La inflación de febrero fue de 3,6% y complica la meta del Gobierno

La inflación de febrero fue de 3,6% según informó este jueves el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), lo que muestra una desaceleración respecto de los dos meses anteriores, en los que el indicador marcó 4%. Si bien en ese aspecto se trata de un dato positivo, el resultado sigue arrastrando una tendencia preocupante: la suba del precios de alimentos fue de 3,8% y se mantuvo por encima del promedio general, aunque la brecha entre ambos números se redujo impulsada por los acuerdos de precios en supermercados.

De acuerdo con el informe publicado este jueves, la inflación interanual fue de 40,7% y acumuló 7,8% sólo en los primeros dos meses de 2021, lo que complica la meta del ministro de Economía, Martín Guzmán, de cerrar el año en el orden del 29% anual. “El objetivo oficial parece muy difícil: debería acumular poco menos del 20%, es decir, menos de 2% mensual en los próximos 10 meses”, sostuvo Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina. Señala que el dato de 3,6% sigue siendo alto y para graficarlo menciona que, anualizado, resultaría en una inflación anual en torno al 40%. 

Como puntos relevantes del informe de febrero, el economista marcó los aumentos muy moderados en los rubros de comunicaciones (1,8%) —esperable, en este caso, por la vuelta atrás con los recargos cobrados en exceso en enero— y educación (0,1%), que podrían generar un rebote más adelante. “Lo  más probable es que en marzo la inflación se vuelva a acelerar y se ubique más cerca del 4% que del 3%”, apuntó Rajnerman. 

El aumento más pronunciado de febrero estuvo en el rubro de restaurantes y hoteles (5,4%), impulsado sobre todo por incrementos observados en restaurantes, bares y casas de comidas, y parcialmente compensado por bajas en servicios de alojamiento. El dato habla, de algún modo, de una intención de los gastronómicos de recuperar parte de lo perdido en los largos meses de inactividad. 

También se registraron alzas marcadas en la división transporte (4,8%), que obedeció principalmente a subas en la adquisición de vehículos y en combustibles. En el caso del aumento de equipamiento y mantenimiento del hogar (4,6%), incidieron incrementos en artefactos grandes para el hogar, bienes no durables para el hogar y servicios domésticos y para el hogar, según detalló el Indec. 

En enero la inflación había marcado 4%, mismo valor que en diciembre pasado, momento en que tocó su mayor pico de aumento intermensual en el año. De hecho, es un número que no se veía desde el salto cambiario posterior al resultado de las PASO en 2019. Al igual que en los últimos meses de 2020, el informe de enero mostró que la categoría de alimentos y bebidas no alcohólicas subió por encima del promedio general, 4,8%, y fue la que tuvo mayor incidencia en todas las regiones.

El Indicé de Precios al Consumidor (IPC) de febrero está en línea con lo estimado por la mayoría de las consultoras privadas, que lo ubicaban en el orden del 3,5%. Tal como anticipaban, la desaceleración respecto del primer mes del año aparece empujada por una vuelta atrás con los aumentos cobrados en exceso en telecomunicaciones y el impacto del acuerdo de carnes firmado por la Secretaría de Comercio con frigoríficos para ofrecer cortes a precios económicos en supermercados, que entró en vigencia en febrero. 

“El rubro alimentos y bebidas se desaceleró respecto al mes anterior pero siguió por encima del nivel general de precios, cerca de 4%. Si bien el aumento del precio de la carne perdió mucha velocidad, la suba vino traccionada por determinados bienes de consumo masivo (panes, arroz, leche) y frutas”, matizó Agostina Myronec, analista de Ecolatina.

Guido Lorenzo, director de la consultora LCG, también considera que la inflación volverá a ubicarse más cerca del 4% en marzo, empujada por algún aumento de tarifas y de transporte (aumentaron subtes y taxi) y por la revisión de los acuerdos de precios, que son trimestrales y vencen a fin del mes. “También empujan las paritarias, porque cuando se suben salarios algunos intentan trasladar ese costo a precios”, detalló. “Preocupa no poder hilvanar dos meses con la inflación desacelerándose”, añadió. 

La meta de una inflación anual trazada en el Presupuesto 2021 aparece para algunos analistas como una misión imposible, dado que descuentan que el piso del primer trimestre será de 10%. De hecho, los analistas privados anticiparon en febrero, según el relevamiento que elabora el Banco Central, una inflación anual de 48,1%.

Nosotros creemos que la inflación proyectada en el presupuesto es cumplible

Para cumplir el objetivo, el Gobierno buscará disminuir el ritmo de devaluación, moderar los aumentos de tarifas y, sobre todo, transmitir su confianza en las metas a los distintos actores de la economía en distintas mesas sectoriales: “alinear expectativas”. “Nosotros creemos que la inflación proyectada en el presupuesto es cumplible”, insistió ayer el ministro de Trabajo, Claudio Moroni, luego de finalizada la reunión semanal del gabinete económico. 

El funcionario aseguró que la discusión de las paritarias está reflejando las expectativas oficiales, con ajustes anuales en torno al 29% o, a lo sumo, del orden del 30% o 31% cuando los plazos llegan hasta 2022. De todos modos, el Gobierno acepta que se introduzcan en los acuerdos herramientas que habiliten la revisión, algo planteado por los sindicatos, acostumbrados a quedar con números desfasados respecto de los precios. “Recuerden que nuestro objetivo es que el salario crezca unos puntos por encima de la inflación”, sintetizó Moroni, que ofició de vocero de la reunión de la que participó también el ministro de Economía, Martín Guzmán. 

Los alimentos, el punto clave

Según un informe del Centro de Economía Política (CEPA) publicado este jueves, luego de la fuerte dinámica alcista de la carne —que en diciembre pasado marcó un pico de aumento intermensual de 20,2%— en febrero el incremento ponderado promedio de los cortes de carne vacuna anotó una fuerte desaceleración. Fue de 0,5% según las series estadísticas que publica el Instituto de la Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA), lo que  refleja el impacto del acuerdo hecho por el Gobierno con el sector. 

Respecto a febrero 2020, la variación de precios nominales de la carne fue de 72,4% y se movió muy por encima de la variación de precios del período (40% aproximadamente), lo cual implica un encarecimiento de los diversos cortes en términos reales 

El informe de CEPA también analiza la evolución del kilo de pollo, que funciona como un sustituto de los cortes vacunos. Si se compara el pollo fresco entero contra el asado, el corte vacuno más consumido en la Argentina, se observa una reducción de la brecha entre los precios. Es decir, si en enero de 2021 un kilo de asado equivalía a 3,7 kilos de pollo, en febrero de 2021, un kilo de asado equivale a 3,4 kilos de pollo.

DT