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Después de las críticas empresarias

Ventas del agro, acuerdo con el FMI y swap con China, apuestas para asegurar los dólares de las importaciones

Banco Central.

Jonathan Raed

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La falta de dólares es un problema histórico y central en la economía argentina, que por estos días se expone a flor de piel. Con las reservas por el piso y el acuerdo con el FMI aún sin sellar, el Gobierno busca la forma de no quedar en números rojos. Las exportaciones del agro, el acuerdo con el FMI y el swap con China, son las apuestas para sostener las reservas y que no se vea afectada la producción, tras las recientes críticas empresarias por la trabas impuestas a algunas importaciones.  

La Capacidad Económica Financiera (CEF) es un número otorgado por un algoritmo que se utiliza para medir la capacidad que tiene una empresa para comprar en el exterior. En concreto, la CEF le dice a la empresa la cantidad de pesos que puede gastar en importaciones.

Para el Gobierno, el problema es que esos pesos se convierten en dólares y esos dólares se van al exterior, de donde vienen las importaciones. A partir de enero último, la AFIP ajustó las tuercas del algoritmo y muchas empresas vieron caer su capacidad de compra en el exterior. Con los nuevos controles para contener la salida de dólares, las cámaras empresarias presentaron sus reclamos para que flexibilice estas trabas.

“Entre las empresas afectadas se presentan casos de exportadoras que reportan saldos comerciales positivos, pero que de todos modos están viendo imposibilitado el acceso a los insumos necesarios para la elaboración de sus bienes exportables. Las demoras que se pueden suscitar a raíz de esta nueva situación generan un factor de imprevisibilidad en la producción y podrían obstaculizar la normal operatoria del sector y el abastecimiento”, dijo la Unión Industrial Argentina en un documento.

También hubo quejas de la Cámara Argentina de Comercio. “Solicitamos una mayor trazabilidad y mecanismos más flexibles para la conformación del CEF, con el fin de que estén acordes con las necesidades de las empresas. Esto evitaría obstaculizar aún más las importaciones, en especial de insumos y materias primas esenciales para la actividad productiva, imprescindibles para sostener la recuperación que en los últimos meses registra la economía nacional, tras el severo impacto que significó la recesión iniciada en 2018 y la pandemia aún en curso”, dijo la entidad.

Los reclamos escalaron y llegaron a oídos del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, que en la última semana reconoció que los cambios generaron problemas “puntuales” que se resolverían “en los próximos días”. Se produjeron algunas modificaciones administrativas por parte de la AFIP en estos días que pueden haber provocado, en algunos sectores en particular, un problema puntual, pero se va a resolver rápidamente en los próximos días. La AFIP está tomando medidas para fortalecer su fiscalización y evitar la evasión. No va a afectar en absoluto. Los insumos van a estar a disposición“, dijo Kulfas en una entrevista con el diario La Nación.

Según pudo averiguar este medio, en AFIP no quedaron del todo conformes con las declaraciones de Kulfas, aunque tampoco las desmintieron.

En el mismo sentido, fuentes del equipo económico confiaron a elDiarioAR que en “la primera semana de febrero, aumentó el ritmo de importaciones de bienes con respecto a las semanas previas”, lo cual echa por tierra cualquier acusación de achique de importaciones.

“El promedio (de importaciones) de los últimos cinco días hábiles de enero fue de US$ 240 millones diarios”, mientras que el “promedio de los primeros cinco días hábiles de febrero fue de US$ 270 millones diarios”; es decir, hubo un incremento del 13%.

Las mismas fuentes apuntaron también que comparado con los primeros cinco días hábiles de febrero del año pasado, la suba es del 54%, ya que en ese período se importaron en promedio US$175 millones diarios.

En la comparación enero 2021-2022, las importaciones pasaron de US$ 3.844 millones a US$ 5.272 millones; es decir, una suba interanual del 37%.

El comercio exterior fue el puntal para la generación de dólares durante el año 2021. El superávit externo fue uno de los más elevados en los últimos años.

