento fue del 39,7% al 45,5% (5,8 puntos).
Esto se explica sobre todo por los grupos económicos integrados vertical u horizontalmente, que actúan en diversas actividades simultáneamente como es el caso de la industria y el comercio. Además, el documento identifica una conexión entre esa recomposición sectorial de los niveles de rentabilidad y la evolución de los precios. “Esa relación fue directamente proporcional; fue en la industria y el comercio donde se advierte un mayor incremento de los precios de producción respecto a la evolución de los precios del resto de las actividades económicas”, detalla.
El informe concluye que los gobiernos que se autodefinen como “nacionales y populares” toman el poder adquisitivo de los trabajadores como un indicador central del crecimiento económico (a diferencia de los gobiernos simplemente “nacionales” que le dan mayor importancia al rol del capital). Por eso habla de la existencia de una “contradicción” estructural en el Frente de Todos, que “constituye la base de los enconados debates internos en la coalición de Gobierno”.
DT/MG
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