Un reciente informe de la Universidad de Avellaneda destacó que “a pesar de la recuperación económica, que siempre insume muchos dólares para importaciones, en 2021 se registró un superávit comercial superior cercano a los US$ 15 mil millones, a valores corrientes”.

Esto se debió principalmente a que en 2021, las exportaciones alcanzaron los US$ 77.934 millones, el mayor valor en 8 años.

Las reservas y el acuerdo con el Fondo

Todos los recelos acentuados con respecto a los dólares tienen su anclaje en la escasez de reservas, la necesidad del Gobierno de ampliarlas y el bendito acuerdo con el FMI.

Las reservas brutas del Banco Central se ubican en US$ 37.200 millones. Distintos cálculos privados estiman la cifra neta de reservas entre USD 1.500 y USD 2 mil millones. Entre los principales descuentos que se le hacen a las reservas brutas para obtener las netas, se encuentran los USD 18.700 millones del swap con China.

Ese dinero es, en principio, tácito. Están los yuanes en poder argentino, pero no se tocan. Para tocarlos, hay que pagar. Es una suerte de préstamo pasivo, que sirve para mostrar como patrimonio, pero si se quiere usar se activa como préstamo regular y se tiene que pagar una tasa de interés por el monto utilizado.

Ese dinero fue otorgado en yuanes al país, a partir de un acuerdo nacido en 2011 por una cifra menor y que se renovó y amplió en 2014, 2018 y 2020. En su reciente viaje a las tierras de Mao Zedong, Alberto Fernández avanzó en la negociación para una ampliación del swap, en otros US$ 3 mil millones, según anunció la vocera Gabriela Cerruti, en la última conferencia de prensa brindada el jueves desde Casa Rosada.

De todas maneras, desde el Banco Central tomaron con prudencia el anuncio de Cerruti, interpretando que se trata “en un acuerdo político mientras se siguen negociando los detalles técnicos” en cuanto al monto y los tiempos del ingreso de los yuanes a las reservas de la entidad monetaria.

Una fuente importante de ingreso de divisas son las exportaciones del agro. Producto de una cosecha récord de maíz, se espera ingresen durante el primer trimestre unos USD 4 mil millones. Sin embargo, el panorama amplio es más complicado, producto de las sequías. Según estimaciones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) la merma puede variar entre USD 2.726 millones y USD 3.830 millones.

En materia energética, la situación es por demás compleja. Por un lado, si bien la producción de gas subió un 5% a partir del Plan GasAR, la suba no estuvo cerca del 20% prometido por las empresas en su momento y tampoco llegó a cubrir la demanda interna.

En un raro juego de compra-venta, Argentina importa gas porque no llega a cubrir la demanda interna con producción propia. En paralelo, Argentina exporta gas. Entre lo que se vende y lo que se compra, la balanza comercial del sector fue deficitaria en USD 1.600 millones, según la consultora Ecolatina. El número negativo podría empeorar este año en USD 1.100 millones adicionales.

El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, apuntó en una reciente entrevista con El Cronista que las fichas están puestas en el acuerdo con el FMI. En principio, el acuerdo debería llevar “a tener niveles de importaciones más normales, a recuperar el crédito comercial y a conseguir un mayor financiamiento neto de organismos multilaterales”, planteó.

Con este conjunto, “esperamos para 2022 un mejor resultado de la balanza cambiaria (entre USD 80 y 82 mil millones). Y en lo que respecta a reservas, estamos esperando que el FMI haga un desembolso al inicio del programa, que sería mayor que el vencimiento de marzo. Eso tendrá impacto sobre las reservas”.

También Kulfas habló en el mismo sentido: “Ya lo hemos hablado con el Banco Central en la planificación anual y tenemos la tranquilidad de tener un panorama que nos va a dar un saldo comercial importante. Y, además con el acuerdo con el FMI, con el mejor escenario que tenemos para adelante, lo bueno es que una parte considerable de ese superávit comercial llegará al Banco Central con mayores reservas”.

JR

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